TRAS LA PANDEMIA DE COVID-19
Estudio muestra cómo Quito pasó hacia un modelo de atención primaria basado en la comunidad
Este estudio toma relevancia debido al actual contexto del país
Miércoles, 15 de octubre de 2025, a las 12:12
Betzabé Tello, Iván Dueñas-Espín y Laura Di Giorgio, autores del estudio.
|
Redacción. Quito
La Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), a través del Grupo de Investigación CRECER (Cuidado Responsable, Equidad, Ciencia, Educación y Respeto) y en colaboración con el Banco Mundial, ha anunciado la publicación del estudio “
Strengthening primary health care resilience through community innovation: a qualitative case study from Quito’s response to COVID-19” en una de las revistas más influyentes en el ámbito de las políticas públicas de salud.
En esta investigación, desarrollada entre 2024 y 2025, se ha analizado cómo la ciudad de Quito ha transformado su modelo de atención primaria tras la pandemia de COVID-19, consolidando un enfoque comunitario, preventivo e intersectorial, el cual ya es reconocido como un “referente” en América Latina, de acuerdo a lo informado.
El trabajo, liderado por los investigadores Betzabé Tello (CISeAL), junto con Iván Dueñas-Espín (Instituto de Salud Pública, PUCE) y Laura Di Giorgio (Banco Mundial), aporta evidencia sobre cómo los gobiernos locales pueden guiar transformaciones estructurales en sistemas de salud fragmentados.
Los ESC, la principal innovación
El estudio ha documentado el proceso mediante el cual el Municipio del Distrito Metropolitano de Quito ha logrado
transitar desde un modelo reactivo y hospitalario hacia un modelo basado en la comunidad, centrado en la prevención, los determinantes sociales de la salud y la participación ciudadana.
Para esto la innovación principal ha sido la
creación de Equipos de Salud Comunitaria (ESC) multidisciplinarios, desplegados en las 65 parroquias de la ciudad. Estos ya han sido institucionalizados y promueven la salud, previenen enfermedades y coordinan acciones con otros sectores municipales y comunitarios.
“El modelo de atención comunitaria de Quito demostró que la resiliencia del sistema de salud no depende únicamente de los hospitales, sino de la capacidad de los territorios para organizarse, anticipar riesgos y cuidar de su población”, ha expresado Betzabé Tello, autora principal y profesora-investigadora de la PUCE.
El estudio muestra cómo el Municipio de Quito ha logrado institucionalizar esta transformación mediante marcos legales, diálogo político, financiamiento sostenido y estructuras de gobernanza intersectorial.
Adicional, muestra otras estrategias implementadas, como:
- Consolidación de Comités Zonales Intersectoriales, encargados de articular acciones entre la Secretaría de Salud, las agencias y empresas municipales y las áreas de ambiente, seguridad y desarrollo social.
- Protección y bienestar del personal sanitario, mediante mapas de riesgo, sistemas de comunicación y protocolos de seguridad en territorios de alta vulnerabilidad.
- Integración de herramientas digitales, como plataformas para educación sanitaria y seguimiento comunitario.
Gracias a estas innovaciones, Quito ha fortalecido su capacidad de respuesta frente a emergencias, también ha mejorado la confianza de las comunidades en los servicios de salud y ha avanzado en la institucionalización del enfoque de salud territorial.
Condiciones clave para América Latina
Para los investigadores ecuatorianos, este estudio deja importantes lecciones para la región, entre los cuales están tres condiciones clave para la resiliencia en salud:
1. Gobernanza descentralizada y participativa, que permitió al municipio orientar la articulación intersectorial.
2. Inversión sostenida en atención primaria en salud, impulsada por una gestión política que mantuvo el presupuesto incrementado más allá de la pandemia, garantizando la operación continua de los ESC
3. Integración de determinantes sociales y comunitarios en la planificación local, fortaleciendo la capacidad del sistema para responder a las necesidades del territorio.
El estudio enfatiza que fortalecer la capacidad digital y garantizar la protección institucional y financiera de los ESC será esencial para mantener los logros alcanzados y replicar el modelo en otras ciudades latinoamericanas.
Para los autores, este estudio toma relevancia debido al actual contexto del país, ya que atraviesa una grave crisis social, económica y de seguridad, así como una profunda crisis sanitaria marcada por los recortes en el gasto público en salud, inestabilidad institucional y dificultades de gestión operativa en los territorios.
Las competencias municipales en salud se enfocan principalmente en la promoción de la salud y la prevención de enfermedades, complementando las acciones del Modelo de Atención Integral de Salud Familiar, Comunitario e Intercultural (MAIS-FCI) del Ministerio de Salud Pública (MSP).
El caso de Quito demuestra que la acción local puede ser una fuente de innovación y esperanza, al construir un modelo comunitario robusto y participativo que continúa fortaleciéndose, aunque aún requiere indicadores que midan su impacto y efectividad.
“El modelo de Quito muestra que incluso con atribuciones restringidas y recursos limitados, la salud puede fortalecerse desde el territorio cuando existe liderazgo político, articulación intersectorial y compromiso comunitario”, ha sostenido Iván Dueñas, coautor del estudio.
El estudio pone así en evidencia que la resiliencia no surge únicamente de la capacidad técnica o presupuestaria, sino de la capacidad social e institucional de adaptarse, sostener el vínculo con la comunidad y defender el derecho a la salud, incluso en contextos adversos.
La figura muestra la estructura territorial y funcional de los Equipos Comunitarios de Salud de Quito. Fuente: autores del estudio.
|