Edición Médica

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Ecuador | Colombia
Pensamientos en voz alta
La Medicina obtuvo su libertad


Miércoles, 22 de febrero de 2017, a las 16:02
* Diego Mosquera Falconí es periodista en Redacción Médica

¿Se imagina usted que le acusen de algo que no hizo?  y que por esta acusación tenga que pelear 7 años en los tribunales para terminar en la cárcel.

Pues yo si me lo he imaginado y debe ser terrible; resulta que eso mismo le sucedió a un médico ecuatoriano el cual atendió y luchó por la vida de su paciente por más de 5 horas y que lastimosamente falleció, no por causa del médico sino porque sus heridas eran demasiado graves.

Entiendo el dolor de la familia al perder a un ser querido, pero no entiendo cómo el sistema judicial pudo acusarlo de no haber hecho lo que hizo. ¿Suena confuso?

Pues se lo explico, Carlos López, fue el único médico que atendió una llamada de emergencia y que inmediatamente de haber llegado a la clínica empezó a tratar de salvar la vida de su paciente (Charlotte Mazoyer). Entre pruebas análisis y cirugías se fueron 5 horas de atención ininterrumpida. Lastimosamente la paciente estaba destinada a fallecer.

En este caso, muchos factores intervinieron para que se encuentre como sea a un culpable, pues a los ojos del mundo el Ecuador debía mostrar que somos capaces de resolver cualquier cosa.

Aquí viene mi parte favorita y la que al mismo tiempo más me indigna; el abogado de la familia de la víctima buscó la manera de que al cirujano se lo acuse de haberse negado a atender a la paciente.

No es un chiste, es real, a pesar de que luchó 5 horas, el único alegato que fue válido para justificar su encarcelamiento fue decir que López no hizo lo que sí hizo ¿ya lo comprendió?

Hace casi de 30 días atrás fue detenido en su lugar de trabajo, como debía de esperarse fue trasladado como cualquier criminal a una celda fría y oscura en la Policía Judicial.

Se nos fue la mano, como sociedad y como sistema al permitir semejante injusticia. No conozco a ningún médico que salga a matar personas. Más bien todo lo contrario todos los galenos que he tenido la oportunidad de conocer son gente honrada y que más que todo tienen vocación de servicio.

Porque déjeme decirle estimado lector que comprendo que ser médico no debe ser fácil y que para poder ejercer se necesita más que un cartón que diga que lo eres, se necesita ese sentido de humanidad, de sensibilidad y sobre todo de entrega que muchos no lo tienen.

El caso Mazoyer deja un ejemplo de cómo a través de leyes mal trabajadas se puede llevar a la cárcel a un inocente, y de cómo se ha perseguido la práctica de la Medicina en el Ecuador.

La semana pasada fui testigo de su última oportunidad de demostrar su inocencia,  luego de una jornada de más de 17 horas el juez dictó su veredicto: inocente.

En ese momento no podía ocultar mi felicidad pero al mismo tiempo no podía dejar de cuestionarme ¿Cuántos Carlos López más hay en el Ecuador? Y ¿Cuántos inocentes estarán tras las rejas?

Eso no puedo decirlo, pero en este caso se demostró que la justicia se aplicó mal de principio a fin, se dejó claro que se pueden manipular las Leyes en el Ecuador y que la justicia no es para todos.

Uno puede pensar que la libertad de Carlos López fue el final de una historia marcada por la manipulación, pero para mí es el inicio de otra, una en la que me pregunto ¿Cómo le devolverá el Estado todo ese sufrimiento a su familia?

¿Quién le devolverá las noches fuera de su hogar y la tranquilidad perdida? porque de algo así no debe ser fácil recuperarse.

Concluyo y reflexiono en que de alguna manera ‘Todos somos Carlos López’
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