INDICACIÓN PRINCIPAL
'Nueva terapia' en el Ecuador ayuda a prevenir la enfermedad hepática asociada a depósito de grasa
La restauración de la célula hepática es una terapéutica secundaria
Ana Teresa Abreu y Abreu, especialista en gastroenterología y neurogastroenterología.
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Jonathan Veletanga. Quito
La ciudad de Guayaquil ha sido sede de una
conferencia científica de gran relevancia para la comunidad médica ecuatoriana, donde se ha presentado la evidencia que existe alrededor de una nueva terapia que ha llegado al país, cuya acción principal es regenerar la célula del hígado, fortalecer sus funciones vitales y protegerlo de toxinas, para prevenir distintas enfermedades hepáticas.
La invitada internacional de este encuentro de difusión científica fue
Ana Teresa Abreu y Abreu, especialista en gastroenterología y neurogastroenterología. EDICIÓN MÉDICA ha conversado con la galena.
Abreu ha manifestado que Ecuador se ha convertido en el primer país de Latinoamérica en aceptar y permitir la llegada del
hepatoprotector ‘Esencial’ (fosfatidilcolina), una terapia “nueva” para el país y la región, a pesar de haber sido lanzada al mercado en 1957 en Italia por Sanofi y tener vasta experiencia en Europa.
Este producto está en el mercado desde hace más de 50 años y a lo largo de este tiempo se ha generado una gran cantidad de evidencia científica consistente en relación a la
prevención, protección y rehabilitación de la célula hepática en su funcionamiento, particularmente cuando existe depósito de grasa en el hígado.
¿Por qué es importante esta terapia? Según ha explicado, permite intervenir y coadyuvar de forma terapéutica en un
nuevo concepto ligado a la enfermedad hepática crónica, que se promueve desde el 2020: el MAFLD, es decir, el hígado graso asociado a trastornos metabólicos, o en palabras más simples “al depósito de grasa en el hígado en distintos escenarios clínicos”.
Abreu ha indicado que
el depósito de grasa puede asociarse a diversas alteraciones metabólicas como diabetes mellitus, hipertensión, sobrepeso y obesidad, hipotiroidismo, dislipidemia, esteatosis hepática, hepatitis, fibrosis hepática, cirrosis no alcohólica, entre otras patologías.
Por este motivo,
a través de los fosfolipidos esenciales, fosfatidilcolina, se puede trabajar en la depuración de la célula hepática, en la restructuración del hepatocito y con ello en todas las funcionalidades metabólicas del hígado.
Emplear estos fosfolipidos en prevención y tratamiento de hígado graso y síndrome metabólico, no tiene ningún efecto adverso y tampoco genera daño al organismo. Al contrario, la evidencia científica disponible muestra que puede generar “
cierto grado de reversibilidad” de las diferentes patologías hepáticas, ha agregado la especialista.
“
Todos los pacientes que tengan enfermedad hepática asociada a depósito de grasa, por alguna entidad metabólica, son candidatos para prevenir y restaurar la funcionalidad del hepatocito”, así como para proteger al hígado del daño generado por el depósito de grasa, ha destacado.
A decir de Abreu, en Ecuador, un 20 por ciento de personas tiene alguna hepatopatía asociada a alteraciones metabólicas, por lo tanto, el uso de fosfolipidos esenciales, fosfatidilcolina,
se convierte en una excelente medida de intervención y protección hepática.
El hígado es un órgano que tiene múltiples funciones en el organismo y a nivel metabólico (más de 500 funcionalidades), de manera que cuidando el hígado se pueden
prevenir diversas patologías metabólicas que están relacionadas al daño en el hígado por depósito de grasa y que son
principales causas de mortalidad en el país, como enfermedad isquémica, diabetes mellitus, hipertensión, eventos cerebrovasculares, entre otras, ha enfatizado.
Obviamente, la restauración de la célula hepática es una
terapéutica secundaria, es decir, debe ser recomendado junto al tratamiento de las enfermedades de base. También tiene que estar acompañado por un cambio en el estilo de vida, alimentación y actividad física regular.
“El hígado está expuesto a múltiples fenómenos de agresión, dietarios, estilo de vida, hormonas, alcohol, enfermedades per sé”, por ello los
fosfolipidos esenciales, fosfatidilcolina Esencial, es un producto que debería usarse de forma preventiva y de manera terapéutica, especialmente en aquellos pacientes con riesgo metabólico, ha recomendado Abreu.