EVOLUCIÓN NATURAL
Ómicron ¿se acerca el fin de la pandemia?
Se considera prioritario un programa de vigilancia epidemiológica
Byron Núñez, investigador de la UCE.
|
Cristina Coello. Quito
Actualmente Europa enfrenta un pico de contagios de la COVID-19 principalmente ocasionada por la variante ómicron, la cual prácticamente ha duplicado su capacidad de infectar. Pero, precisamente, esa característica
puede suponer el posible fin a la pandemia según el infectólogo,
Byron Núñez.
El docente de la Facultad de Medicina de la Universidad Central del Ecuador (UCE) ha recordado que parte de la
evolución natural de los virus, es que para sobrevivir mutan hacia
formas menos patogénicas, causando menos enfermedad y menos letalidad, pero en cambio llegan a mayor número de huéspedes. Precisamente, lo que está haciendo ómicron. Entonces, ¿se puede asegurar que estamos en la parte final de la pandemia?
Todo depende de las acciones
La historia ha enseñado que
otros eventos similares como la gripe española hace más de cien años tuvo una duración de no más de dos o tres años, ha relatado Núñez en entrevista con EDICIÓN MÉDICA.
Y recordado otras epidemias como la de viruela, gripe española, VIH (virus de inmunodeficiencia humana) o influenza H1N1, se espera que el coronavirus pase a formar parte de las enfermedades que afectan a la salud global que pueden llegar a controlarse y habrá que verlo como un virus que “se convertirá en endémico y
conviviremos con él de manera persistente”, ha sentenciado el investigador.
Núñez ha mencionado que la gripe española, por ejemplo, tuvo sus oleadas, pero
terminó como una enfermedad estacional. “Eso ocurrió sin vacunas, ni tratamiento (a diferencia del SARS-COV-2). Lo cual muestra un modelo conceptual de que esto no se volverá eterno”, pero habrá que considerar
algunos factores para su fin
.
Entonces,
¿qué necesitamos para se termine? “Que la población esté inmunizada globalmente. Sea a causad e la infección o por la vacuna”, ha sido tajante en asegurar Núñez.
El especialista ha comentado que la evidencia científica asegura que quienes se infectaron con el coronavirus y luego se vacunaron,
“tienen mejores defensas. Se necesita vacunar y darle fuerza a esta medida” de salud pública en los lugares donde no ha avanzado.
“Si no le frenamos al virus a través de la inmunidad grupal, hay la posibilidad de que el virus esté recirculando y con eso
se volverá persisten por mucho tiempo”, ha insistido.
Núñez ha explicado que ómicron posee un nivel de transmisibilidad muy elevado, pero con una capacidad de replicarse
a nivel de las vías respiratorias superiores, “no a nivel pulmonar, y por tanto no es capaz de generar una enfermedad grave, tipo neumonía”.
En ese contexto, estamos frente a un virus benigno y los humanos podrán controlar la pandemia
bajo condiciones como la vacunación y la permanencia de las medidas de bioseguridad, pues el virus aún tiene la capacidad de hacer daño especialmente a quienes no se han vacunado.
Por otro lado, según el especialista, se ha visto que esta variante se presenta con ascensos rápidos de contagios, pero también descensos rápidos, lo cual demuestra que
no genera una oleada sostenida. “Hace un pico y baja”.
Saturación del primer nivel
No obstante, esa característica de ocasionar un contagio más benigno pero masivo, en cambio puede ocasionar una
saturación del primer nivel de atención, ha observado Núñez y por ello ha insistido en que, para evitarlo, entre otras cosas, hay que vacunarse.
Habrá que recordar también que, por ejemplo, en Europa
se relajaron las medidas de bioseguridad como el uso de mascarillas, el distanciamiento y existe aún hostilidad hacia la vacunación, lo cual ha facilitado el repunte de casos y saturación en la atención primaria. “Eso si es un peligro”, ha estimado.
Por lo tanto, el infectólogo ha considerado necesario mantener indefinidamente las medidas de bioseguridad para intentar controlar la situación sanitaria por el coronavirus. “Ómicron ha demostrado que la
vacuna no protege de la infección en las vías respiratorias, pero sí de la enfermedad neumónica”.
“Ómicron no solo es más transmisible, sino que
su periodo de incubación es menor y por lo tanto en pocos días habrá muchos pacientes”, ha añadido.
Y en ese sentido, Núñez ha considerado que la
vigilancia epidemiológica molecular puede ser una herramienta para mantener el control. No obstante, ha reconocido que eso es precisamente la debilidad del sistema ecuatoriano.
En definitiva, el especialista ha vislumbrado que la normalidad para los médicos será que “
tendrán que usar siempre mascarilla” y lo mismo para los adultos mayores o pacientes con enfermedades que realicen actividades fuera de sus hogares, sin olvidar que existe la posibilidad de que
aparezca otro coronavirus u otro virus de influenza.
Ante eso, el docente ha insistido en la necesidad de mantener la alerta en el sistema de salud y potenciar los sistemas de
vigilancia epidemiológica.