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Salud Pública

CONVERSATORIO EXPERTOS
¿Cuánto impacta el dolor crónico en la calidad de vida de los ecuatorianos?
El dolor afecta la calidad de vida de los pacientes
Lunes, 24 de octubre de 2022, a las 08:19

Mario Paz Mazón (vicepresidente de la SEETD), Bernardo Sandoval, decano de  la Facultad de Medicina de la Universidad de las Américas (UDLA).


Cristina Coello. Jonathan Veletanga
En el marco de la conmemoración del Día Mundial contra el Dolor, que se recuerda cada 17 de octubre y considerando que el dolor crónico ya es un problema de salud pública, la Sociedad Ecuatoriana Para el Estudio y Tratamiento del Dolor (SEETD), junto a Edición Médica, han desarrollado el foro ‘Impacto del dolor en la calidad de vida de los ecuatorianos’.

El objetivo fue iniciar un análisis serio del real impacto del dolor, así como concientizar a la comunidad médica sobre la importancia de su manejo oportuno e integral, tomando en cuenta que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha incluido a esta patología en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11).

Participaron en el evento científico Bernardo Sandoval, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de las Américas (UDLA); Ximena Pozo especialista en Cuidados Paliativos y miembro del área de Gobernanza de la Salud Pública del Ministerio de Salud Pública (MSP); Pablo Castromán, secretario científico de la Federación Latinoamericana de Asociaciones para el Estudio del Dolor (FEDELAT); Manuel Baldeón, docente e investigador de la Escuela de Medicina de la Universidad Internacional del Ecuador (UIDE); y, Mario Paz Mazón (vicepresidente de la SEETD).

¿Síntoma o enfermedad?

Para entender el real impacto de esta patología, los panelistas han analizado en un primer momento el por qué al dolor se le considera una enfermedad.  Pablo Castromán ha diferenciado algunos tipos de dolor y ha detallado, por ejemplo, que el agudo “es un mecanismo defensivo” del organismo, mientras que el subagudo “permite expresar una enfermedad”.

 Pablo Castroman.


El dolor crónico es el que dura más de tres meses y “se lo asocia a importantes alteraciones emocionales como: ansiedad, trastornos de sueño, depresión, etc.”. Es decir, genera una alteración significativa sin que el médico pueda encontrar una causa que lo determine ha estimado el especialista de la FEDELAT.

También está el dolor primario que no tiene una causa aparente y el secundario puede ser derivado de una enfermedad crónica, “pero ese dolor también puede volverse el principal síntoma y por tanto considerarse como una enfermedad en sí mismo”.

El panelista ha insistido en que el dolor crónico “tiene como base una alteración fisiológica, fisiopatológica y anatómica, porque es posible ver una serie de alteraciones a nivel del sistema nervioso”.  En ese sentido, “por las repercusiones que produce a nivel físico, psicológico, familiar y social se lo entiende como una enfermedad en sí misma y no solo como un síntoma”, ha analizado.


Al ser consultado sobre si se puede prevenir el dolor crónico, Castromán ha estimado que en teoría “se podría prevenir”, pero desde el punto de vista clínico no siempre una intervención podrá evitar que el dolor agudo se transforme en crónico.

Si bien existe una serie de medidas a tomar para evitar que la persistencia del impulso doloroso genere cambios al sistema nervioso, lo prioritario será tratar lo más rápido el cuadro y “probablemente” se pueda evitar alteraciones neurofisiológicas.

El especialista ha resaltado que el “tratamiento adecuado es fundamental”. Existen fármacos que se proponen revertir esa sensibilización, pero también hay una “serie de medidas desde un punto de vista psicológico, físico que también van dirigidas a evitar que se cronifique el dolor”.

Mario Paz Mazón.

Manejo del dolor
Mario Paz Mazón de la SEETD ha resumido que el dolor crónico deriva en alteraciones desde físicas hasta las emocionales y por tanto afectan la calidad de vida personal, familiar, laboral y social.

