Edición Médica

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Ecuador | Colombia
Desde la academia
Fabulaciones políticas y vacunación COVID-19


Jueves, 01 de abril de 2021, a las 20:54
*Carlos Terán Puente-Profesor Titular - Facultad Ciencias de la Salud Universidad Estatal de Milagro - UNEMI

…los seres humanos rápidamente aprendemos a entrar en relatos y a contarlos, incluso a manipularlos deliberadamente para engañar al otro e imponer nuestros relatos del mundo (Cabrera, J. 2018)
  
La atmósfera de medios y redes sociales durante la pandemia, en muchos países y en Ecuador, está invadida por un agitado océano de todo tipo de mensajes. Explican las causas o proponen alternativas, exponen teorías o critican políticas, divulgan disposiciones de gobiernos o las desafían. Otros son propaganda electoral. Es un carrusel de pensamientos que provoca reacciones y seguramente, promueve conductas. Circulan a veces con firma de funcionarios, pero, muchos otros, sin firma o con nombres inventados.
 
La capacidad de fabulación de la especie humana es una notable virtud y exigencia en la literatura. También, es un rasgo patológico en ciertos síndromes neuropsicológicos. En tiempo de pandemia es un desfile multitudinario de fabulaciones en forma de arengas, narraciones, interpretaciones, rogativas, bendiciones, vaticinios, remedios, “casos” y más que va, vuelve y se reenvía sin fin.
 
Han inventado teorías sobre el origen del virus y su cuota en el apocalipsis. Han ofrecido centenares de sencillos “trucos infalibles” para engañar al virus y evitar el contagio. Ofertan recetas asombrosas, gotas y sueros intravenosos milagrosos. Dicen que se “descubrió” tal o cual medicamento que mata el virus. También, revelan la crudeza de fallecimiento de quienes se contagiaron y no pudieron ser atendidos en un hospital. Sus autores son generosos y a cambio solamente piden un “like y comparte”. Su ganancia puede estar en otra parte.
 
Las vacunas para el SARS-Cov-2 no podían librarse de la marea. Hay mensajes de condena y negación de su capacidad para generar inmunidad. Fabulan que llevan un chip incorporado para destruir a quienes se inoculen, ¡qué no se vacune nadie! Qué alterarán la capacidad inmunológica de las vacunadas. Que la inmunización es un engaño más y que la gente estará muriendo en poco tiempo. En líneas gruesas, desfilan percepciones anti-vacunas y pro-vacunas, pensamiento anti-ciencia y saber científico.
 
En el subsuelo de la oleada de mensajes, la denominada “infodemia”, están las explicaciones mayores sobre la naturaleza, la vida y la condición humana. Aparecen el creacionismo y la evolución paciente, paulatina y compleja de la vida en el planeta. Surgen las explicaciones mágicas y la búsqueda de evidencia científica sobre la marcha, “como cambiar la rueda con el auto en movimiento…” Es una lucha pertinaz en la sociedad humana que finalmente es un collage de formas diversas de comprender la vida y su desconcertante fragilidad.
 
La pandemia se ha expandido en un planeta con sociedades caracterizadas por una desigualdad lacerante, con multitudes viviendo con desnutrición y pobreza que son plagas mayores y similares a la pandemia viral. Sociedades gobernadas por grupos más o menos cerrados que desean perpetuarse o anhelan asumir el mando político. Grupos en condiciones de privilegio y permanente acumulación de capitales. Tienen la idea fija de acrecentar sus ganancias y su poder. Los mandatarios y los candidatos y sus círculos manejan la fabulación a tiempo completo. Interpretan el pasado a su manera, se ofrecen como salvadores únicos e irremplazables de un futuro que solo con ellos es prometedor. Fabulan y confabulan para ello. Condenan el pasado, exorcizan el presente y ofrendan el paraíso terrenal en su gobierno probable. La salud entra en el baratillo de ofertas, invitan a olvidar el hoy y a esperar un futuro brillante. Fabulaciones de tiempo electoral.
 
En los recursos para enfrentar la pandemia, equipos, medicamentos y vacunas, con base en el saber científico y la tecnología aplicada, es inevitable el movimiento adosado de inmensos intereses y beneficios económicos nacionales y transnacionales, de intereses geopolíticos. También, aparecen redes de corrupción que se aprovechan la ocasión para engordar la chequera.
 
