Edición Médica

Jueves, 25 de abril de 2024
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Ecuador | Colombia
Salud Pública

ESPECIAL TRES AÑOS DE COVID-19
Ecuador necesita voluntad política para actuar y prepararse para lo que viene después de la pandemia
Actualmente hay varios aspectos que el país ha descuidado por falta de decisiones y recursos
Viernes, 17 de febrero de 2023, a las 11:18
Gabriela Zambrano, especialista en Medicina Interna, y Washington Alemn, mdico clnico infectlogo.

Gabriela Zambrano, especialista en Medicina Interna y Master en enfermedades infecciosas; Washington Alemán, médico clínico infectólogo.


Jonathan Veletanga. Quito
“Tenemos las herramientas para salvar vidas y acabar con la COVID-19 como una emergencia sanitaria mundial este año. Debemos continuar usándolas todas y usarlos bien”, ha sostenido Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en su última rueda de prensa.
 
Recientemente la OMS ha decidido mantener la COVID-19 como “una emergencia sanitaria de alcance internacional” porque continúa siendo “una enfermedad infecciosa peligrosa”, tanto para las personas como para los sistemas de sanidad. Por ello, ha pedido a los países no bajar la guardia y prepararse para empezar una fase de transición, con la finalidad de convivir de manera segura con el virus.
 
¿Qué debería hacer Ecuador en este contexto? Para esta segunda entrega, EDICIÓN MÉDICA ha conversado con Gabriela Zambrano, especialista en Medicina Interna, Máster en enfermedades infecciosas, docente de Infectología en la Universidad Central del Ecuador (UCE), y Washington Alemán, médico clínico infectólogo, coordinador de la Sociedad de Infectología del Guayas. 
   
Llamado de atención a los países
 
Zambrano ha calificado como “correcta” la decisión de la OMS porque los casos y las muertes por COVID-19 todavía se mantienen altas a nivel mundial y en situaciones más específicas. Por ejemplo, “en algunas revistas científicas ya se han publicado ajustes para poder saber cuáles son los países más golpeados (con pequeños territorios geográficos) y, en la región, después de Bolivia el territorio más golpeado por número de muertes es Ecuador (segundo) y Perú en tercer lugar”.   
 
“Entonces, aunque la OMS pinta un escenario donde los países más grandes son los únicos que tienen más mortalidad y letalidad, si hacemos ajustes desde la Epidemiología Dinámica el Ecuador es uno de los países más golpeados y sigue siendo golpeado”, ha reflexionado.
 
Zambrano sigue atendiendo a muchos pacientes “muy afectados”, especialmente inmunocomprometidos y adultos mayores, por ello ha considerado que todavía es muy temprano para relajarse por completo. Desde la Epidemiología Dinámica “no existe un equilibrio, no es predecible cómo se va a comportar COVID-19 en las próximas semanas, menos teniendo antecedentes como el de China, donde hubo brotes en los cuales sí tienen que ver las nuevas variantes, pero también dinámicas específicas de cada población”.
 
Además, con la tasa de mutación que tiene COVID-19, “desde la virología, puede haber cualquier novedad y por eso es adecuado lo que hace la OMS”. Lo único que por ahora se pueden predecir son los picos estacionales de los virus respiratorios y, con base a ello, hay que prepararse para evitar lo que pasó a inicios de este año, ha precisado.
 
Por eso, según su criterio, el comunicado de la OMS debe ser visto como un llamado para que países como Ecuador sigan en alerta, pero también preparando su sistema sanitario y planificando de manera urgente la llegada de las vacunas bivalentes, que actúan contra nuevas variantes de preocupación, así como la compra inmediata de antivirales que ya están aprobados en los manuales de tratamiento de pacientes con COVID-19, como remdesivir, nirmatrelvir y ritonavir, y que todavía no están disponibles en el país.
 
La OMS nos está diciendo que la pandemia todavía no termina. Estamos en una etapa donde hay una disminución y esto es muy característico de los cuadros virales, pero no quiere decir que ya la pandemia ha terminado. En este momento la globalización hace que fácilmente los pacientes de otras partes del mundo, en 24 horas lleguen al otro lado, y tranquilamente pueden servir de vectores para transmitir este virus que muta rápidamente”, lo cual puede causar nuevos brotes en cualquier momento, ha agregado Alemán, quien fue actor clave para contener la pandemia en Guayaquil en el 2020.
 
Por lo tanto, es responsabilidad de los gobiernos actuar y responder adecuadamente, adquiriendo todo lo que sea necesario para estar listos ante cualquier situación.
 
¡Para actuar ya, se necesita voluntad política!
 
La pandemia no termina por acuerdos ministeriales ni por decretos presidenciales”, por eso hay que seguir coordinando con las entidades técnicas para seguir cuidando a los grupos más vulnerables que en este momento están desprotegidos. Para esto es necesario y fundamental traer ya las vacunas bivalentes, ha coincidido los dos entrevistados.
 
“Mientras no tengamos vacunas bivalentes no nos queda más que vacunar a las personas de riesgo de enfermedad severa cada seis meses o por lo menos cada cuatro, y también reforzar a la población. Pero esta es una medida de salvataje hasta que vengan las vacunas bivalentes” y los antivirales autorizados, ha mencionado Zambrano.
 