En ese sentido ha recomendado evaluar el tipo de dolor y a partir de allí establecer un plan de tratamiento no solamente en la parte analgésica, sino también de recuperación funcional. Es decir que el paciente pueda incorporarse a su vida personal, familiar, social, labora de la mejor manera.
Según Paz, “todo médico debe estar involucrado y empoderado en la evaluación, diagnóstico y tratamiento del dolor crónico en su primera fase”. Si éste se transforma en refractario de difícil control se apoyará en un equipo multidisciplinario que trabaje en reintegrar al paciente lo mejor posible a la vida normal, apoyado incluso de la orientación psicológica.
Dolor crónico y ausentismo laboral.

Para Ximena Pozo, abordar esta temática es fundamental porque el dolor lumbar, por ejemplo, es la primera causa de ausentismo laboral (que puede ir de días, semanas o meses), especialmente en personas jóvenes, de entre 25 y 45 años. “Se habla que el 80 por ciento de las personas, alguna vez en su vida, tendrán un dolor lumbar”, que va a repercutir en las actividades laborales y en la calidad de vida.

XImena Pozo.


Asimismo, ha recalcado que dentro de las causas del ausentismo laboral son muy frecuentes otros dolores osteomusculares y musculares. Por ello, en el campo laboral también se deberían considerar a los adultos mayores, ya que tienen una limitación funcional a causa de sus dolores crónicos (artrosis, etc.), que incluso pueden considerarse como “un grado de discapacidad”. Esto hace que estos pacientes no solo necesiten anestésicos sino además prótesis y otro tipo de tratamientos.

Entonces, el dolor crónico afecta a dos grupos poblacionales importantes dentro de una sociedad y eso hace que se requieran acciones constantes, intervenciones de valoración y tratamiento interdisciplinar.

Los costos derivados de la atención al dolor

Pozo ha explicado que no existes datos exactos en Ecuador, pero los costos de atención (diagnóstico, rehabilitación, medicamentos, seguimiento y tratamientos) a los pacientes con dolor crónico son altos en todos los países.

“Se habla de un gasto del 2,5 del PIB en los países desarrollados. Esto nos dauna idea de cuánto se debe invertir” en diagnóstico oportuno en los grupos menores de 50 años, ha añadido la funcionaria del MSP.

A su criterio es la Academia la que debe motivar a los médicos de primer nivel de atención a empoderarse en la identificación y manejo del dolor crónico. “El manejo del dolor crónico sigue siendo un problema a nivel nacional, no tanto por el desconocimiento de un tema puntual sino por la falta una estructura y protocolos de manejo”.

Bernardo Sandoval.

Por ello, a decir de Bernardo Sandoval de la UDLA, la Academia debe asegurar que los profesionales de la salud esténadecuadamente capacitados para el diagnóstico y manejo oportuno del dolor crónico, a través de los diversos grupos farmacológicos. ¿Cómo? Generando concientización sobre la importancia de aliviar el dolor en los estudiantes de Medicina; dando buenas bases científicas para el manejo del dolor a través de las cátedras de Fisiología y Farmacología y en ese sentido los programas académicos deben ser sólidos en las Ciencias Básicas, ha manifestado.

El decano de Medicina de la UDLA. ha enfatizado en que la Academia también debe promover la participación colectiva de muchas disciplinas de la Salud y hacer énfasis en las Escuelas de Manejo del Dolor, ya que la educación al respecto es insuficiente.

“Aquellas Escuelas de Medicina que tienen una cátedra independiente de manejo del dolor son aquellas que tienen mejores resultados de calidad frente a las universidades que no tienen manejo de dolor en ninguna cátedra”, ha mencionado.

En este contexto, ha anunciado que la UDLA, en la carrera de Medicina, está incorporando 20 horas para el estudio del manejo del dolor: 6 hora para Ciencias Básicas del dolor y 14 horas en un módulo para anestesia y terapia del dolor.

Las cifras en el Ecuador: ¿Cuántas personas lo sufren?

Manuel Baldeón ha adelantado las cifras de un estudio científico en curso, pero ha recalcado que en el país existe una necesidad imperiosa de hacer investigación sobre el dolor crónico porque carecemos de datos y estadísticas al respecto.

Manuel Baldeón.



“Afortunadamente, con apoyo de FEDELAT, recientemente hicimos una encuesta nacional sobre dolor crónico” en 900 personas mayores de 18 años, la cual ha revelado varios puntos importantes.

