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Genética y Ciencia
Popeye el marino: entre espinacas, músculos y genes


Martes, 16 de septiembre de 2025, a las 14:32
César Paz-y-Miño. Investigador en Genética y Genómica Médica. Universidad UTE
 
Cuando pensamos en Popeye, nos viene a la mente un marinero de brazos enormes, mandíbula recia, un ojo cerrado y una fuerza descomunal que brota apenas abre una lata de espinacas. Un héroe caricaturesco que, sin proponérselo, parece ser el retrato exagerado de varias enfermedades genéticas y raras. ¿Qué pasaría si miramos a Popeye con los lentes de la genética médica?
 
El enigma de sus brazos gigantes
 
Los antebrazos de Popeye son casi grotescamente grandes, mientras sus piernas lucen delgadas y frágiles. Esa desproporción recuerda a síndromes de hipertrofia muscular localizada congénita o a trastornos de sobrecrecimiento segmentario.
 
Uno de los genes que podría estar detrás es AKT1, mutado en el síndrome de Proteus, caracterizado por crecimientos asimétricos de extremidades y tejidos. Otra posibilidad es que se trate de una distrofia muscular facioescapulohumeral (FSHD), causada por la desregulación de genes en la región D4Z4 del cromosoma 4q35, donde la atrofia afecta la cara, hombros y piernas, pero a veces respeta (e incluso aparenta exagerar) la musculatura de los antebrazos. En Popeye, los brazos hipertrofiados serían la marca de un músculo que escapa a la atrofia selectiva del resto del cuerpo.

Amiloidosis por transtiretina de tipo silvestre (wtATTR) y el signo de Popeye
 
La amiloidosis por transtiretina de tipo silvestre (wtATTR) es una enfermedad degenerativa en la que la proteína transtiretina (TTR), codificada por el gen TTR (OMIM #176300), normalmente encargada de transportar tiroxina y retinol, pierde estabilidad conformacional con la edad. Aunque el gen es normal (no mutado), la proteína tiende a formar agregados fibrilares de amiloide.
 
Los depósitos afectan corazón, nervios periféricos y tendones, causando miocardiopatía restrictiva, arritmias, neuropatía periférica y roturas espontáneas de tendones. Una de sus manifestaciones musculoesqueléticas más reconocibles es el “signo de Popeye”: abultamiento del bíceps tras la rotura distal del tendón, debilitado por infiltración amiloide.
 
En términos genéticos, la wtATTR es una enfermedad proteopática de plegamiento anómalo, donde la secuencia del gen TTR es intacta, pero la proteína falla en mantener su conformación funcional.
 
El ojo semicerrado: la ptosis eterna
 
El ojo siempre entornado de Popeye podría ser simplemente un guiño caricaturesco… o la representación de una ptosis palpebral congénita. Esta alteración puede tener base genética en genes que afectan el desarrollo muscular ocular, como PTPN11 (implicado en el síndrome de Noonan) o LMNA, relacionado con ciertas distrofias musculares congénitas.

Otra posibilidad es la anoftalmía unilateral congénita, que involucra genes clave del desarrollo ocular como SOX2 o OTX2. Popeye nos recuerda que incluso los héroes llevan la marca de la imperfección genética.
 
Mandíbula prominente y dientes ausentes
 
La mandíbula fuerte y sobresaliente, junto con la extraña dentadura, apuntan a disostosis mandibulofaciales. El síndrome de Treacher Collins, causado por mutaciones en TCOF1POLR1C o POLR1D, afecta el desarrollo óseo de la cara y puede dar una apariencia mandibular prominente y ojos anómalos. Ese rasgo exagerado que lo hace tan reconocible podría ser, en realidad, el eco de un síndrome craneofacial.
 
Piernas frágiles, músculos ausentes
 
En contraste con sus brazos, las piernas de Popeye parecen raquíticas. Esto recuerda a distrofias musculares progresivas, donde genes como DMD (responsable de la distrofia muscular de Duchenne/Becker) o LMNA (laminopatías) llevan a la atrofia muscular.

El contraste entre miembros hipertrofiados y miembros debilitados es la esencia misma de estas enfermedades, que dejan partes del cuerpo preservadas mientras otras se consumen.
 
El poder de las espinacas: mito nutricional con base genética
 
Lo más fascinante de Popeye es su relación con las espinacas. Un alimento rico en hierroácido fólico y vitamina K. En el universo genético, podemos imaginarlo como alguien con una vulnerabilidad metabólica:
 
- Una anemia ferropénica congénita vinculada a variantes en genes como TMPRSS6, que alteran la absorción de hierro.

- O una deficiencia del metabolismo del folato, asociada a mutaciones en MTHFR, donde el aporte directo de espinacas produciría un “rescate metabólico” casi inmediato.
 
En realidad, el recurso narrativo fue propaganda nutricional de los años 30, pero en clave médica Popeye parece depender de micronutrientes para suplir un defecto genético.
 
Conducta y temperamento
 
Popeye es impulsivo, irritable y de habla peculiar. Estos rasgos podrían vincularse a trastornos neuromusculares con componente neuropsiquiátrico. Genes como FMR1 (síndrome X frágil) o alteraciones en SHANK3 (relacionadas con trastornos del espectro autista) pueden asociarse a lenguaje extraño, irritabilidad y conductas repetitivas.
 
Popeye, el marinero de espinacas, podría ser en realidad un mosaico clínico de varias enfermedades raras:
 
- Síndrome de Proteus (AKT1) para explicar sus brazos gigantes.

- Distrofia muscular FSHD (D4Z4, 4q35) para justificar la atrofia en piernas.

- Síndromes craneofaciales (TCOF1, POLR1D) para su mandíbula peculiar.

- Defectos metabólicos (MTHFR, TMPRSS6) para su dependencia de espinacas.

- Genes del desarrollo ocular (SOX2, OTX2) para su ojo semicerrado.
 
Detrás de la caricatura se esconde un espejo de la genética: un personaje exagerado que, sin proponérselo, refleja las marcas de la variabilidad humana y de enfermedades raras. Popeye no solo es un marinero fuerte; es un símbolo de cómo la cultura popular puede esconder, en clave de humor, los dilemas de la biología y la medicina.

Tabla. Rasgos de Popeye, diagnósticos sugeridos y genes implicados

Rasgo en Popeye Diagnóstico sugerido Genes implicados
Antebrazos gigantes e hipertrofiados Síndrome de Proteus; FSHD AKT1; D4Z4 (4q35)
Ojo semicerrado Ptosis congénita; anoftalmía PTPN11, LMNA; SOX2, OTX2
Mandíbula prominente Disostosis mandibulofacial TCOF1, POLR1C, POLR1D
Piernas delgadas Distrofias musculares DMD, LMNA
Dependencia de espinacas Anemia ferropénica; deficiencia de folato TMPRSS6; MTHFR
Carácter irritable Trastornos neuropsiquiátricos FMR1, SHANK3, MAOA
Signo de Popeye clínico Rotura del tendón del bíceps en amiloidosis sistémica TTR

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