OPS recomienda intervenciones para reducir la prematuridad y sus consecuencias en las Américas
1 de cada 10 bebés nace prematuro las Américas, según estimaciones OPS
Brindar a los bebés prematuros un buen comienzo para un futuro esperanzador.
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Redacción. Quito
Se estima que cada año alrededor de
1 de cada 10 bebés nace prematuro, lo que equivale a alrededor de 1.2 millones de niños y niñas en la región de las Américas, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Por ello, en el marco del Día Mundial de la Prematuridad, ha hecho un llamado a los gobiernos, la sociedad civil, los equipos de salud y las familias para redoblar los esfuerzos en la prevención, el cuidado y la equidad en la atención neonatal para garantizar que cada bebé que nace antes de tiempo tenga la oportunidad de sobrevivir y prosperar.
Bajo el lema “
Brindar a los bebés prematuros un buen comienzo para un futuro esperanzador”, la OPS se ha sumado a la Organización Mundial de Salud (OMS) y a su llamado mundial que busca visibilizar la necesidad de garantizar acceso universal a los cuidados de calidad desde el nacimiento.
La prematuridad es definida como el nacimiento que se produce antes de que se completen las 37 semanas de gestación, representa una de las principales causas de mortalidad neonatal, morbilidad y discapacidad. Los recién nacidos enfrentan un riesgo de complicaciones significativamente mayor, como infecciones, dificultades respiratorias, crecimiento deficiente, retrasos en el desarrollo neurológico, escolar y en su salud a lo largo de la vida.
Según la OPS, los recién nacidos prematuros de zonas rurales, pueblos indígenas o afrodescendientes, familias en situación de pobreza o con acceso limitado a servicios de salud de calidad son quienes enfrentan mayores barreras para un comienzo saludable.
“Reducir la prematuridad y sus consecuencias requiere abordar las desigualdades que afectan a las madres, los recién nacidos y sus familias… Las acciones deben enfocarse en las poblaciones más vulnerables, donde seguimos observando las tasas de mortalidad neonatal más altas y los mayores desafíos para acceder a cuidados de calidad”, ha expresado Jarbas Barbosa, director de OPS.
Los desafíos son múltiples y van más allá del cuidado clínico. Para las familias, un nacimiento prematuro implica
ingresos reducidos, largas hospitalizaciones, estrés emocional, barreras de acceso a servicios y cuidados continuos. Mientras que, para la sociedad, representa un costo elevado en términos de salud, apoyo psicosocial, educación especial y productividad futura.
Para los equipos de salud, exige contar con profesionales especializados, particularmente en neonatología y enfermería, recursos tecnológicos, protocolos de calidad, coordinación intersectorial y continuidad del cuidado desde la unidad neonatal hasta la primera infancia.
En respuesta a estos desafíos, la resolución aprobada por la Asamblea Mundial de la Salud en mayo de 2025 insta a los países a invertir en intervenciones de alto impacto de reconocida eficacia, como el
inicio temprano de la lactancia materna, aplicación del método de cuidado canguro y apoyo familiar, uso seguro del oxígeno cuando se requiere y disponibilidad de medicamentos de calidad, que mejoren la salud de bebés prematuros y con bajo peso al nacer.
En este sentido, para avanzar hacia una mayor equidad en la atención neonatal, la OPS promueve diversas estrategias que fortalecen la capacidad de los equipos de salud y de las comunidades. Entre estas, la
aplicación móvil gratuita eCBB que brinda información práctica y actualizada sobre el cuidado del recién nacido, tanto a profesionales como a familias y cuidadores.
“Los avances en la reducción de la mortalidad neonatal en la región dependen de fortalecer la atención al recién nacido prematuro y pequeño. Invertir en recursos humanos, redes de servicios y seguimiento posnatal es esencial para ofrecer un verdadero comienzo saludable y salvar miles de vidas cada año”, ha mencionado Suzanne Serruya, jefa de la Unidad de Salud de las Mujeres, Neonatal y Reproductiva de la OPS.
La OPS también colabora activamente con organizaciones de familias de bebés prematuros, promoviendo espacios de intercambio para identificar necesidades, coordinar acciones y ofrecer herramientas que fortalezcan su papel en la defensa del derecho a una atención de calidad desde el comienzo de la vida.