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Profesionales

ÉTICA HOSPITALARIA
La importancia de la comunicación en Neonatología
Una experta nos da sus recomendaciones
Martes, 15 de diciembre de 2015, a las 15:06

Linda Arturo, médico pediatra y magister en Bioética.


Diego Mosquera. Quito
“En el área de Neonatología, las crisis pueden ser más intensas debido a la creencia de que el recién nacido es el símbolo de la vida y de un nuevo comienzo, siempre es difícil dejar ir a un paciente, pero por estos paradigmas el aceptar la muerte de un neonato siempre será un reto personal para el personal de salud”, ha comentado a REDACCIÓN MÉDICA Linda Arturo, médico pediatra y magister en Bioética.

Según la profesional cuando el personal de salud se encuentra ante una situación crítica que implique dar malas noticias (diagnóstico de enfermedad grave, pérdida de un miembro, muerte) es necesario aplicar adecuadas técnicas de comunicación, pero también evitar palabras y frases que causen más daño del que ya existe.

Para lograr una atención más humanizada en nuestras áreas de salud neonatal Arturo ha compartido un documento con recomendaciones a seguir:

“No debemos atender al paciente y a su familia en forma despersonalizada, sin manifestaciones de cariño hacia el recién nacido y respeto a sus padres. Entendamos que la familia está sufriendo. Seamos más inflexibles a  los horarios de visita y las prohibiciones de ingreso” ha señalado el texto.

Para Arturo demostrar insensibilidad ante el dolor de los padres, la falta de comunicación con éstos, asociado a las evasivas para no afrontar las responsabilidades de la atención puede agravar la situación. Además en el texto se indica que al momento de dar explicaciones evitemos abrumar a la familia con exceso de información técnica y frases complicadas como: “es que ya le expliqué y usted no entiende”.

Según la profesional, uno de los aspectos importantes es el lenguaje y la manera en cómo le hablamos a la familia, por ello he recomendado no usar eufemismos como “está mejorcito” “está malito”, además cuidemos el uso de “comodines médicos” que ni el personal de salud puede definir claramente, como “se encuentra estable”, “tiene riesgos metabólicos”, etc. “Evitemos la comunicación con barreras físicas (escritorio) y posturales (piernas y/o brazos cruzados)” señala el documento.

Otro tema a evitar es minimizar los riesgos (dar demasiadas esperanzas) o maximizar los mismos (quitar todas las esperanzas)  con los familiares. Demostrar apuro o falta de tiempo,  ansiedad, inseguridad y desconocimiento del caso también es una práctica errónea según Arturo.

Para la profesional  una práctica común en los médicos es confundir empatía con simpatía. “Esta confusión puede llevar a dos enfoques erróneos: A) adoptar una posición de "no puedo ponerme en el lugar de todos mis pacientes porque sufriría en exceso y no podría ejercer bien mi profesión", B) muero un poco cada vez que un paciente fallece”.

Finalmente Arturo recomienda que en el aspecto ético no debemos juzgar y criticar privada y/o públicamente el accionar de otros colegas, si otra persona del equipo de salud comete un error, asumir que “no fue mi culpa, así que no hago nada para remediarlo” no ayuda a mejorar la situación. 



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