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AVANCE DE LA PANDEMIA
Qué hacer ante una inminente transmisión comunitaria de la variante delta en Ecuador
La nueva variante se está adaptando a la población juvenil e infantil
Lunes, 19 de julio de 2021, a las 17:38

Alberto Narváez, experto en políticas de control de enfermedades, y César Paz y Miño, genetista.


Cristina Coello/ Jonathan Veletanga. Quito
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las últimas semanas se ha registrado un repunte de contagios de la COVID-19 en todo el mundo y ese resurgimiento se ha explicado por la rápida propagación de la variante delta.
 
En ese contexto, el Ecuador también se ha visto afectado y las autoridades sanitarias han manifestado estar alerta y siguen ampliando los cercos epidemiológicos en los casos ya detectados y ante posibles nuevos contagios con esa variante.
 
Según ha advertido la OMS, la variante delta está presente en al menos 104 países y pronto se convertirá en la dominante a nivel mundial, incluso en lugares con altas tasas de vacunación.
 
Por ello, en entrevista con EDICIÓN MÉDICA, el genetista César Paz y Miño y el experto en políticas de control de enfermedades Alberto Narváez, han coincidido en señalar que la variante delta del virus del SARS-COV-2 se va adaptando para sobrevivir, por lo que es más contagiosa llegando incluso a individuos como niños y jóvenes, donde ya se observa un aumento de casos.
 
“Donde se detecten muertes o sospecha de circulación de la variante delta, la gente tiene que extremar las medidas de seguridad y reducir su movilidad, no salir de la casa si no es necesario. Si sale, utilizar doble mascarilla, distanciamiento, ventilación y lavado de manos”, ha destacado Narváez, docente de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Central.
 
¿Transmisión comunitaria de la variante delta?
 
Narváez ha manifestado que es posible que la variante delta esté circulando en el país desde antes del mes de julio. Desde su análisis, en Machala entre los meses de abril y mayo aumentó el exceso de mortalidad por COVID-19 en un 280 por ciento, mientras que en las demás provincias el aumento era del 60 hasta el 120 por ciento, como máximo.
 
Los primeros casos con la variante delta aparecen el 15 de julio en Machala, según los exámenes de genotipificación, pero esos casos que llegaron al laboratorio en esa fecha tuvieron que haberse infectado en mayo, por lo tanto “en Machala ya estuvo circulando desde mediados de mayo, aproximadamente, y en Guayaquil también”, ha considerado.
 
Por esta razón, ha aseverado que ya hay transmisión comunitaria, aunque “todavía debe estar focalizada en ciertas parroquias y barrios. Pero, como esta variante tiene una capacidad de transmisión cuatro veces más que la original, rápidamente se va a volver una variante dominante… Incluso es probable que genere una cuarta ola de contagios, sobre todo en las grandes capitales de provincias”. Pero hay algunos factores que pueden favorecer a que esta ola no sea tan grande: el clima, mientras más seco está el ambiente menos transmisión hay; la vacunación; y la identificación de focos calientes.
 
Por su parte, Paz y Miño ha comentado que “en la lucha entre el virus y el huésped, la variante que más se defienda contra la inmunidad de los individuos será la dominante en la población. El virus trata de sobrevivir como sea, y para eso lo que hace es mutar”.
 
El genetista ha insistido en que no se trata de un virus más agresivo, sino más contagioso y al existir mayor número de enfermos aumenta la probabilidad de muertes. De allí la preocupación que genera en los especialistas, quienes no descartan problemas en los sistemas de salud ante un aumento acelerado de nuevos casos y un desabastecimiento de medicamentos.
 
Paz y Miño ha agregado que ante esa adaptación el virus se hace capaz de afectar cada vez más a jóvenes y niños, cosa que era menos común hasta hace algunos meses. Y al ver lo que está pasando alrededor del mundo “uno podría pensar que esta variante va a reemplazar a las otras”.
 
¿Qué se puede hacer frente a esta situación?
 
Desde el punto de vista epidemiológico el país y las autoridades sanitarias deben actuar ya “con sospecha de circulación de la delta”, esto ayudará a apagar cualquier foco caliente independiente de la variante que sea, porque si no es delta, puede ser la alfa (británica) o la gama (brasileña), que también circulan en Ecuador, ha especificado Narváez.
 
