Edición Médica

Hay una delgada línea entre el uso personal y el profesional de las redes.

Redacción. Quito
Alrededor del 72 por ciento de los usuarios de internet en América Latina utilizan algún tipo de red social, según una encuesta del Pew Research Center de Estados Unidos y entre ellos, una gran cantidad es personal sanitario.
 
No obstante, hay una fina línea entre el uso personal y el profesional de las redes sociales. Los profesionales de la salud podrían no tener en cuenta cuestiones éticas y legales del contenido que publican en sus cuentas personales de redes sociales.
 
En la mayoría de los países hispanohablantes no existe ningún tipo de regulación estipulada sobre el uso de celulares y/o cámaras fotográficas en los hospitales y tampoco sobre los procedimientos para obtener consentimiento de los pacientes para compartir una foto.
 
Un estudio este año realizado en Colombia por el Instituto Nacional de Salud ha revelado que de 299 estudiantes de Medicina, el 98 por ciento utilizaba activamente una red social (Facebook, Instagram o Twitter).  El 95 por ciento de ellos afirmó que publicaba información que podría catalogarse como poco profesional. Además, el 18 por ciento confesó haber publicado, por lo menos en una ocasión, una fotografía tomada durante la atención a pacientes.
 
Una aproximación realizada en 2014 por un medio mexicano, estimó que los usuarios de Latinoamérica dedican 8,67 horas en promedio al día a las redes sociales, cifra por encima de Europa (8,07), América del Norte (6,08) y Asia (2,47).
 
En Ecuador, según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), el 41,4 por ciento de las personas encuestadas tienen una cuenta en una red social. Los mayores de edad con nivel educativo superior o de postgrado emplean hasta 7,26 horas diarias a las redes.

Posibilidades para médicos
 
En cada plataforma se pueden crear comunidades y grupos de médicos para socializar, discutir y hacer preguntas que les conciernen a los usuarios. Estas comunidades pueden ir desde medicina en general hasta por cada especialidad y subespecialidad.
 
Este tipo de plataformas resulta muy importante para pedir opiniones en casos difíciles de pacientes, pero de igual manera son importantes para la discusión de problemas laborales y procurar su resolución.
 
Muchos lo consideran una herramienta educativa invaluable, sobre todo para los estudiantes de las primeras etapas de la carrera médica pero también hay el caso de mal uso que puede perjudicar la carrera de los profesionales, las instituciones y a pacientes.
 
Las recomendaciones
 
En las consultas muchas veces se ven casos inéditos o interesantes que son dignos de difundir entre la comunidad médica. En estos casos, según el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos de España, la difusión de material fotográfico es válido, siempre y cuando se mantenga la confidencialidad del paciente. Es importante editar las imágenes para borrar o difuminar el rosto, en caso de que se encuentre dentro de la foto, así como cualquier información, seña o rasgo, como tatuajes, que puedan identificar al paciente e institución.
 
Es importante contar con el consentimiento del paciente o de la persona responsable. En el caso del consejo a otros especialistas, es igual de importante mantener la confidencialidad y es recomendable utilizar plataformas privadas como el correo electrónico en lugar de redes sociales.
 
También es responsabilidad del médico hacer una descripción sensible del caso, evitando la morbosidad y el sensacionalismo, al igual de burlas.
 
La consecuencias de violar la confidencialidad de un paciente y el secreto médico, al igual que de burlarse de su situación, son graves. Éstas pueden ser desde la pérdida de confianza hasta el despido y demandas legales. Es importante recalcar que aunque una vez subida una imagen, el daño ya está hecho aunque se retire el material posteriormente.
 
En conclusión
 
Las redes sociales son una herramienta muy importante en la vida del profesional médico. Sin embargo, es importante que se consideren las implicaciones éticas de su uso. Aun cuando no existan regulaciones legales, sobre todo en Latinoamérica, siempre se tiene que tener una responsabilidad y congruencia profesionales del contenido que se comparta.
 
Las redes sociales resultan invaluables para la actualización médica y la interacción entre colegas. No obstante, siempre hay que tener en cuenta el respeto a la privacidad de los pacientes, mantener un lenguaje apropiado y siempre recordar que absolutamente todo lo que se publica puede ser visto por otras personas.

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