Según los datos preliminares, la prevalencia del dolor crónico en menores de 50 años es del 5.3 por ciento y del 17.8 por ciento en mayores de 50 años. Sobre la intensidad del dolor, se ha encontrado que hombres y mujeres tienen un dolor relativamente moderado entre 5 y 6 en una escala del 10.

El dolor de cadera fue el más frecuente (47 por ciento), seguido por dolor de cabeza y dolor de rodillas. Mientras que el 84 por ciento de los encuestados reportó recibir tratamiento por parte de un médico general; un porcentaje importante se automedica.

Asimismo, un porcentaje alto dijo que la respuesta al tratamiento que recibía no era bueno, ha detallado el investigador, quien ha asegurado que están preparando un manuscrito para reportar oficialmente los datos a través de una revista científica.

Tras conocer esos datos, se consultó qué está haciendo el MSP para mejorar el manejo del dolor crónico en el país. Pozo ha señalado que desde el 2015 el MSP ha capacitado a cerca de 18.000 profesionales de la salud en manejo del dolor, tanto en Cuidados Paliativos como en Dolor Crónico y Dolor Posoperatorio.

“Este año estamos actualizando ese mismo curso porque el objetivo del MSP es avanzar en el consumo de opioides como medida de calidad de vida”, ha adelantado.

Según Pozo, el MSP también está trabajando en romper las barreras y tabúes que existen alrededor del manejo del dolor. “Tenemos colegas que tienen temor en avanzar en el control del dolor con el uso de otros medicamentos, y se quedan en AINEs, paracetamol y no avanzan hacia los siguientes peldaños de la escalera analgésica. Esto es una barrera”, ha enfatizado.

La importancia de la formación en las facultades

Por su parte, Bernardo Sandoval de la UDLA ha lamentado que en el país no existe información escrita sobre el manejo del dolor y las políticas académicas (de cada una de las Universidades) sobre la enseñanza del dolor crónico.

Por esta razón, ha pedido al Estado involucrarse más para mejorar el manejo del dolor, como en su momento lo hizo Estados Unidos, donde el examen de licenciamiento profesional (USMLE) ha empezado a incorporar preguntas sobre el manejo del dolor y eso ha obligado que las facultades de Medicina se interesen en fomentar en su currículo el estudio del manejo del dolor.

En ese sentido ha reclamado a las entidades gubernamentales como el CACES (Consejo de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior) por llamarles a las instituciones superiores a ‘aportar’ con los contenidos del examen de habilitación profesional, pero “lamentablemente los aportes tienen muy poco resultado, no llegan a concretarse”.

El catedrático ha insistido en que en Estados Unidos todos los posgrados avanzan en la incorporación de un módulo de manejo del dolor y ha propuesto que el Ecuador emule ese tipo de prácticas “que han demostrado ser válidas”.

Conclusiones

Sandoval ha estimado que “se va creando conciencia respecto de la necesidad de aprender más sobre el manejo del dolor como uno de los elementos fundamentales de la practica médica y como un deber ético de los médicos de buscar el alivio el sufrimiento”.

Castromán también ha reconocido las falencias en la formación y por eso será fundamental fortalecerla, así como incentivar la investigación sobre el tema para adaptar a cada realidad las guías de tratamiento.

En ese sentido, Paz también ha mencionado “la necesidad de tener datos reales, locales para proyectarnos de mejor manera hacia el futuro” y en ese sentido ha considerado que es necesario trabajar en conjunto: la Academia, el ministerio, la SEETD, los médicos y los pacientes.

Baldeón también ha recalcado en la necesidad de mejora la formación de los profesionales de la salud en el tratamiento del dolor, pero sobre todo en la urgencia de incentivar la investigación científica de éste y otros temas que afectan la salud pública del país.

Por su parte Pozo, ha insistido en que el MSP ya trabaja la actualización de varias guías de práctica clínica, entre ellas la del dolor oncológico o la de cuidados paliativos y ha invitado a unirse en su construcción. 

Aquí puede ver la grabación completa del foro:

Impacto del dolor crónico en la calidad de vida de los ecuatorianos (segunda parte).

Impacto del dolor crónico en la calidad de vida de los ecuatorianos (primera parte)






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