César Paz-y-Miño. Investigador en Genética y Genómica Médica, Universidad UTE.
¿Qué sucede cuando un cromosoma se muerde la cola? Esta no es una metáfora poética, sino una anomalía real conocida como cromosoma en anillo. Aunque rara, esta alteración genética puede tener implicaciones profundas para la salud humana, y hasta ahora, contábamos con datos dispersos y difíciles de interpretar. Pero hoy existe una primera base de datos globales de cromosomas en anillos constitucionales en humanos.
Una anomalía tan rara como compleja
Los cromosomas en anillo (Ring Chromosomes) son reordenamientos estructurales poco comunes que se forman cuando los extremos de un cromosoma se fusionan, luego de una rotura de sus telómeros, formando un círculo. Aunque suena inofensivo, este cambio suele provocar pérdida de material genético en mayor o menor cantidad y, lo que es más importante, un fenómeno llamado mosaicismo dinámico, en el que distintas células del cuerpo contienen configuraciones genéticas distintas: diverso número de anillos por células, anillos grandes, pequeños, semiabiertos o entrelazados.
En el caso de los cromosomas autosómicos, se pensaba que este mosaico dinámico tenía efectos en el fenotipo de los pacientes, pero comprobamos con estudios a largo plazo, que no. Mientras que en los cromosomas sexuales, este dinamismo si produce cambios en el fenotipo o expresión variable de características.
Según los datos, los RC afectan a uno de cada 50.000 recién nacidos. Esto equivale a aproximadamente 2.800 casos nuevos al año en todo el mundo. Sin embargo, hasta ahora no existía una forma estandarizada de reunir todos los datos clínicos y citogenéticos sobre estos casos.
Una base de datos con más de 2.000 casos
La base de datos ChromosOmics (
https://cs-tl.de/DB/CA/RC/0-Start.html#Number) analiza más de 3.500 artículos científicos, y selecciona 1.200 trabajos que describen en conjunto 2.038 casos de RC constitucionales. Esta información está integrada en la plataforma de acceso abierto ChromosOmics y ahora está disponible para investigadores, médicos y familias afectadas en todo el mundo.
La base de datos permite visualizar la frecuencia de los distintos RC según el cromosoma afectado. Los más comunes se observan en los cromosomas 20, 22 y 18, mientras que algunos, como los derivados del cromosoma 1 o el 16, son extremadamente raros. En nuestro Registro Ecuatoriano de Alteraciones y Variantes Cromosómicas Humanas sobre, 28.806 cariotipos hemos encontrado 15 cromosomas en anillo, con un paciente por cromosoma con anillo de los siguientes: cromosoma 1 (9 en el mundo), cromosoma 4 (69 en el mundo), cromosoma 6 (46 en el mundo), cromosoma 9 (45 en el mundo), cromosoma 10 (21 en el mundo), cromosoma 14 (166 en el mundo), cromosoma 15 (152 en el mundo) y ocho anillos del cromosoma X (59 en el mundo).
Una minoría sin síntomas: el hallazgo inesperado
Una de las sorpresas más llamativas de esta base de datos es que alrededor del 7 por ciento de los individuos con un RC no presentan síntomas clínicos graves. De hecho, en algunos cromosomas, como el 7, 12, 21 o el Y, hasta un 60 por ciento de los casos pueden ser leves o incluso asintomáticos. En los casos del Ecuador, todos presentan signos y síntomas con alteraciones variables.
Este hallazgo es fundamental para la asesoría genética. Durante mucho tiempo se pensaba que los RC eran siempre patológicos. El análisis de la base de datos demuestra que el contexto genómico y el tipo de mosaicismo influyen enormemente en el pronóstico.
Un desafío diagnóstico y ético
Uno de los mayores retos con los RC es su detección prenatal. Como el mosaicismo puede variar entre tejidos, un resultado en células fetales no siempre refleja la situación en todo el organismo. Esto complica la interpretación médica y puede generar angustia en los padres, al no poder predecir el desenlace con precisión.
La nueva base de datos podría servir como una guía más sólida para orientar diagnósticos, decisiones clínicas y asesoramiento reproductivo.
Un puente entre genética clínica y biomedicina del futuro
Más allá del diagnóstico, los RC también han sido asociados con síndromes de microdeleción, susceptibilidad a ciertos cánceres y trastornos de fertilidad. La base de datos documenta estos vínculos, ofreciendo nuevas pistas para la investigación biomédica.
Los anillos están involucrados en algunas patologías como predisposición tumoral, cáncer y otros sindrómicos varios con cambios fenotípicos y trastornos mentales. Por ejemplo, el cromosoma 1 está asociado con el síndrome 1p36 y varios tipos de cáncer, mientras que el cromosoma 13 está relacionado con el retinoblastoma. Con esta información reunida en un solo lugar, los genetistas podemos detectar patrones clínicos más rápidamente y planear estudios con más precisión.
Ciencia abierta al servicio de todos
Una de las mayores virtudes de esta base es su enfoque de ciencia abierta. Todos los datos están disponibles en línea, sin restricciones. Esta información puede acelerar descubrimientos, mejorar la atención médica y fomentar la colaboración internacional.
En un mundo donde la medicina personalizada avanza a paso firme, recursos como esta base de datos no solo son útiles: son esenciales. Y gracias a esta iniciativa, lo que antes era un rompecabezas genético casi imposible, hoy empieza a tener forma.