INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA
Un grupo de médicos ecuatorianos se encuentra ente el 2% de científicos más citados a nivel mundial
En el campo de la Biomedicina, el único ecuatoriano fue Andrés Caicedo
Daniel Simancas, Esteban Ortiz y Andrés Caicedo.
|
Cristina Coello. Quito
Un grupo de
médicos investigadores ecuatorianos es parte del 2 por ciento de los científicos más mencionados, de acuerdo con la actualización de
agosto de 2025 para la base de datos de autores en el
ámbito científico con indicadores estandarizados de citas.
El estudio fue realizado por la
Universidad de Stanford (EE.UU) utilizando
datos de Scopus, una de las más importantes y prestigiosas bases de datos científicos. La selección se ha basado en los 100.000 mejores científicos por
puntuación c (ver abajo el dato), con y sin autocitas.
EDICIÓN MÉDICA ha contactado a tres de los protagonistas citados en tan importante ranking,
Andrés Caicedo, Esteban Ortiz y Daniel Simancas; quienes han expresado opiniones optimistas, pero también críticas sobre el significado de este reconocimiento, y, han abordado brevemente los retos de hacer ciencia en Ecuador.
Único en Biomedicina
En este listado de científicos más citados,
Andrés Caiceo, de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ) se ha destacado como el único investigador en
biomedicina del país.
Caicedo, tras reconocer la importancia del ranking, ha señalado que a la investigación en Ecuador le “falta de un marco articulado” que “facilite el trabajo construido y concertado” entre investigadores, academia y entidades reguladoras, proveedores de salud y hospitales. Este vacío, ha obstaculizado la
generación de datos y la
comprensión del estado de salud del país.
“Esa articulación debe mejorarse y fortalecerse porque sin ella desarrollar investigación en mi campo,
terapias regenerativas, se vuelve complicado”, ha señalado.
En los últimos 9 años, su objetivo ha sido no solo generar
colaboraciones nacionales e internacionales, sino también fundar un campo de investigación novedoso que permita resolver problemas de salud.
El foco de su investigación ha estado relacionado con la
reparación del tejido dañado y el desarrollo de
terapias basadas en células madre y transferencia de mitocondrias para reparar daños cutáneos y modular la respuesta inmunitaria.
Ha mencionado que ahora su grupo busca pasar al nivel práctico y avanzar hacia
ensayos clínicos, con la meta de desarrollar terapias que puedan ser usadas en humanos. No obstante, es consciente del gran reto que eso implica, empezando por la falta infraestructura.
Ha indicado que la capacidad de obtener
financiamiento y gestionar la burocracia pública es crucial para avanzar en investigación e innovación biomédica en el país. Pero también ha insistido en la necesidad de comunicar y demostrar el valor de la investigación en el país para atraer
inversión y apoyo gubernamental.
Según él, el campo biomédico ecuatoriano, con un
enfoque interdisciplinario entre medicina, biotecnología y ciencias de la vida, tiene el potencial de generar impacto social significativo y contribuir a una economía de innovación.
Y sobre su inclusión y el significado del ranking, Caiceo ha declarado que eso “demuestra la calidad de la investigación que venimos desarrollando y refuerza la visibilidad de la biomedicina ecuatoriana a nivel internacional”. Además, insistió en que el reconocimiento “no es un fin en sí mismo, sino un
impulso para seguir elevando el nivel de nuestras investigaciones.”
“Este hito nos inspira a seguir fortaleciendo nuestras redes, fomentando la colaboración y avanzando en el trabajo en equipo que impulsa la ciencia hacia adelante. Estoy deseando generar nuevos conocimientos,
orientar a los estudiantes e impulsar la innovación en biomedicina, medicina regenerativa y biología espacial”, ha añadido.
Calidad e impacto de la producción científica
Por su parte,
Daniel Simancas Racines, médico investigador, ha declarado que “para un
médico ecuatoriano, alcanzar esta distinción significa destacar en un entorno altamente competitivo, influir en la práctica clínica global y ser referente en su especialidad”.
Pero también ha considerado que estar en el ranking demuestra el
liderazgo académico que existe en el país y sobre todo “fortalece la credibilidad profesional y posiciona al país en el mapa mundial de la ciencia”.
Estar entre el 2 por ciento de los
médicos científicos más citados del mundo “es un reconocimiento que denota no sólo un alto prestigio internacional, sino que refleja la pertinencia, calidad e impacto de la producción científica de un investigador”.
Para Simancas, este logro no solo honra a los médicos del país, sino que también “es fuente de inspiración para las
nuevas generaciones de investigadores en Ecuador y América Latina”.
Por su parte,
Esteban Ortiz, médico investigador de la Universidad de las Américas (UDLA), también honrado de estar en ese pequeño grupo y al comentar las implicaciones de figurar entre los científicos más citados, ha señalado que este tipo de rankings “refleja la
consistencia de nuestros trabajos y su
impacto en la comunidad científica”.
Pero también ha considerado que el ranking “debe servir como un
espejo crítico de nuestra capacidad para
generar conocimiento que mejore la vida de las personas, y no como un fin en sí mismo.”
Al igual que Caicedo, ha insistido en que la atención debe centrarse en construir
sistemas de apoyo a la investigación y en políticas que reduzcan brechas entre investigación básica y aplicación clínica.
Ortiz ha enfatizado que el ranking puede servir como
herramienta de reflexión para académicos y gestores, estimulando prácticas que integren excelencia e impacto social.
Ortiz ha considerado que posiblemente estos esfuerzos darán
visibilidad internacional para la investigación ecuatoriana y también espera un potencial incremento de colaboraciones internacionales y acceso a fondos de investigación.
Por otro lado, también ha mencionado la posibilidad de que se ejerza cierta presión por mantener números altos en futuras actualizaciones, que podría influir en la temática de las investigaciones y por ello ha insistido en que “la discusión debe girar hacia cómo nuestros
resultados benefician a la salud pública y a la educación científica en Ecuador, no solo hacia la notoriedad”.
Retos de hacer investigación en Ecuador
Los investigadores han coincidido en que el país enfrenta retos estructurales: financiación, acceso a infraestructuras, y consolidación de cadenas de investigación transdisciplinarias que conecten hospitales,
universidades y
centros de salud.
Por ello han enfatizado en la necesidad de
políticas públicas que acompañen el crecimiento de la ciencia local, con apoyo sostenido a proyectos de alto impacto y formación de talento.
Caiceo ha concluido que “la sostenibilidad de la investigación depende de una inversión continua y de alianzas estratégicas,” mientras Ortiz ha subrayado que “la investigación que
transforma la salud de la población exige colaboración interinstitucional y una visión a largo plazo.”
Los tres han hecho un llamado a que la comunidad científica continúe levantando el
estándar de calidad y se mantenga enfocada en resultados tangibles para la población. Es decir, traducir la citación en beneficio real para pacientes y comunidades.
El dato
La
puntuación C se centra en el impacto (citas) más que en la productividad (número de publicaciones) e incorpora información sobre la coautoría y la posición de los autores (autor único, primer autor, último autor).
Lista completa del 2 por ciento de investigadores ecuatorianos más citados.
|