Edición Médica

Pediatras han elaborado recomendaciones basadas en la experiencia, bibliografía y recomendaciones médico-legales.

Redacción. Quito
Según un artículo publicado en Medscape, la disponibilidad de los médicos para atender urgencias o consultas de seguimiento se ha incrementado por la presencia de herramientas de comunicación como WhatsApp, SMS, Messenger, correo electrónico, aplicaciones, entre otras. Sin embargo, el uso de estos medios digitales “no garantiza la privacidad y confidencialidad de los datos, no genera horarios, es invasivo y puede ocasionar malentendidos que den lugar a reclamaciones”.
 
Ante esta realidad, para garantizar una comunicación digital ‘óptima’ y una mayor seguridad tanto para el médico como para el paciente, algunos pediatras argentinos han elaborado una serie de recomendaciones basadas en la experiencia, bibliografía y las recomendaciones médico-legales.
 
Para Guillermo Goldfarb, director médico del Grupo Pediátrico Belgrano R de Buenos Aires y coautor del estudio, los mensajes mediante estos dispositivos digitales “funcionan muy bien” en la práctica pediátrica ambulatoria, por lo que cada vez son más utilizados.
 
“Debemos desarrollar una práctica sin riesgos, ni para los pacientes ni para nosotros. Hay que seleccionar bien qué consultas se pueden hacer por estos medios y los pacientes tienen que ser conscientes que la semiología es diferente”, ha manifestado Laura Krynski, coautora y especialista de la Subcomisión de Tecnologías de Información y Comunicación de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) y coautora.
 
Por su parte, Gustavo Cardigni, coautor y consultor de la subcomisión de Ejercicio Profesional de la SAP y coautor, ha dicho que “estas comunicaciones constituyen un aditamento a la relación médico paciente y lo más importante es resaltar que se debe tomar como un acto médico y tiene que tener los mismos cuidados que uno presencial”.
 
Recomendaciones
 
Entre las recomendaciones principales están establecer un marco adecuado de uso entre el médico y las familias, y seleccionar bien qué consultas se pueden hacer por estos medios.
 
También establecer un tiempo de respuesta para los mensajes; no utilizar este tipo de comunicación para emergencias; definir un acuerdo en relación con los días y horarios en que estará disponible para responder consultas por estos medios; acordar con los pacientes qué tipo de consultas aceptará y podrá gestionar de forma electrónica; informar a los usuarios acerca de las cuestiones de privacidad. Los pacientes deberían saber (si aplica) quién más puede tener acceso a sus mensajes.
 
Además, incluir estas comunicaciones en la historia clínica; y no reenviar a terceros imágenes ni mensajes que incluyan información personal del paciente sin su consentimiento.
 
Asimismo, han recomendado considerar la utilización de una cuenta de correo electrónico exclusiva para la atención de consultas virtuales. En caso de implementarla, ésta debería incluir un texto fijo al pie que detalle los términos y condiciones que rigen estas consultas; enseñar a los pacientes a categorizar el asunto en sus mensajes (necesidad de receta, agendar un turno, consulta médica, etc.); pedir el nombre, apellido y edad del paciente en el cuerpo del mensaje; y configurar en la cuenta de correo electrónico una respuesta automática para que el paciente sepa que su mensaje fue recibido y será respondido en un plazo determinado.
 
El dato
 
Según un estudio de SAP, las herramientas más utilizadas en este ámbito son WhatsApp, correo electrónico, SMS y Facebook, en un pequeño porcentaje.

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