Edición Médica

Cristhian García, cirujano de cabeza y cuello, director de IR.

Cristina Coello. Quito
El Instituto de Radiofrecuencia (IR) es un centro que ha buscado la última tecnología médica coreana y la ha traído a nuestro país para reducir el impacto de las cirugías en patologías tumorales benignas, principalmente en tiroides.
 
La radiofrecuencia aplicada a los nódulos tiroideos es uno de los tratamientos estrella del instituto, pero su director Cristhian García, ha detallado en entrevista con EDICIÓN MÉDICA que la técnica también es utilizada en el tratamiento de miomas uterinos y se proyecta para aprovecharla en otros órganos como hígado, huesos y también en venas varicosas.
 
García ha recordado que son pioneros en la utilización de la radioablación (desde 2019) y actualmente con 380 casos tratados de tumores en tiroides y útero poseen la mayor casuística de pacientes en Ecuador y el segundo a nivel de Sudamérica, después de Brasil.
 
El especialista cuenta a su haber 200 casos resueltos y ha ratificado que la incidencia de nódulos en la tiroides es cada vez más frecuente a partir de la tercera década de vida, especialmente en mujeres, pero la mayoría (95 por ciento) son benignos y por tanto no necesitan un tratamiento agresivo como es la cirugía.
 
¿En qué consiste la técnica?
 
García ha detallado que la radiofrecuencia es un procedimiento que consigue disminuir progresivamente el tamaño del nódulo tratado (de 6 meses a un año), en más del 90 por ciento.
 
Mediante el calor “se logra cambiar la configuración proteica del tumor”, con lo cual se disminuye la circulación hacia el nódulo, provocando su reabsorción paulatina, ha añadido.
 
Este tratamiento ambulatorio evita la cirugía y le permite al paciente reincorporarse a las actividades cotidianas de forma inmediata, pero sobre todo preservan la función del órgano.
 
En tiroides, la mayor cantidad de casos tratados han sido los bocios de gran volumen y según García, la radioablación es particularmente efectiva también en microcarcinomas (tumores malignos menores de 1 cm) y nódulos autónomos tóxicos.
 
“Con esta técnica son ínfimas las complicaciones en comparación con las quirúrgicas” y si se presentaran “son transitorias y de menor impacto”, ha insistido el especialista.
 
El instituto también es un centro de formación
 
Con toda esta experiencia el IR se ha convertido en un centro de referencia nacional, que cumple con todos los estándares de calidad y permisos sanitarios de todas las autoridades, además de estar certificado por las empresas coreanas que inventaron la técnica y fabrican los aparatos tecnológicos que se utilizan.
 
Pero, además, el instituto promueve la formación continua de médicos especialistas y a lo largo del año imparte cursos debidamente certificados.
 
Cabe señalar que, según García, en todo el mundo solo 15 instituciones están certificadas como centro de formación y en el país el IR es el único que lo posee.
 
Las fechas de los cursos de formación se publican en las redes sociales del instituto (Facebook e Instagram) y en su página web.
 
La moderna tecnología
 
Tanto para la atención de pacientes como para la formación el IR posee los más modernos dispositivos coreanos que además tienen aprobación de la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos) y avalados en el país por el Ministerio de Salud Pública.

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