Agrocalidad presenta la 'Guía de buenas prácticas de calidad e inocuidad de alimentos'
Buscan incentivar la certificación de las Unidades de Producción
El objetivo es fortalecer los sistemas productivos.
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Redacción. Quito
La Agencia de Regulación y Control Fito y Zoosanitario (Agrocalidad), ha presentado
28 Guías de Buenas Prácticas Agropecuarias (BPA), en las que se detallan los lineamientos técnicos que los productores deben implementar dentro de sus explotaciones para
lograr y mantener la calidad e inocuidad de los productos agropecuarios; requisitos exigidos en los mercados nacionales e internacionales.
Rommel Betancourt, coordinador general de Inocuidad de los Alimentos ha considerado que “las Buenas Prácticas Agropecuarias
minimizan los riesgos asociados a la producción de alimentos. Gracias a la certificación se puede acceder a mercados nacionales e internacionales, lo que significa un valor agregado para los productos, ya que hay una garantía que han sido producidos con estándares de calidad”.
Por su parte,
Patricio Almeida, director ejecutivo de Agrocalidad ha manifestado su agradecimiento “a los actores de la cadena agroproductiva por sumarse a la iniciativa de entregar a la ciudadanía alimentos sanos, nutritivos e inocuos”
La Institución responsable de garantizar la inocuidad de los alimentos en la producción primaria, ha denominado a este año como el de las Buenas Prácticas Agropecuarias (BPA), una iniciativa que busca
proteger la salud de los consumidores nacionales e internacionales.
Las cifras en el mundo
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS);
los cambios del clima, la producción alimentaria y los sistemas de suministros a nivel mundial afectan a los consumidores, la industria y al propio planeta.
En este sentido,
más de 600 millones de personas enferman y 420 mil mueren cada año como resultado de ingerir alimentos contaminados; así mismo estimaciones recientes indican que los alimentos insalubres generan unos
costos anuales de 95 mil millones de dólares en términos de pérdida de productividad en los países de ingresos bajos y medios.