INDUSTRIA VETERINARIA
Promueven el uso responsable de antibióticos en animales para combatir la resistencia en humanos
Buscan eliminar el uso de antibióticos de clase compartida como promotores de crecimiento
Alfredo Ostos.
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Jonathan Veletanga. Quito
En el marco del X Foro Lechero Internacional ‘Vive sano Ecuador’, desarrollado en Quito, REDACCIÓN MÉDICA ha conversado con el gerente de asuntos corporativos para Latinoamérica de Elanco,
Alfredo Ostos, sobre el
uso responsable de antibióticos en la ganadería.
“El tema de la resistencia antimicrobiana en humanos y animales
es una realidad. Se está presentando en cadena. Por ello, debemos actuar en conjunto”, ha sostenido.
Ostos ha explicado que actualmente en la producción animal se estarían utilizando de “mala manera” los antibióticos por varios motivos, entre los principales,
desconocimiento y abuso para sacar ventajas (promotores de crecimiento). Este mal uso contribuye a la resistencia antimicrobiana en humanos.
Por este motivo y para
garantizar el consumo seguro de proteína de origen animal, a nivel mundial la industria de salud veterinaria, en el marco de la iniciativa internacional ‘
One Health’, está promoviendo eliminar el uso de antibióticos de clase compartida (para humanos y animales, a la vez) como promotores de crecimiento, ya que podría generar algún tipo de resistencia. “Hay que hacer caso a los lineamientos que está emitiendo los organismos internacionales”, ha comentado.
Según ha indicado, hoy en día en el mercado existen
tres clases de antibióticos: de uso humano, de uso animal y de uso compartido.
En el ámbito de la salud animal,
la industria también está trabajando en investigación para encontrar productos alternativos a los antibióticos. Sin embargo, debido a que su desarrollo tarda mucho tiempo, es indispensable que se promueva el uso responsable de los antimicrobianos.
“Los antibióticos no son los malos de la película.
Los malos somos nosotros los humanos que les damos un mal uso”, ha insistido Ostos, quien ha recomendado suministrarlos de manera controlada, con supervisión veterinaria y siguiendo las indicaciones de las etiquetas de los productos.
“Estas son
acciones responsables que no generan un perjuicio a la salud humana”, ha enfatizado.