Cuenta cuentos desde el poder
 
En el mundo de hoy, “abundan los ´cuenta cuentos´, que desde su espacio de poder cotidiano, cultural o político inventan poderosas historias que nos inspiran positivamente o que nos manipulan aterradoramente”, lo asegura Konnikova (2017). Las redes sociales y los medios de comunicación sirven para la dispersión de inspiraciones y manipulaciones dirigidas a manipular el voto de las personas. Fustigan las micro pantallas con fabulaciones de la historia, con espantajos del futuro, la condición es que nadie piense en lo que sucede aquí y ahora. Los grandes medios no escapan de esta lógica.
  
En la vacunación COVID-19, el gobierno tiene al Ecuador ubicado a la cola de la fila de todos los países. Por confesión del presidente, el país no tuvo plan nacional de vacunación hasta mediados de marzo 2021, excepto en la imaginación de su ministro que renunció y se voló a Miami. A confesión presidencial, confirmación de desgobierno. El 23 de marzo 2021, el quinto reemplazante al mando de la secretaria sanitaria aseguró que, en efecto, no hubo plan vacunación.
 
La fabulación desde el poder político se hace manifiesta. La dramática confesión del gobernante que dice no sabía que no había plan, significa que el presidente no gobierna. Una declaración de este calibre significa un alto costo político, un descrédito total. Pero el presidente se juega y paga este precio porque no tiene que perder. Su confidencia es indispensable para sembrar olvido de la lista de vacunadas y vacunados contra la COVID-19 desde enero hasta marzo 2021. Sacrifica una credibilidad que no tiene, por tanto, no sacrifica nada. Es una confesión con piola.
 
Jorge Hermida, médico de reconocido compromiso y larga trayectoria como técnico de Salud Pública, manifestó públicamente su duda sobre la inexistencia de un plan de vacunación. Su incertidumbre es razonable y lógica. Coincido en la duda. Si no había plan ¿cómo se aplicaron más de 120 mil dosis antes del 20 de marzo? ¿Quién las distribuyó? ¿Quién ordenó inyectarlas? La fabulación pretende esconder un colosal engaño. Hubo plan. Fueron órdenes desde altos niveles de gobierno. Semana a semana se decidía a qué brazos debían ir las vacunas. La fabulación política queda al descubierto.
 
Para asegurar la falsa narrativa, luego del 23 de marzo, el gobierno lanzó una campaña publicitaria masiva donde aparece el presidente con adultos y adultas mayores, los llama “viejitos mimados del gobierno… son los primeros en recibir la vacuna COVID-19…”. La fabulación cierra su círculo narrativo. Se trata de a convencer a la población que antes no hubo plan (que en realidad existió) y que recién ahora se inicia uno, vacunando a los “viejecitos”. Se oculta que antes, el gobierno vacunó a su círculo y amigos, a familiares y asistentes, con fondos públicos. La vicepresidenta pregunta iracunda ¿dónde está la lista de vacunados-as?
 
Salud Pública y fabulaciones
 
Las fabulaciones en la Salud Pública no son nuevas. Se han dado con relación al daño ecológico de la minería y de la explotación petrolera, en la construcción de hospitales para Manabí y en la creación de una “empresa pública farmacéutica”. Se fabula que el modelo de atención es la misma encarnación de la Declaración de Alma Ata. Se fabula cotidianamente con el maquillaje de cifras de casos y de defunciones en la pandemia. Las fabulaciones con los asuntos de la salud siguen cuando la propaganda del presidente, ajeno a la realidad, culpa a la indisciplina ciudadana de la nueva ola de la pandemia en marzo 2021, sin darse cuenta que su gobierno y su ministerio sanitario no hace pruebas, no realiza vigilancia epidemiológica ni tiene mecanismos de cuidar la cuarentena en el primer nivel de atención.
 
Las fabulaciones en los asuntos de Salud Pública y en el caso de la vacunación COVID-19, preocupan porque además de la inequidad e injusticia social que la pandemia exacerba, se incremente con un plan de vacunación por privilegios y amiguismo. Dejaron de lado los criterios técnicos, éticos y humanitarios. La narrativa gubernamental busca la desmemoria ante sus políticas de olvido de los derechos de los-as profesionales de salud y de otros grupos prioritarios. Preocupan porque el entramado fabulario se diseña, elabora y divulga con fondos públicos que ameritarían mejores causas.
 
La infodemia no solo implica fake news en las redes sociales. También se refleja en las campañas de publicidad y propaganda gubernamentales, configurando fabulaciones del poder político. La gran diferencia es que, éstas son pagadas con el dinero de todas y todos. Las fabulaciones deben ser develadas porque buscan el olvido ante un ejercicio ilegítimo, inoperante e inequitativode gobierno, que incluye manejo no ético de la salud pública y la postergación del derecho democrático a la salud y a la vida.

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