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Ecuador | Colombia
Desde la academia
Rodrigo Borja Cevallos y la Salud Publica


Miércoles, 24 de diciembre de 2025, a las 10:03
Carlos Terán Puente, salubrista – docente universitario.
 
La salud pública con orientación nacional estratégica, con políticas y programas pertinentes, con presupuesto suficiente y con la gestión con un equipo técnico – político comprometido y transparente en su conducción, es el mejor reflejo del compromiso de un gobierno con los derechos humanos, derechos constitucionales y la democracia.
 
Rodrigo Borja Cevallos, presidente 1988-1992, comprendió la trascendencia del sector salud como derecho de la población mayoritaria y como factor de desarrollo humano. Así debe entenderse su decisión de poner al frente del ministerio del ramo al doctor Plutarco Naranjo Vargas, médico, investigador, profesor universitario, escritor y conocedor profundo de la historia de la medicina.
 
Rodrigo Borja presidente, supo con claridad que la salud pública –sus instituciones y gestión de la red de servicios que atiende a más de 60 por ciento de habitantes- no puede ser moneda de trueque político ni plataforma populista para mantenerse en el poder o para venta de imagen benefactora, menos aún para beneficio de grupos ajenos a lo público. Borja, designó un ministro íntegro e ilustrado, y adicionalmente lo apoyó y lo mantuvo durante los cuatro años de su mandato. El compromiso de Borja en la selección de la autoridad máxima de la salud nacional y en su permanencia tuvo frutos.
 
El ministro Plutarco Naranjo –cuyo aporte específico consta en una larga serie de publicaciones, en el museo dedicado a su obra en la Universidad Andina Simón Bolívar de Quito y también en la Universidad de Cuenca- lideró la primera experiencia nacional de implementación de un modelo inspirado en la Declaración de Alma Ata (OMS, 1978) como base para el desarrollo del sistema nacional de salud. Se debía superar la orientación curativa (enfermológica) para impulsar el cuidado integral de salud con un sólido primer nivel de atención enraizado en los barrios y comunidades rurales.
 
Con este propósito urgente y democrático, el ministro Naranjo convocó y conformó un amplio y comprometido equipo de salubristas con trayectoria en el análisis, diseño e implementación de redes de servicios comunitarios en la Amazonía, la Sierra y la Costa. Solicitó el aporte técnico de organismos tales como la Organización Panamericana de la Salud, incluyó a destacadas docentes y pedagogas universitarias y, entre 1988 y 1992, puso en marcha el modelo de atención Salud Familiar Integral y Comunitaria, SAFIC.
 
Lejos de ser un proyecto fantasma, recién en febrero de 1990, luego de una laboriosa validación del modelo SAFIC, el presidente Borja emitió el decreto ejecutivo 1231 con el modelo nacional de atención, resaltando en sus considerandos que el derecho a la salud para los ecuatorianos se halla garantizado por la Constitución de la República; que para dar cumplimiento al mandato constitucional es indispensable desarrollar nuevas políticas de salud con miras a ampliar las coberturas que hasta ahora ha mantenido el Ministerio de salud pública…. Acorde con este propósito es necesario poner en ejecución el modelo de salud familiar y comunitaria integral”.
 
El SAFIC planteó el proceso de regionalización por primera vez en el Ecuador mediante la organización de áreas de salud -técnicamente sistemas locales- constituidos por una red de establecimientos de primer nivel, un hospital básico y con referencia regional a hospitales de especialidad.
 
El plan de salud de Rodrigo Borja con la orientación de Plutarco Naranjo, se propuso con claridad la necesidad de “extender la cobertura con atención integral a las familias ecuatorianas en especial alas expuestas a mayores riesgos biológicos,  económicos y sociales, mediante la ampliación de la red de servicios y la implementación de áreas y micro áreas de salud; reorganizar y orientar las redes locales de servicios de salud mediante la capacitación de personal y desarrollo de instrumentos y procesos técnico administrativos; estimular y apoyar la participación activa de la comunidad en las cogestión de los servicios de salud y en la solución de otros problemas básicos; fortalecer la coordinación intra e intersectorial para la solución integral de la problemática de salud y el mejoramiento del nivel de vida de la población”.
 
El MSP diseñó y llevó adelante un amplio proceso de incorporación de profesionales de medicina, enfermería, educadores para la salud, laboratoristas en cientos de centros y puestos de salud, quienes se incorporaron a los establecimientos existentes y a nuevas instalaciones de implementadas por el MSP y la comunidad. La prioridad del SAFIC fue poner al alcance de la población el cuidado de la salud con profesionales cercanos a sus domicilios, con instalaciones suficientes para atender el 85 por ciento de las dolencias de la población y con referencia a unidades de mayor capacidad resolutiva.
 
El modelo SAFIC capacitó centenares de profesionales en las provincias del país para la superación del modelo curativo e impulsar una práctica preventiva, familiar e integral. Se enfatizó en la sostenibilidad del sistema y de las redes de atención antes que el deslumbramiento mediático. Se buscó una gestión descentralizada y efectiva antes que un centralismo paralizante. Se trató de poner el cuidado integral de salud al alcance de las personas, las familias y las comunidades. Se pretendió sentar las bases de un sistema nacional de salud universal, sostenible, equitativo y democrático.
 
El modelo SAFIC publicado por el MSP, incluyó como pilares la Declaración de Alma Ata y el decreto 1231 del presidente Borja. Tuve el privilegio de participar en la elaboración del manual SAFIC, junto con el ministro Naranjo, que en sus páginas se evidencia el propósito de dar forma a una política de Estado en salud. Lamentablemente este objetivo no se ha conseguido hasta la fecha y la política de salud pública permanece al vaivén de cada mandatario.
 
Los gobiernos sucesivos al de Rodrigo Borja no visualizaron la importancia de mantener y mejorar el modelo SAFIC. El proceso fue interrumpido y fracturado y, posteriormente, sustituido por una zonificación y distritalización que han demostrado ser poco viables por la desarticulación con la organización histórica - administrativa del país que tiene como base territorial e identitaria a las parroquias, cantones y provincias.
 
La contribución del gobierno de Rodrigo Borja a la salud pública es digna de reconocimiento y su gestión debería inspirar a quienes deciden hoy sobre la salud y la enfermedad en el Ecuador.

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