Edición Médica

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Ecuador | Colombia
Salud Pública

SEGUNDA PARTE
La diabetes tipo 1 conlleva una carga económica alta para los pacientes y sus familias
Los gastos en DM1 superan el 40 por ciento de los gastos familiares
Viernes, 01 de septiembre de 2017, a las 09:30
Paulina Mantila y Lucia Mantilla.

Paulina Mantila y Lucia Mantilla.


Jonathan Veletanga. Quito
Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), la diabetes es “un importante problema de salud pública y una de las cuatro enfermedades no transmisibles (ENT) seleccionadas por los dirigentes mundiales para intervenir con carácter prioritario. Además, conllevan una carga económica grande para las personas que la padecen y sus familias, así como para los sistemas de salud y las economías nacionales por los costos médicos directos y la pérdida de trabajo”.
 
En Ecuador, el Estado se hace cargo del alto costo que implica la Diabetes Mellitus tipo 1 (DM1), ya que garantiza la atención integral (diagnóstico, seguimiento y tratamiento) a los pacientes que la padece, “lo que hace que las familias no tengan que incurrir en gastos”, ha manifestado Inti Kory Quevedo, subsecretaria nacional de vigilancia de la Salud pública.
 
En este sentido, ha señalado que la mayoría de los pacientes con DM1 son diagnosticados y tratados en el Sistema de Salud Público, por lo que reciben la medicación e insumos necesarios para tratar la enfermedad.  
 
Impacto económico alto
 
La DM1 es un enfermedad crónica e incurable, por lo que, quienes la padecen necesitan de atención multidisciplinaria, además de controlar su insulina varias veces al día, inyectarse insulina cada vez que lo necesiten, y realizar un seguimiento médico periódico para evitar complicaciones, ha explicado Paulina Mantilla, docente de la carrera de Odontología de la Universidad Tecnológica Equinoccial (UTE), quien investiga la diabetes tipo 1 desde hace 25 años.
 
Según ha señalado, el diagnóstico, tratamiento y seguimiento de la DM1 en el sector público “no es el más adecuado” porque se complica debido a la falta de políticas claras y a varios factores como: pocos endocrinólogos pediatras; poca inversión en insulinas análogas, que mejoran la calidad de vida de los pacientes (niños y jóvenes); datos insuficientes sobre cuántas personas tienen la enfermedad y cuántos tienen acceso al tratamiento; alto impacto económico directo para las familias, entre otros. Por tanto, muchas familias acuden al sector privado.
 
 
En este sentido, Mantilla ha comentado que en una investigación que ha realizado, ha encontrado que el gasto de bolsillo en las familias con pacientes con diabetes tipo 1 es alto, es decir, que “los gastos en DM1 en todos los quintiles es el que genera el mayor gasto en Salud. Supera el 40 por ciento de los gastos familiares”.
 
“Precisamente este es uno de los problemas que hemos encontrado a lo largo de la fundación. Que la parte económica es un factor fundamental para cumplir el tratamiento de los niños y jóvenes con DM1”, ha aclarado la Lucia Mantilla, presidenta de la Fundación Diabetes Juvenil Ecuador, organización que reúne a cerca de 600 familias que tienen niños y jóvenes con DM1.
 
Según ha considerado, los gastos en tirillas reactivas, lancetas, jeringas, insulinas, consultas con el médico y especialista para controlar la enfermedad, exámenes generales, alimentación especial, otras cosas que están alrededor de esta enfermedad, “van deteriorando la economía de la familia”.
 
Además, desde su experiencia, ha señalado que el gasto para sobrellevar esta enfermedad con un tratamiento “adecuado” puede llegar a más de 400 dólares mensuales, sin embargo, puede hasta duplicarse cuando un paciente tiene complicaciones, que llevan a hospitalizaciones.
 
Asimismo, ha dicho que un factor que “alza” los gastos en la DM1 es que algunos insumos médicos fundamentales para el tratamiento diario, como jeringas, lancetas y tirillas reactivas, pagan IVA.
 
Sobrellevar la DM1 implica muchos más recursos de los que una familia puede tener, por lo que, al menos en esta enfermedad, “todos los pacientes deberían estar exentos del pago de IVA en sus insumos médicos, ya que son parte integral de su tratamiento diario”, ha sostenido la representante de la fundación. 
 
¿Crónica o catastrófica?
 
Actualmente la DM1 es considerada como una enfermedad crónica, sin embargo, “debería ser cataloga como catastrófica porque cumple con todos los requisitos para serlo”: es incurable y crónica; tiene un impacto económico alto; necesita medicación continua; y los niños que la padecen tiene doble vulnerabilidad, ha sostenido Paulina Mantilla.
 
En el país la DM1 no está visible porque todo apunta a la diabetes tipo 2. No existe una diferenciación entre las dos diabetes. Por tanto, para incorporar políticas públicas de protección, atención y entrega de medicinas e insumos a esta población, la enfermedad tiene que ser atendida desde varios sectores: MSP, ONGs, academia y sociedad en general, ha aseverado la docente de la UTE.
 
“No es la misma diabetes. Por tanto, buscamos que nos separen y que podamos ser visibilidad como una diabetes tipo 1 que es la que ataca a niños y jóvenes, y cuyo tratamiento es totalmente diferente”, ha añadido la presidenta de la Fundación Diabetes Juvenil Ecuador. 



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