Primeras directrices mundiales para atención gestacional de mujeres con anemia de células falciformes
El objeto de esta publicación es mejorar el desenlace del embarazo en las personas afectadas
Unas 7.7 millones de personas tienen anemia de células falciformes en el mundo.
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Redacción. Quito
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado sus
primeras directrices mundiales sobre el manejo de la anemia de células falciformes (o drepanocitosis) durante el embarazo, con la finalidad de abordar un importante problema de salud que está aumentando y que puede tener consecuencias potencialmente mortales tanto para la mujer como para el niño.
Esta publicación es la primera de
una nueva serie de la OMS sobre el manejo de las enfermedades no transmisibles en el embarazo. En futuras directrices se abordarán las afecciones cardiovasculares, diabetes, enfermedades respiratorias, trastornos de salud mental y uso indebido de sustancias. Cada vez se reconoce mejor la destacada contribución de las enfermedades crónicas a las muertes y la falta de salud entre las madres y los recién nacidos.
“Con una buena atención de salud, las mujeres con trastornos sanguíneos hereditarios, como la anemia de células falciformes, pueden tener embarazos y partos seguros y saludables… Estas nuevas directrices tienen por objeto
mejorar el desenlace del embarazo en las personas afectadas. Con la anemia de células falciformes en aumento, se necesita urgentemente más inversión para ampliar el acceso a tratamientos basados en la evidencia durante el embarazo, así como al diagnóstico y a información sobre esta enfermedad desatendida”, ha señalado Pascale Allotey, directora de Salud Sexual y Reproductiva e Investigaciones Conexas de la OMS y del Programa Especial sobre Reproducción Humana (HRP) de las Naciones Unidas.
Según lo informado, la anemia de células falciformes es un grupo de trastornos sanguíneos hereditarios caracterizados por glóbulos rojos de forma anómala que se asemejan a medias lunas u hoces. Estas células pueden bloquear el torrente sanguíneo y provocar
anemia grave,
episodios de dolor intenso, infecciones recurrentes, además de urgencias médicas, como accidentes cerebrovasculares, sepsis o insuficiencia orgánica.
Los riesgos para la salud asociados a la anemia de células falciformes se intensifican durante el embarazo, debido a las mayores demandas en el suministro de oxígeno y nutrientes del organismo.
Las mujeres con esta enfermedad tienen una probabilidad de muerte materna de 4 a 11 veces mayor que las mujeres que no la padecen. Son más propensas a tener complicaciones obstétricas como la preeclampsia, mientras que sus hijos corren mayor riesgo de muerte fetal o de nacer antes de tiempo o con bajo peso.
En todo el mundo hay unas 7.7 millones de personas con anemia de células falciformes, una cifra que ha aumentado más del 40 por ciento desde el 2000. Además, se estima que esta enfermedad causa más de 375.000 muertes cada año.
Esta enfermedad es especialmente prevalente en regiones donde el paludismo es endémico, sobre todo en África Subsahariana, donde se concentran alrededor de 8 de cada 10 casos, así como en partes de Oriente Medio, el Caribe y Asia Meridional. Asimismo, por los movimientos de población y la mejor esperanza de vida, el gen de las células falciformes se está extendiendo por todo el mundo, lo que significa que
más prestadores de servicios de maternidad necesitan saber cómo manejar la enfermedad.
Las orientaciones clínicas para el manejo de la anemia de células falciformes en el embarazo se basaban en gran medida en protocolos de los países de ingreso alto. Sin embargo, ahora, las nuevas directrices ofrecen recomendaciones basadas en la evidencia que son
también pertinentes para entornos de ingreso bajo y mediano, donde ocurren la mayoría de los casos y muertes por la enfermedad; incluyen más de 20 recomendaciones que abarcan lo siguiente:
- Suplementación con ácido fólico y hierro, con ajustes para zonas de paludismo endémico.
- Manejo de las crisis por este tipo de anemia y alivio del dolor.
- Prevención de infecciones y trombosis.
- Transfusiones de sangre profilácticas.
- Monitoreo adicional de la salud de la mujer y del feto durante la gestación.
Las directrices subrayan la necesidad de una atención respetuosa e individualizada, adaptada a las necesidades particulares, antecedentes médicos y preferencias de las mujeres. También abordan la importancia de combatir la estigmatización y la discriminación en los entornos de salud, que pueden ser un reto importante para las personas con anemia de células falciformes en varios países del mundo, ha precisado la OMS.
“Es esencial que las mujeres con anemia de células falciformes puedan hablar sobre sus opciones de atención al principio del embarazo, o idealmente antes, con prestadores de atención expertos”, ha mencionado Doris Chou, médica y autora principal de las directrices.
Estas apoyan las decisiones informadas sobre la continuación o adopción de cualquier opción de tratamiento, y el acuerdo sobre cómo manejar las posibles complicaciones, a fin de optimizar el desenlace para la mujer, el embarazo y su hijo, ha agregado.
Dada la complejidad del trastorno, en las orientaciones se señala la importancia de incorporar a personal especializado y experto en el equipo de atención de la mujer embarazada con anemia de células falciformes. Puede tratarse de especialistas como hematólogos, o matronas, pediatras y obstetras-ginecólogos que ofrezcan servicios de salud reproductiva y neonatal.
Para la OMS, la anemia de células falciformes es una
afección de salud desatendida considerablemente, infrafinanciada e infrainvestigada, pese a su creciente prevalencia mundial.
Si bien las opciones de tratamiento mejoran entre la población general, en las directrices se subraya la necesidad urgente de más investigaciones sobre la seguridad y eficacia de los tratamientos contra esta anemia para las mujeres embarazadas o que amamantan, grupos que generalmente se excluyen de los ensayos clínicos.