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El IFTH se va


Martes, 12 de mayo de 2020, a las 18:05
* Santiago Zúñiga Ojeda, presidente de la Asociación Ecuatoriana de Médicos Posgradistas

Desaparece otra institución en relación al fomento de la educación y talento humano, y esto cada vez huele peor. Esta nueva acción del Presidente de la República y el decreto N1040 no nos deja claro el panorama.
 
Se me vienen muchos eventos a la mente, burocracia encontrada con los intereses de los posgradistas becarios, trámites ingentes y procesos de pago a estudiantes cada 6 meses; algunas historias que llegaron al año en demoras y otras que hasta la fecha nunca se resolvieron.
 
Pero no, no solo vamos a hablar de eso, hablemos también de que va a suceder y la película de terror que estamos viviendo con sus siguientes capítulos, pues sí, porque queramos aceptarlo o no, esto va a tener varias temporadas; usted que ahora usa Netflix, póngase cómodo y espere el siguiente estreno.
 
Según Agustín Albán en entrevista a El Comercio, indico que “el programa de becas seguirá funcionando, con una parte operativa y administrativa más eficiente”. Lo que nos hace pensar que al parecer el inflado número del personal en esta cartera no era una fantasía de los becarios, que constantemente se quejaban de los procesos que ahí se llevaban a cabo.
 
En esta misma entrevista en el diario El Comercio se consultó con Karla Rodríguez, de la Asociación de Becarios Retornados del Ecuador (Abrec), quien espera que este cambio sea una oportunidad para que las cosas mejoren. "Creo que la supresión del IFTH nace de la coyuntura de lo que está pasando. Nos preocupa lo que pueda pasar en el proceso de transición. Con el IFTH tenemos problemas desde hace años, se tardan en responder, pierden los documentos. Hay profesionales que llegaron al país hace cinco años y aún no les han liquidado las becas". ¿En este momento conocen cuántos becarios tienen problemas de retrasos en los desembolsos? "En marzo el IFTH nos dijo que el problema era con 15 becarios. Pero nos sorprendía la cifra porque a nosotros nos llamaban muchos más familiares. Así que hicimos una encuesta y nos respondieron 245 becarios. El 2 por ciento de ellos enfrentaba un atraso de más de 12 meses en los desembolsos. El 31 por ciento, atrasos de seis a 11 meses; 20 por ciento, de entre tres a cinco meses y el 47 por ciento, menos de tres meses. Eso era hasta marzo. Puede que hayan pagado a algunos, de lo que escuchamos no a muchos. Todos están estudiando; no es que están de vacaciones por la pandemia, es como acá, tienen clases virtuales".
 
Hablar de la realidad de los becarios locales, es un escenario similar, solo que la cifra es un poco más llamativa, con 595 becarios que hasta la fecha están impagos en los programas de salud de nuestro país; definitivamente el escenario no es alentador para defender los intereses de esta difunta institución, peor aún, luego de la respuesta emitida por uno de sus funcionarios a una médico posgradistas becaria, quien preguntaba por la demora en los pagos, a la que se le respondió que simplemente no había dinero para pagar; pero, ¡un momento!, no se supone que los fondos del IFTH para este año rondaban los 105 millones de dólares americanos y la misma tiene autonomía operativa financiera, al menos así lo decía el decreto N 555 con el que fue creado, que sucedió entonces con estos recursos?
 
Es evidente que existían problemas, pero también es evidente que se sigue atacando donde no se debe, pues jamás estaré a favor de limitar el impulso a la educación, peor aún la especializada, la que tanta falta nos hace en estos momentos, cuando necesitamos tanto de la ciencia y la investigación, ya saben, esas herramientas que a más de uno, allá por arriba, no son necesarias para los votos y el dominio de un país.
 
Tan solo el mañana nos dirá cuánto daño le causarán al progreso de los profesionales de este país, pero eso si, la memoria de quienes vemos cómo se “llevan en peso” el país sin importar una crisis la tendremos siempre grabada.
 
"Aprender es como remar contra corriente: en cuanto se deja, se retrocede." Edward Benjamin Britten.
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