Edición Médica

Guillermo Barragán, emergenciólogo.

Cristina Coello. Quito
Aunque en todos los sistemas de salud del mundo existen problemas y saturación en el servicio de emergencia, en el Ecuador la situación ha llegado a ser crítica y la responsabilidad en buena parte es de las políticas sanitarias vigentes, según ha manifestado el Emergenciólogo, Guillermo Barragán.
 
El especialista ha explicado que son varios los factores por los que existe sobresaturación del servicio de emergencia y entre los más importantes está la dificultad para acceder a una atención oportuna en el primer nivel, emergencias banales, fallas en el acceso a pruebas complementarias, descuido de la atención hospitalaria y la falta de camas en los servicios.
 
Ante la falta de centros de salud de atención primaria o a larga asignación de turnos del Seguro Social, por ejemplo, muchos usuarios se ven obligados a acudir a las emergencias de los hospitales y saturan el servicio. Eso “afecta la calidad y seguridad del paciente”, ha explicado Barragán.
 
“El número de consultas en emergencia ha crecido exponencialmente. El envejecimiento de la población es una de las causas y ellos tienen viarias comorbilidades. Este segmento es el que más visita los hospitales. En el Hospital Carlos Andrade Marín (HCAM) aproximadamente del 75 a 80 por ciento de los pacientes en emergencia son de la tercera edad”, ha mencionado.
 
Además, debido a que no existe oportunidad de camas en los servicios, los pacientes se quedan en emergencia y mantiene la saturación.
 
A eso, ha añadido Barragán, también “se ha descuidado la atención hospitalaria” y no existen especialistas que puedan atender y desocupar lo más pronto los espacios de emergencia y hospitalización.
 
La realidad es que todas las camas de emergencia se encuentran ocupadas por pacientes más de seis horas por día y los que esperan atención también lo hacen por horas en los mismos pasillos del hospital ya que la sala de espera de guardia también  está completa sin espacio para nuevos pacientes.
 
Los tiempos de transferencia emergencia-piso de un paciente admitido son muy largos. “A veces pasa dos, tres días o son dados de alta. Por lo tanto estamos cubriendo todo el espacio”, ha mencionado Barragán.
 
Actualmente la Seguridad Social está tomada por alrededor de 9 millones de derecho habientes, teniendo 3,5 millones de afiliados. Ellos ocupan los servicios que antes eran cubiertos por el Ministerio de Salud, “entonces la seguridad social con menos infraestructura” está cubriendo la atención y se genera saturación, ha considerado Barragán.
 
“Ahora que están con gripe, con AH1N1 los médicos primarios envían a los pacientes a emergencia para que allí les hagan las pruebas o exámenes correspondientes. En atención primaria a veces no tenemos los exámenes complementarios adecuados, qué hago como médico, soy un soldado sin fusil  o sin balas” y se envía a emergencias lo cual colma el servicio, ha revelado el especialista.
 
A todo eso se suma la mayor exigencia de documentación y “eso quita tiempo para la atención. Si están saturados los servicios habrá errores médicos y eso generará juicios de tipo civil”, ha observado Barragán.
 
Finalmente el especialista ha recordado que gran parte del personal de emergencia está aquejado por el síndrome del quemado (burn out) y ha citado un estudio de 2012 del Departamento de Salud Ocupacional del HCAM que señala que el 57 por ciento del personal presenta esa patología en un nivel muy alto.

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