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Medicina 3.0
¿Por qué los costos en salud siguen al alza?
Martes, 17 de mayo de 2016, a las 19:13
* Dr. David Cabrera Vásconez, especialista en Administración de Salud y Seguros
Luego del auge de las clínicas privadas que concentraron pacientes del sector público para prestaciones de salud entre 2008 y 2012, el esquema de costos se ha modificado dramáticamente por variables específicas de la población y su comportamiento con seguros de índole público y privado. Mientras en 2008 el IESS suscribió 27 contratos con clínicas privadas, en 2012 se suscribieron 345 lo que reflejó que las clínicas y hospitales privados más importantes en su conjunto pasen de registrar 500 millones de dólares en 2008 a 1.007 millones en 2012.
El problema del costo al alza empieza a dar “síntomas y signos” el segundo semestre de 2013 por el problema de pago del IESS a las instituciones privadas con las que hizo convenios y éstas, al estar impagas y con problemas de flujo trasladaron ese costo a los prestadores de salud privados. Existen además otras variables como el COIP (Código Orgánico Integral Penal) que ha hecho que la práctica privada se convierta en más defensiva, haciendo que los médicos soliciten más exámenes de laboratorio, imagen y otros procedimientos para asegurar diagnósticos. Otros determinantes no medidos en nuestro país en prestaciones de salud son el riesgo moral (en especial en los pacientes con seguros privados), la baja tasa de especialistas en el medio privado, la alta concentración de ellos en círculos hospitalarios específicos y otros determinantes como medicamentos (de alto coste), nuevas tecnologías e insumos quirúrgicos y la falta de adherencia de médicos a vademécums y protocolos o erróneamente la imposición de protocolos médicos (no actualizados o no aplicables) por parte de las aseguradoras / prepagas a los médicos.
Estos determinantes han hecho que el costo en salud, sumado al decrecimiento económico y financiero que atraviesa el Ecuador se asiente aún más sobre un modelo de elasticidad en salud más sensible al precio, con necesidad de calidad y seguridad y con costos que no se logran medir adecuadamente.
Finalmente, los costos totales en salud (entendidos no sólo como el costo de la prestación sino la frecuencia de veces que se accede a ella) continuarán creciendo conforme permanezca el decrecimiento económico del país ya que no existen mecanismos claros para su control en los generadores de la demanda que son los médicos que se ven en una encrucijada por el costo de la tarifa de hospital versus el número de pacientes que cada vez solicitan más eficiencia de la atención médica (ambulatoria u hospitalaria) para que el gasto de bolsillo que afecta directamente al paciente –y al sistema de salud global- sea menor.
Luego del auge de las clínicas privadas que concentraron pacientes del sector público para prestaciones de salud entre 2008 y 2012, el esquema de costos se ha modificado dramáticamente por variables específicas de la población y su comportamiento con seguros de índole público y privado. Mientras en 2008 el IESS suscribió 27 contratos con clínicas privadas, en 2012 se suscribieron 345 lo que reflejó que las clínicas y hospitales privados más importantes en su conjunto pasen de registrar 500 millones de dólares en 2008 a 1.007 millones en 2012.
El problema del costo al alza empieza a dar “síntomas y signos” el segundo semestre de 2013 por el problema de pago del IESS a las instituciones privadas con las que hizo convenios y éstas, al estar impagas y con problemas de flujo trasladaron ese costo a los prestadores de salud privados. Existen además otras variables como el COIP (Código Orgánico Integral Penal) que ha hecho que la práctica privada se convierta en más defensiva, haciendo que los médicos soliciten más exámenes de laboratorio, imagen y otros procedimientos para asegurar diagnósticos. Otros determinantes no medidos en nuestro país en prestaciones de salud son el riesgo moral (en especial en los pacientes con seguros privados), la baja tasa de especialistas en el medio privado, la alta concentración de ellos en círculos hospitalarios específicos y otros determinantes como medicamentos (de alto coste), nuevas tecnologías e insumos quirúrgicos y la falta de adherencia de médicos a vademécums y protocolos o erróneamente la imposición de protocolos médicos (no actualizados o no aplicables) por parte de las aseguradoras / prepagas a los médicos.
Estos determinantes han hecho que el costo en salud, sumado al decrecimiento económico y financiero que atraviesa el Ecuador se asiente aún más sobre un modelo de elasticidad en salud más sensible al precio, con necesidad de calidad y seguridad y con costos que no se logran medir adecuadamente.
Finalmente, los costos totales en salud (entendidos no sólo como el costo de la prestación sino la frecuencia de veces que se accede a ella) continuarán creciendo conforme permanezca el decrecimiento económico del país ya que no existen mecanismos claros para su control en los generadores de la demanda que son los médicos que se ven en una encrucijada por el costo de la tarifa de hospital versus el número de pacientes que cada vez solicitan más eficiencia de la atención médica (ambulatoria u hospitalaria) para que el gasto de bolsillo que afecta directamente al paciente –y al sistema de salud global- sea menor.
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