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ESTRATEGIAS DE TRIAJE
La transición de un hospital general a un centro específico de COVID-19, el caso del IESS Quito Sur
La estrategia fue recogida en una publicación científica
Miércoles, 21 de julio de 2021, a las 13:54
Jorge Reyes y Daniel Garzn.

Jorge Reyes y Daniel Garzón.


Cristina Coello. Quito
Un evento pandémico representa un desafío único para la respuesta hospitalaria, que debe centrarse en preservar la bioseguridad de los pacientes y trabajadores de la salud, evitar infecciones nosocomiales y tratar enfermedades típicas y pacientes crónicos.
 
 Así pues, en marzo del 2020 el Hospital de la Seguridad Social Quito Sur debió pasar de un centro de salud general a uno específico COVID-19 en un corto período de tiempo para satisfacer la demanda de salud de los pacientes con afecciones respiratorias.
 
¿Cómo fue esa adaptación? En entrevista con EDICIÓN MÉDICA, Jorge Reyes, responsable de la Unidad de Diagnóstico de Enfermedades Infecciosas del IESS Quito Sur ha comentado que un trabajo en conjunto permitió aplicar “un enfoque de clasificación innovador, liderado por la coordinación de vigilancia e infectología y tratando de que todos los flujos se mantengan a un mismo ritmo” para evitar una posible contaminación entre pacientes y para distribuir las camas.
 
Este nuevo enfoque ha sido recopilado en una publicado científica de la revista Ploss One (aquí el enlace) y en la que su autor principal, Daniel Garzón, junto a Reyes y todo el equipo del IESS Quito Sur han detallado su trabajo en triaje y distribución hospitalaria.
 
¿Cómo clasificaron los pacientes si pruebas PCR?
 
Al inicio de la pandemia, el sistema de salud enfrentaba serias limitaciones en su capacidad diagnostica y las pruebas de reacción en cadena de la polimerasa (RT-PCR) se centralizaron en el Instituto Nacional de Salud Pública (INSPI), por lo cual no disponían de herramientas para clasificar a la gran cantidad de pacientes que iban llegando al hospital, han recordado Garzón y Reyes.
 
Ante ello, lo primero que decidió el equipo de especialistas de la unidad de salud para estratificar a los pacientes con sospecha de la COVID-19 fue realizar una tomografía computarizada de tórax (TC) sin contraste, asistida por un sistema de puntuación de Inteligencia Artificial (IA) para comparar las lesiones pulmonares, aprovechando un software proporcionado por Huawei.
 
La IA proporcionó una puntuación que clasificó a los pacientes en tres: no graves (puntuación de 0-30 por ciento), moderadamente grave (30-70 por ciento) y grave (mayor 70 por ciento), considerando la probabilidad de ser COVID-19 positivo en relación con la gravedad de los hallazgos radiológicos en la TC de tórax.
 
Según la publicación científica, un radiólogo médico examinó y confirmó estas puntuaciones de gravedad. Dependiendo de esta categorización, los pacientes se distribuyeron en diferentes salas en tres torres hospitalarias, con un flujo específico para evitar la propagación del virus.
 
La redistribución de las áreas hospitalarias
 
En un principio, para la asistencia de la pandemia se guiaron principalmente por las puntuaciones de gravedad proporcionadas por la TC de tórax asistida por IA, debido a las dificultades para obtener oportunamente las pruebas de RT-PCR. Pero los autores de la publicación han señalado que se implementó una nueva reorganización una vez que las pruebas confirmatorias estuvieron disponibles.
 
Reyes y Garzón han recalcado que el personal del hospital impidió que la máquina de TC actuara como una fuente de transmisión del SARS-CoV-2 mediante la desinfección y esterilización de la habitación con rayos ultravioleta de xenón pulsado.
 
Para complementar el enfoque de triaje, la Unidad de Control de Infecciones, en coordinación con múltiples departamentos del hospital desarrolló el protocolo 'Virus en Movimiento (VM)'.
 
Reyes ha recordado que cada vez que un paciente sospechoso de COVID-19 necesitaba ser trasladado a cualquier área del hospital, la alerta VM se activaba y desencadenaba tres pasos coordinados “hasta con el guardia”: evacuación de todo el personal de salud y pacientes de las áreas de movimiento (pasillos.); bloquear puertas para evitar el tránsito de personas; y designación de ascensores exclusivos.
 
Después del movimiento las áreas se desinfectaban en un proceso que duraba una hora, pero ese protocolo permitió que ningún miembro del personal se infectara.
 
Ganaron tiempo

Garzón y Reyes han coincidido en señalar que debido a que la ciudad de Quito acogió inmediatamente las medidas de restricción de movilidad de sus ciudadanos recomendado por el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) Nacional el hospital dispuso del tiempo para desarrollar el nuevo enfoque de atención.

Equipo de la Coordinación de Vigilancia Epidemiológica e Infectología del Hospital del IESS Quito Sur.





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