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Salud Pública

HOJA DE RUTA
Impulsar la investigación en diabetes como una estrategia para revertir el aumento y controlar el impacto de la enfermedad
¿Qué determinantes sociales influyen en la expansión de la enfermedad?
Viernes, 13 de noviembre de 2020, a las 13:42
Francisco Barrera, Ana Luca Torres, Lucy Parker.

Francisco Barrera, Ana Lucía Torres, Lucy Parker.


Cristina Coello. Quito
La diabetes mellitus, aunque es una enfermedad perfectamente prevenible, es la segunda causa de muerte en la población ecuatoriana, según lo reportó en 2019 el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). ¿Por qué se mantiene al alza la incidencia de la enfermedad, si los profesionales de la salud hacen muchos esfuerzos por prevenirla?
 
Para saber qué está pasando es necesario investigar y es precisamente eso lo que puede ser un factor clave en los esfuerzos para revertir la tendencia al alza que mantiene la enfermedad en el país. Así lo ha considerado Lucy Parker, investigadora principal de un importante proyecto que arrancó hace poco en el país.
 
A propósito del Día Mundial de la Diabetes, EDICIÓN MÉDICA ha conversado con Parker quien ha explicado que la investigación está liderada por la Universidad Miguel Hernández de España, junto con la Pontificia Universidad Católica de Ecuador (PUCE) y tiene el financiamiento de la Unión Europea, tras ganar unos fondos concursables.
 
Según ha explicado, el estudio analizará durante cinco años el proceso por el cual las recomendaciones globales en prevención y tratamiento de la diabetes tipo II pueden “traducirse en acciones aplicables” al contexto local, ha dicho.
 
Ana Lucía Torres, directora del Instituto de Salud Pública de la PUCE y que también participa en la investigación, ha añadido que se busca explorar el proceso por el cual las recomendaciones pueden aplicarse en los contextos de economías de medios o bajos ingresos.
 
“Es clave esta contextualización porque mucha de la evidencia científica que existe para fundamentar las guías de práctica clínica provienen de países de ingresos altos y con ello en ocasiones se pierden las particularidades que pueden existir en otros lugares por las prácticas y los comportamientos de la población, así como de la organización de los sistemas de salud”, ha añadido.
 
Parker ha admitido que existe una considerable información sobre cómo prevenir y manejar diabetes, pero hay algunos factores que impiden su correcta aplicación y, por lo tanto, poblaciones como la ecuatoriana “podrían beneficiarse de acciones basadas en la evidencia científica” y ajustadas a las circunstancias locales.
 
El proyecto denominado “Contextualización de la Evidencia para la Acción en Diabetes en entornos con bajos recursos: Un estudio utilizando métodos mixtos en Quito y Esmeraldas, Ecuador (CEAD - aquí link de la web del proyecto)”, ha arrancado en medio de la pandemia y se ejecuta en el Distrito 17D06 de Quito (Chimbacalle) y el Distrito 08D02 de Esmeraldas (Borbón, una zona rural de difícil acceso y alta población afroecuatoriana).
 
Francisco Barrera, docente investigador de la PUCE y que también participa en el proyecto, ha añadido que la metodología que se aplica “es novedosa ya que será cuantitativa y cualitativa. Mediante la realización de encuestas poblacionales, método Delphi, grupos focales, estudios de cohorte, entrevistas, storytelling y una campaña de abogacía por la salud. Esto nos permitirá desarrollar una serie de herramientas que facilite la contextualización de las evidencias”, ha añadido.
 
El contexto de la emergencia sanitaria por la pandemia de CoVID19 ha dificultado avanzar con el proceso, pero Parker ha adelantado que ya han empezado las encuestas. En total sumarán 720 en Chimbacalle y otras 720 en Bobón.
 
Acción colaborativa
 
Torres ha explicado que para ejecutar la propuesta del proyecto CEAD se requiere una relación directa con el sistema nacional de salud, sobre todo con los dos principales prestadores de servicios públicos como son el Ministerio de Salud Pública (MSP) y el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS).
 
“De tal manera que junto con ellos podamos dar cuenta de la situación actual de la atención de las enfermedades crónicas no transmisibles, en particular a la diabetes tipo 2, y a su vez plantear el paquete de recomendaciones para mejorarla”, ha dicho Torres, quien además agradeció la apertura de esas instituciones.
 
No obstante, ha advertido que una importante limitación es la elevada rotación de personal en los diferentes niveles. “Esto no sólo ha dificultado el avance del proyecto, lo más preocupante es la continuidad de la atención, el seguimiento, y la mejora continua de la atención a los pacientes diabéticos”.
 
Adicionalmente ha mencionado que por la pandemia, ya se identificó que los pacientes crónicos “no han podido acceder regularmente a sus controles de salud, o no han tenido acceso a sus medicamentos, por lo que se vuelve aún más necesario un estudio que nos permita mostrar la situación actual de la atención a la diabetes”.
 
Determinantes de la salud
 
Barrera por su parte ha explicado que “las condiciones en las que la población nace, crece, vive, trabaja y envejece, así como el tipo de sistemas que utilizan para combatir la enfermedad son los que determinan la desigualdad y la inequidad social”.
 
“Podríamos hablar mucho de estos determinantes, por ejemplo, el acceso a un control prenatal adecuado o inadecuado, eso podría determinar que un niño nazca con bajo peso (menor a 2.500 gr) lo cual es un factor de riesgo para desarrollar diabetes cuando sea adulto. También hay otros muchos ejemplos como la accesibilidad o no a una dieta adecuada, la actividad física, tener espacios verdes, acceder a un control médico laboral que lo tiene un trabajador formal, el informal acude cuando ya tiene sintomatología, etc.”.
 
El investigador ha recordado que el país tiene un programa de Enfermedades Crónicas No Transmisibles (ECNT), que no está fortalecido, es burocrático, desarticulado y que “no ha logrado resolver las contradicciones más importantes, como socializar el conocimiento, las guías, la accesibilidad a laboratorio, a los medicamentos, a la valoración y prevención de las complicaciones ( ejemplo no existe en todos los centros de salud un electrocardiograma, acceso a una valoración oftalmológica, un Doppler para observar arteriopatía periférica, etc.)”.
 
De allí que se hacen necesarios los esfuerzos de ciertas instituciones que pueden trabajar en esta línea de las ECNT como el proyecto CEAD y Barrera espera “trazar una hoja de ruta para obtener resultados y con ellos a futuro tener elementos para definir políticas de salud y corregir en alguna medida los determinantes de salud que influyen en estas enfermedades”.



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