Adicional, ha añadido, que se debe cerrar de manera urgente la brecha de vacunados con primera dosis, que es demasiado grande actualmente. Debido a la gran capacidad de mutación de la variante delta (ya es triple mutante) se pueden generar nuevas mutaciones si no se completa el esquema de inmunización (la aplicación de las dos dosis).
 
Según el MSP, hasta el 17 de julio, 4.119.329 personas han recibido la primera dosis de la vacuna contra COVID-19, mientras que 1.881.825 ya tienen las dos dosis.
 
Narváez también ha indicado en que se debe implementar la Estrategia Comunitaria COVID-Cero, que consisten en aplicar simultáneamente varias estrategias: mejorar la vigilancia y la detección de casos graves, instando un sistema de vigilancia hospitalaria; vacunar en las zonas de alta transmisión; identificación de casos mediante la búsqueda activa en los barrios; seguimiento de los enfermemos; oferta de pruebas masivas gratuitas; rastreo de contactos para identificar a los transmisores; aislamiento combinado con restricción de movilidad en las parroquias con muchos más casos y fallecimientos por COVID-19.   
De su parte, Paz y Miño ha insistido en mantener las precauciones sugeridas desde hace meses como el uso de mascarilla, lavado de manos, distanciamiento, ventilación de espacios, evitar reuniones, etc., pero también ha percibido que la sociedad “está cayendo en un terrible relajamiento, incluso las personas vacunadas se creen super poderosas y olvidan las medidas de control sanitario”.
 
El especialista ha sido muy crítico por la falta de “responsabilidad con el prójimo. Hay gente que viaja en buses, aviones sabiendo que están contagiados o que pasaron la enfermedad recientemente. Pero además se ha priorizado la reactivación economía a toda costa en detrimento de la salud. Esto es una visión demasiada relajada de una enfermedad que está causando muertes”, ha señalado.
                                                                                                                                   
Para el especialista, “esto no está próximo a acabarse. La sociedad debe ser responsable y protegerse. La misma OMS ha considerado que por lo menos hasta finales de 2022 se deberán mantener las medidas” de bioseguridad entre la población y “responsabilidad social”.
 
Pero para el genetista es además apremiante saber cómo está respondiendo la población a la vacunación. “De eso no se ha dicho nada”, ha comentado, a pesar de que en otros lugares ya se reportan contagios en vacunados. “Chile acaba de hacer un estudio y encontró que el 2 por ciento de sus vacunados contagiados terminaron en hospitalización. Entonces ¿qué está pasando con la enfermedad? No hay datos de cómo se comporta en el Ecuador. Lo único que hacemos es recibir información de otras partes”, ha cuestionado Paz y Miño.
 
Por otro lado, estima necesaria mayor promoción de la vacunación entre la población pues se ha identificado que el 99 por ciento de los nuevos casos se presenta entre quienes no han sido inmunizados.
 
Pero, además, con la expansión de la variante delta se estima que ahora se requiere entre el 90 o 93 por ciento de la población vacunada para llegar a una inmunidad de rebaño. “No hay razón para no protegerse, todo lo que se dice en contra de las vacunas son mitos. Yo creo que debe ser obligatoria”, ha comentado.

Signos de alarma y ayuda hospitalaria 

Las personas deben acudir al hospital ante los siguientes signos de alarma.

Dificultad de respiración, es decir, si tiene menos de 90 por ciento de saturación acuda a un centro de salud u hospital de manera urgente. Para identificar este factor se debe usar un oximetro de pulso y si no lo tiene, puede contar las respiraciones por minuto: más de 25 respiraciones por minuto en reposo es signo de alarma.

Otros signos de alarma son: si tiene más de 120 pulsaciones por minuto, más de 38.5 de fiebre, si camina 50 metros y se cansa, si tiene dedos azulados o labios azulados (se da por falta de oxigeno), si tiene delirios o convulsiones, excesiva somnolencia. 

"Ante cualquiera de estos signos se debe buscar ayuda hospitalaria, por emergencias", ha enfatizado Narváez. 



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