DESDE LA SOCIEDAD CIVIL
Ecuador puede controlar la epidemia del VIH en los próximos años
Los promotores comunitarios son fundamentales para la búsqueda activa de casos
Miércoles, 08 de octubre de 2025, a las 18:24
Jimmy Medina, Amira Herdoiza y Renato Jaramillo, de Kimirina.
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Jonathan Veletanga. Quito
Ecuador está en el camino correcto para controlar la epidemia del VIH, gracias a las medidas de prevención combinada que se han desarrollado en los últimos años, además que el Estado garantiza el tratamiento para las personas que viven con esta condición, ha asegurado Amira Herdoiza, directora ejecutiva de Corporación Kimirina, organización que tiene más de 25 años de trayectoria en la prevención del VIH en el país.
Desde 1984 hasta 2024, el país acumula un total de 85.224 casos de VIH notificados, de estos,
solo en 2024 se notificaron 5.478 nuevos casos (75 por ciento en hombres y 25 por ciento en mujeres), con principal concentración en Guayas y Pichincha, según el Informe de la Situación de la
Respuesta Nacional a la Epidemia de VIH en Ecuador del Ministerio de Salud Pública (MSP).
A partir del 2000 se observa un incremento de los casos notificados, no porque han aumentado las infecciones per se, sino porque se han implementado políticas de salud pública, se ha fortalecido el acceso a pruebas de tamizaje rápido y, en los últimos años, se ha incorporado el modelo de búsqueda activa de casos en poblaciones clave y vulnerables.
Es decir, actualmente tanto la sociedad civil como el MSP están captando a las personas que viven con VIH de manera temprana, gracias a que salen al territorio a buscar a las personas que están en mayor riesgo de infección, ha explicado Renato Jaramillo, coordinador de monitoreo y evaluación de Kimirina.
“El que conozcan su diagnóstico es una medida magnífica de prevención”. Hoy en día es importantísimo que las personas sepan su estado serológico y, si son positivas, van a poder iniciar sus tratamientos antirretrovirales de manera oportuna, con lo cual, gracias a los avances tecnológicos, podrán cuidar su salud (evitando que se deteriore su sistema inmunológico) y evitar la transmisión del virus, ha agregado Herdoiza.
“Entonces, estos 5.478 casos que se detectaron en 2024 son casos que hemos buscado activamente para entrar en este proceso de prevención combinada”, ha enfatizado.
En este sentido, Herdoiza ha asegurado que en el país ya están disponibles medicamentos antirretrovirales que evitan que las personas que tienen prácticas de riesgo se infecten (Profilaxis pre-Exposición -PrEP) y antirretrovirales que permiten que las personas que viven con VIH ya no trasmitan esta condición y puedan tener una buena calidad de vida.
“La Prevención combinada es el conjunto de programas comunitarios que promueven una combinación de intervenciones biomédicas, comportamentales y estructurales, diseñadas con el propósito de satisfacer las necesidades de prevención de la infección por el VIH de personas y comunidades específicas. Entre estas se encuentran: Tamizaje de VIH, oferta de PrEP y oferta de PEP”, de acuerdo al MSP.
Trabajo comunitario con pares
La epidemia del VIH en Ecuador todavía se concentra en las poblaciones clave: hombres que tienen sexo con hombres, mujeres transfemeninas y trabajadoras sexuales. Además, los últimos datos oficiales muestran que la mayoría de los diagnósticos son en personas entre 20 y 49 años, seguidos por las personas de 50 a 64 años.
Por ello, “se identifican los lugares donde podemos encontrar a estos grupos y armamos brigadas para ir a estos sitios”. El objetivo es hacer un tamizaje temprano, que tengan un diagnóstico y, de ser el caso, se vinculen a un esquema de Profilaxis PrEP o PEP, ha explicado Jimmy Medina, coordinador Comunitario de Kimirina.
Este modelo de búsqueda activa de casos se trabaja con la metodología de pares (promotor comunitario), es decir, con personas de la misma comunidad, lo que permite llegar con respeto, empatía, sin estigmatización, con servicios de calidad y calidez, y con el mismo lenguaje.
De esta manera, se tiene una mejor aceptación a la realización de pruebas rápidas del VIH, así como a los programas de prevención y educación de un diagnóstico temprano para acceder a un tratamiento de buena calidad y prolongar la expectativa de vida, ha sostenido Medina, quien ha invitado a la población a no tenerle miedo a los test de VIH ya que actualmente son de muy buena calidad.
Gracias a todos los esfuerzos realizados como país, además de otros aspectos, la tasa de mortalidad por VIH ha disminuido al 3.35 por cada 100.000 habitantes, lo cual es una de las más bajas en los últimos años, ha precisado Jaramillo.
En buen camino para cumplir los objetivos 95-95-95
ONUSIDA ha planteado los objetivos 95-95-95 para poner fin al sida para el año 2030: que el 95 por ciento de las personas que viven con VIH conozcan su estado serológico; que el 95 por ciento de las personas diagnosticadas con VIH reciban tratamiento antirretroviral continuo; que el 95 por ciento de las personas que reciben tratamiento tengan supresión viral. Precisamente, Ecuador se ha sumado a este acuerdo mundial.
El país está avanzando positivamente en estos indicativos, ha mencionado Jaramillo. Según ha indicado, actualmente el 92.26 por ciento de las personas que viven con VIH conocen su estado serológico; el 88.8 por ciento de las personas diagnosticadas con VIH están con tratamiento antirretroviral; y el 78.22 por ciento de las personas que reciben tratamiento alcanzaron una carga viral suprimida bajo el umbral.
Si bien aún hay brechas en todas las metas, Jaramillo ha considerado que con todos los esfuerzos realizados, las búsquedas activas de casos, el acceso al tratamiento continuo, entre otros aspectos, el país seguramente va acercarse significativamente a los objetivos en los próximos años. Para esto, se requiere mantener y seguir haciendo énfasis en el diagnóstico temprano, la educación, el monitoreo y seguimiento de la epidemia.
Al respecto, Herdoiza ha sostenido que “de mantenernos esta vía que hemos tomado (garantizando además los recursos para la respuesta integral), la epidemia de VIH puede ser controlada y dejar de ser un problema de salud pública. Además, ha invitado a los médicos a ser “motores de cambio”.