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NUEVA REVISIÓN COCHRANE
Suplementos de omega 3 poco beneficiosos para cardiopatías y accidente cerebrovascular
Un estudio publicado recientemente desafía la creencia de que protegen contra las enfermedades cardiovasculares
Jueves, 26 de julio de 2018, a las 10:57
Lee Hooper, investigadora de la Universidad de East Anglia.

Lee Hooper, investigadora de la Universidad de East Anglia.


Redacción. Quito
Una nueva revisión sistemática de Cochrane denominada ‘Ácidos grasos omega 3 para la prevención primaria y secundaria de las enfermedades cardiovasculares’, muestra que "los suplementos de omega 3 tienen poco o ningún efecto en el riesgo de sufrir una enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular o muerte", ha informado Cochrane Iberoamérica en un comunicado.
 
El aumento del consumo de grasas omega 3 se promueve ampliamente en todo el mundo debido a la creencia común de que protegerá contra las cardiopatías. Existe más de un mecanismo posible de cómo podrían ayudar a prevenir enfermedades cardíacas, incluida la reducción de la presión arterial o la reducción del colesterol. Sin embargo, “la nueva evidencia de salud Cochrane desafía esta creencia”, ha explicado la institución.
 
La revisión sistemática también sugiere que comer más ácido alfa linolénico (ALA), uno de los principales tipos de ácidos grasos omega 3, probablemente tenga poco o ningún efecto en las muertes cardiovasculares o muertes por cualquier causa. Sin embargo, comer más ALA posiblemente reduce el riesgo de alteraciones cardíacas del 3,3 al 2,6 por ciento.
 
En este sentido, los investigadores han encontrado que la reducción de los eventos cardiovasculares con ALA era tan pequeña que alrededor de 1000 personas necesitarían aumentar el consumo de ALA para que una de ellas se beneficiara. Además, hallaron resultados similares para la muerte de origen cardiovascular. No encontraron suficientes datos de los estudios para poder medir el riesgo de hemorragia o coágulos de sangre por el uso de ALA.
 
Podemos confiar en los hallazgos de esta revisión que van en contra de la creencia popular de que los suplementos de omega 3 de cadena larga protegen el corazón. Esta gran revisión sistemática incluyó información de muchos miles de personas durante largos períodos. A pesar de toda esta información, no vemos efectos protectores”, ha manifestado Lee Hooper, de la Universidad de East Anglia (Reino Unido) y autor principal de Cochrane.
 
Para el investigador, la revisión proporciona buena evidencia de que tomar suplementos de omega 3 de cadena larga como aceite de pescado, ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA), no beneficia la salud cardíaca ni reduce nuestro riesgo de apoplejía o muerte por ninguna causa.
 
Según Hooper, los estudios de más confianza mostraron consistentemente poco o ningún efecto de las grasas omega 3 de cadena larga en la salud cardiovascular. Por otro lado, “aunque el pescado azul es un alimento saludable, no está claro, a partir del pequeño número de ensayos, si comer más pescado azul protege nuestros corazones”, ha comentado.
 
Esta revisión sistemática encontró evidencia moderada de que el ALA, que se encuentra en los aceites vegetales (como la colza o el aceite de canola) y los frutos secos (particularmente las nueces) pueden ser ligeramente protectores de algunas cardiopatías y enfermedades circulatorias. Sin embargo, el efecto es muy pequeño, 143 personas necesitarían aumentar su ingesta de ALA para evitar que una persona desarrolle una arritmia. Mil personas necesitarían aumentar su ingesta de ALA para evitar que una persona muera de enfermedad coronaria o experimente un evento cardiovascular. El ALA es un ácido graso esencial, una parte importante de una dieta equilibrada, y un consumo cada vez mayor puede ser ligeramente beneficioso para la prevención o el tratamiento de enfermedades cardiovasculares”, ha dicho el investigador.
 
Otros resultados
 
Los investigadores de Cochrane han descubierto que aumentar el omega 3 de cadena larga proporciona poco o ningún beneficio en la mayoría de los resultados que observaron.
 
Han encontrado evidencia de “certeza alta” en que las grasas omega 3 de cadena larga tenían poco o ningún efecto significativo sobre el riesgo de muerte por cualquier causa, es decir, el riesgo de muerte por cualquier causa fue del 8,8 por ciento en las personas que aumentaron su ingesta de grasas omega 3, en comparación con el 9 por ciento en las personas de los grupos control.
 
También han descubierto que consumir más grasas omega 3 de cadena larga, incluidos ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA), principalmente a través de suplementos, probablemente añade “poca o ninguna diferencia” al riesgo de sufrir episodios cardiovasculares, muertes cardíacas, eventos de cardiopatías coronarias, accidentes cerebrovasculares o alteraciones cardíacas.
 
Asimismo, han hallado que las grasas omega 3 de cadena larga “probablemente redujeron algunas de las grasas en la sangre, como triglicéridos y colesterol HDL. Es probable que la reducción de los triglicéridos proteja de las cardiopatías, pero la reducción del HDL tiene el efecto opuesto3”. En este sentido, los investigadores recopilaron información sobre los daños de los estudios, pero la información sobre sangrado y coágulos de sangre fue muy limitada.
 
El estudio
 
Según Cochrane Iberoamérica, esta revisión combina los resultados de 79 ensayos aleatorios que incluyeron 112.059 personas. Estos estudios evaluaron los efectos del consumo de grasas omega 3 adicionales, en comparación con el omega 3 habitual o menor, en las cardiopatías y enfermedades circulatorias. 25 estudios se consideraron altamente fiables porque estaban bien diseñados y realizados.
 
La mayoría de los estudios investigaron el impacto de administrar un suplemento de omega 3 de cadena larga en forma de cápsula y lo compararon con una píldora ficticia. Solo unos pocos evaluaron la ingesta total de pescado.
 
Además, la mayoría de los ensayos ALA añadieron grasas omega 3 a alimentos como la margarina y dieron estos alimentos enriquecidos, o alimentos naturalmente ricos en ALA como los frutos secos, a personas en los grupos de intervención y los alimentos habituales (no enriquecidos) a los otros participantes.
 
El dato
 
Acceda al estudio completo en el siguiente link: http://bit.ly/RevisionOmega3



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