Alemán ha considerado que también es importante elaborar planes preventivos a través de una vigilancia epidemiológica, virológica y clínica adecuada para que el virus “no nos vuelva a agarrar como al principio” y actuar de manera oportuna ante cualquier aumento de casos o sospecha de brote. No obstante, lamentablemente, la prevención y la salud pública son minimizadas.
 
“Se sigue priorizando la parte asistencial, los hospitales, los enfermos. Sin embargo, después de lo que nos pasó deberíamos priorizar la prevención, la promoción, la vigilancia, volver a equipar al INSPI, el trabajar con los gobiernos locales y el restructurar nuestro sistema de salud”, pero esto no está pasando, ha opinado el médico infectólogo.
 
Entonces, “si no hay cambios estructurales en el Sistema de Salud, por más que cambien los funcionarios, no creo que vamos ayudar mucho”. Por este motivo, “se necesita decisión política” para dar ese cambio estructural que requiere el sistema sanitario que hoy por hoy tiene un modelo “asistencialista y centralista”, y que indiscutiblemente ha fracasado, ha añadido.

La decisión política por parte de las máximas autoridades del país es fundamental para priorizar la Salud (y la atención primaria) como uno de los pilares de desarrollo del país. Sin este componente no hay forma de sentar las bases para comenzar a reconstruir un sistema sanitario acorde a la realidad del país, ha reiterado Alemán.
 
Empezar la inmunización con vacunas bivalentes
 
Zambrano ha reiterado en la importancia de empezar aplicar las vacunas bivalentes contra COVID-19 a grupos poblaciones de riesgo, como pacientes inmunodeprimidos, diabéticos, personas obesas, adultos mayores, profesionales de salud, entre otros. Pero, este camino aún no está claro en el país, lo cual podría pasar factura después en las tasas de mortalidad.
 
Las vacunas bivalentes ayudan a reducir el riesgo de infecciones de brecha, lo cual es importante para proteger a los adultos de más de 65 años y otros grupos en riesgo, ya que al momento en el país no hay disponibilidad de antivirales para el tratamiento de pacientes con COVID-19 en riesgo de progresión a una enfermedad grave.
 
Dado que lo único que se pueden predecir son los picos estacionales de los virus respiratorios, “hasta diciembre ya tendríamos que vacunar a la población con bivalente, y desde septiembre contra la influenza, para evitar lo que pasó el año pasado”. Además, la ciudadanía en general necesita completar su esquema de vacunación con dos refuerzos, no hay que descuidar este aspecto, ha insistido la académica.
 
“Como médicos también debemos reforzar los esquemas hasta que lleguen las vacunas bivalentes”, ha destacado.
 
Zambrano y Alemán también han determinado que es necesario elaborar adecuadas estrategias de educación y comunicación para la comunidad (deben ir de la mano) porque si no hay participación comunitaria es complicado frenar la propagación de la COVID-19. Esto quiere decir, que a la gente se le debe decir con claridad “qué hacer, cómo hacer y para qué hacer”.
 
Actualmente hay excelentes funcionarios en la salud pública, pero no pueden ayudar mucho si la estructura no cambia o si la Salud no es una prioridad del Gobierno. Por lo tanto, se necesaria voluntad política (decisión y recursos) para generar estrategias e implementarlas, pero también para articular y coordinar con los gobiernos locales y actores políticos, a fin de estar preparados para lo que sigue de la pandemia de COVID-19, ha resaltado Alemán.
 
Lo que no se está hablando: secuelas pos-COVID
 
“Nadie está hablando en cuanto a lo que deja en discapacidad, a secuelas… lo que ahora estamos estudiando como COVID prolongado o Long Covid, también es otro problema de salud pública”, al cual el Gobierno no está regresando a ver: no hay un manual de tratamiento por parte del Ministerio de Salud Pública (MSP) ni tampoco un plan para clínicas de atención a pacientes con secuelas de COVID-19, ha alertado Zambrano.
 
Entonces, la implementación de clínicas para pos-COVID en hospitales públicos se vuelve un tema primordial para este 2023 porque se están viendo secuelas neumológicas, respiratorias, neuropsiquiátricas, autoinmunes, cardiacas, entre otras.
 
“Por lógica tenía que haberse abierto este servicio multidisciplinario en el sistema público para atención pos-COVID”, pero no está pasando. Por ejemplo, hay una clínica de rehabilitación en el Hospital Calderón (en Quito) que es exclusiva para secuelas neumológicas y respiratorias, lo cual es “reduccionist”, es decir, deja sin atención a pacientes con otros fenotipos de long COVID que no son respiratorios.
 
“Se tienen que armar clínicas formales de COVID que sean multidisciplinarias para estudiar los efectos fenotípicos que tuvo COVID-19 a largo plazo en la población… Como no existe este servicio en el sector público o como las autoridades son inconscientes de que esta enfermedad existe, todos los pacientes se están evaluando a nivel del sector privado”, ha concluido Zambrano.



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