Edición Médica

El mundo sufre una sinergia de la COVID-19 y otras enfermedades.

Redacción. Quito
La Federación Mundial de Asociaciones de Salud Pública (WFPHA por sus siglas en inglés) ha enviado una carta al presidente del Consejo Ejecutivo de la OMS (Organización Mundial de la Salud), Patrick Amoth y a su director, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en la que, entre otras cosas, solicitan reconocer a la COVID-19 como una sindemia, con lo cual se hacen necesarias algunas medidas que permitan redireccionar las acciones para avanzar en el control de la situación.
 
El organismo internacional ha solicitado que la OMS proponga en la próxima 77 Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), en septiembre de 2022, enfrentar “de manera colaborativa la sindemia de la COVID-19”.
 
La propuesta de la WFPHA, a la cual la Sociedad Ecuatoriana de Salud Pública se adhiere, se ha basado en los datos con que inició el año 2022 es decir el número récord de nuevos casos de la COVID-19, incluso en países con altas tasas de cobertura vacunal.
 
“Esta nueva ola nos recuerda que la pandemia sigue fuera de control y que no hay predicciones certeras posibles sobre su evolución a corto o largo plazo. Lo que es más importante, el aumento actual de casos demuestra que incluso importantes avances científicos y tecnológicos, especialmente con el desarrollo de vacunas, son aún insuficientes y la evolución de la pandemia sigue siendo en gran medida impredecible”.
 
En ese sentido y de lo aprendido en estos años de pandemia, hay al menos tres áreas principales de acción para avanzar adelante, ha estimado la WFPHA y estas son: en la distribución equitativa de vacunas, la consolidación de una vigilancia y respuesta global anclado en sistemas nacionales de salud fortalecidos, y, en una acción directa sobre la crisis climática y determinantes socioambientales de la salud, es decir la perspectiva de una sola salud (One Health).
 
Por lo tanto, la WFPHA y el Movimiento por la Equidad en Salud Sostenible (SHEM) han solicitado a la OMS llevar su propuesta a la reunión de la ONU que sugiere además que los estados miembros de la OMS implementen una distribución equitativa de vacunas contra la COVID-19, que presupone la renuncia de patentes, el intercambio de conocimientos y la transferencia de tecnología, con lo cual se expandiría” la producción y distribución con base en criterios éticos y epidemiológicos”.
 
Po otro lado la WFPHA ha estimado necesario acordar, negociar y adoptar un nuevo Tratado de Pandemia que, “además de mejorar la preparación y respuesta mundial a las emergencias sanitarias, ayuda a todos los países, especialmente a los de ingresos bajos y medianos, a fortalecer sus sistemas nacionales de salud para asegurar el derecho de todos a la salud. El Tratado también debe considerar los determinantes sociales de la salud, contemplar medidas intersectoriales en torno a respuestas sociales, ambientales y económicas para apoyar las acciones de salud”, señala la carta enviada a la OMS.
 
Finalmente, la organización ha recalcado que el mundo debe reconocer que sufrimos la sinergia de la COVID-19 y otras enfermedades transmisibles y no transmisibles “con macroprocesos políticos, económicos y ambientales que en conjunto provocan profundos cambios que favorecen la aparición de zoonosis, y que reflejan y generan desigualdades e inequidades sociales entre y dentro de los países”.
 
Por lo tanto, “la construcción de una nueva normalidad, mejor y más justa que la que nos trajo aquí, requiere enfrentar todas las dimensiones de esta compleja realidad, donde el injusto orden económico global debe deben afrontar que el derecho al desarrollo puede ser alcanzado por todas las naciones y pueblos”.

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