Edición Médica

Roland Kupka, asesor para la nutrición de Unicef.

Redacción.Quito
Consumir yodo durante el embarazo puede ser una de las claves para el desarrollo cerebral y psicológico de los bebés.

En un reciente estudio revelado por el programa de la ONU, muestra que, según las cifras publicadas, 19 millones de bebés y niños en todo el mundo están en riesgo de daño cerebral o problemas en su desarrollo psicológico por no consumir suficiente yodo.

“Todavía hace falta muchos más gramos para prevenir los riesgos en los menores. La deficiencia de yodo generalizada puede disminuir el capital cognitivo de naciones enteras, disminuyendo el progreso socioeconómico”, ha explicado Roland Kupka, asesor para la nutrición de Unicef.

Para dar una idea mejor de cuál es el impacto que tiene este mineral en su desarrollo, científicos aseguran que el 14 por ciento de los bebés que no consumen suficiente yodo pueden tener entre ocho y diez puntos menos en su coeficiente intelectual en comparación con niños que sí tienen suficiente acceso al mineral.

En el estudio se revela también que en África un 25 por ciento de personas no tienen acceso a la sal yodada, lo que deja alrededor de 3.9 millones de niños sin acceso a los niveles del mineral que son necesarios para su correcto crecimiento.

Varios nutricionistas que participaron de la investigación han asegurado que todavía hace falta un compromiso más notorio de los productores de sal, la yodación en la sal es económicamente rentable y beneficiosa, ya que por niño se gastaría de 2 a 5 centavos más y a largo plazo esto ayudaría a su capacidad cognitiva. Además, los científicos recuerdan que otra fuente importante de este mineral es la leche.

Los investigadores sugieren que los procesos para agregar yodo a la sal deben ser una prioridad para los planes de países en todo el mundo para mejorar la nutrición de los niños y acabar con este riesgo en el desarrollo de los bebés que es completamente prevenible.

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