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La lección del terremoto que olvidan los sanitarios


Miércoles, 10 de enero de 2018, a las 21:54
* Cristina Coello Duque es periodista en Redacción Médica

Todos estamos informados de la frecuente actividad sísmica en el país y muchos establecimientos de salud públicos y privados han concretado sus propios programas de gestión de riesgos, el personal ha sido entrenado para atender un evento adverso y por el lado estatal está casi lista una Ley de Gestión de Riesgos.
 
A pesar de ello y de que en la sangre del personal sanitario está la intención de estar en el ‘frente de batalla’ cuando acaecen estos sucesos, como ocurrió en el terremoto de Manabí cuando centenares se postularon como voluntarios, olvidamos algo importante.
 
Construir el plan familiar de emergencia es una herramienta que ha sido pasada por alto por algunos profesionales y facilitaría su labor en caso de un desastre natural.
 
La comunicación es uno de los primeros servicios que dejan de funcionar en una catástrofe. ¿Cómo sabemos que la familia está bien? ¿Dónde están? ¿Cómo los encuentro? ¿Cómo les informo que estoy bien? etc., etc. Son algunas de las preguntas que cualquier ser humano se hace al pasar estas adversidades.
 
Según los expertos en desastres, al tener bien claro un plan, el personal sabe exactamente dónde está su familia y cómo reaccionó. Eso facilita que pueda atender al resto de afectados o, en caso de no poder hacerlo inmediatamente, le permite reincorporarse al servicio en el menor tiempo posible.
 
Por consiguiente, será importante que dentro de cada institución sanitaria también se tome en cuenta la elaboración de un plan familiar con los servidores para que cada uno pueda aplicarlo y practicarlo regularmente.
 
 
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