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Genética y Ciencia
Vapores que dejan huella: el tabaco y el vapeo alteran nuestro genoma


Lunes, 30 de junio de 2025, a las 22:05
César Paz-y-Miño. Investigador en Genética y Genómica Médica, Universidad UTE.

Durante más de dos décadas, he investigado cómo los agentes ambientales afectan nuestros genes. El tabaco ha sido uno de los mayores culpables de daños genéticos acumulativos. Hoy, frente al auge de los cigarrillos electrónicos, durante una conferencia para el Ministerio de Salud de Colombia, advertí: esta tecnología emergente no representa una solución, sino un problema nuevo con rostro moderno, especialmente cuando analizamos su impacto a nivel del ADN, cromosomas y expresión genética.
 
Del humo al vapor: la falsa promesa de menor daño
 
Los cigarrillos electrónicos han ganado popularidad con el argumento de ser menos perjudiciales que el tabaco convencional. Sin embargo, esta afirmación es engañosa. En nuestra revisión de literatura científica sin conflictos de interés, encontramos 234 compuestos químicos presentes en los cigarrillos electrónicos, de los cuales 84 aparecen sistemáticamente, y 57 son únicos de estos dispositivos. Incluyen glicoles, nitrosaminas específicas del tabaco, metales pesados (níquel, estaño, plomo), hidrocarburos aromáticos policíclicos, aldehídos y compuestos orgánicos volátiles.
 
Todos estos elementos tienen capacidad mutagénica, genotóxica, epigenética y carcinogénica, y varios estudios han confirmado que la exposición al vapor del cigarrillo electrónico provoca daños similares al tabaco convencional, incluso en menor tiempo.
 
Daños cromosómicos: cifras contundentes
 
En estudios realizados sobre células somáticas de fumadores, hemos observado que:
 
- Solo el 2 por ciento de las personas no expuestas al tabaco presentan aberraciones cromosómicas espontáneas.
 
- En contraste, hasta un 24 por ciento de fumadores activos muestran cromosomas dañados con rupturas, inversiones y reordenamientos estructurales.
 
Estos cambios afectan principalmente regiones frágiles de los cromosomas 1, 3, 7, 9 y 17, lo que conlleva pérdida o amplificación de material genético relacionado con el control del ciclo celular y la reparación del ADN. Estas aberraciones son visibles incluso en células orales y linfocitos periféricos, lo que refuerza el efecto sistémico de las sustancias inhaladas.
 
Aductos de ADN y mutaciones: la impronta química del vapeo
 
Una de las formas más directas de daño molecular son los aductos de ADN, que consisten en la unión química de compuestos carcinógenos con bases nitrogenadas del genoma. En el caso del humo de tabaco y del vapor de cigarrillos electrónicos, se han detectado aductos de O6-metilguanina, responsables de mutaciones Guanina → Adenina, especialmente en oncogenes como KRAS, TP53 y EGFR.
 
Estos cambios no solo generan errores en la lectura genética, sino que además bloquean los mecanismos de reparación del ADN y suprimen la apoptosis, es decir, impiden que la célula dañada muera, facilitando su transformación en célula tumoral.
 
En usuarios de cigarrillos electrónicos, estudios de secuenciación de ARN mensajero del epitelio oral mostraron desregulación de más de 300 genes vinculados a inmunidad, señalización celular, inflamación crónica y proliferación. Entre los más afectados se encuentran genes de la vía del p53, NF-κB, MAPK y microARNs implicados en el control del crecimiento celular.
 
Estudios de rendimiento genético: lo que nos dicen las investigaciones
 
Las investigaciones sobre los efectos genéticos del vapeo han evolucionado rápidamente. Entre los principales hallazgos destacan:
 
- Estudios in vitro demuestran que la exposición a vapor de e-cigarettes genera estrés oxidativo y muerte celular en líneas celulares pulmonares (BEAS-2B) a concentraciones equivalentes a menos de 10 inhalaciones humanas.
 
- Estudios in vivo en ratones expuestos al aerosol de vapeo por 12 semanas muestran disrupción del epitelio pulmonar, alteraciones epigenéticas y mayor expresión de genes promotores tumorales.
 
- En un meta análisis de más de 20 artículos (2022), se evidenció que los usuarios de cigarrillos electrónicos tienen un aumento significativo en biomarcadores genéticos de daño, como 8-OHdG (oxidación de guanina) y micronúcleos, ambos predictores de cáncer.
 
Estos estudios no solo confirman que el daño es real y cuantificable, sino que también ocurre en personas jóvenes y sin predisposición aparente.
 
¿Qué dice la genética de la susceptibilidad?
 
No todos los individuos responden igual al daño por vapeo o tabaco. Esto depende de la herencia genética. Existen genes de alto y bajo riesgo en procesos de:

- Detoxificación (como CYP1A1, GSTM1, NAT2).
- Reparación del ADN (XRCC1, BRCA1, ERCC2).
- Control del ciclo celular (TP53, CDKN2A).

El patrón es poligénico, lo que significa que múltiples variantes pequeñas, cuando se combinan, pueden elevar el riesgo total en más del 30 por ciento si se suma el factor ambiental del vapeo.
 
El riesgo es silencioso, pero no menor
 
Uno de los aspectos más peligrosos del vapeo es que no causa tos ni deja olor. Esto crea una falsa sensación de seguridad. La percepción pública es que "es menos dañino", cuando en realidad se trata de una forma de exposición química no controlada y sin regulación adecuada.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha sido clara: los cigarrillos electrónicos no son una alternativa segura. Y como genetista, coincido plenamente: representan un nuevo tipo de exposición genotóxica y ambiental sin que el consumidor sepa qué está inhalando realmente. Aumenta la implementación global de medidas contra el tabaquismo, pero más de 60 países no regulan los cigarrillos electrónicos.
 
Hoy sabemos que los cigarrillos electrónicos no solo inducen cambios epigenéticos, daños en el ADN y mutaciones silenciosas, sino que también provocan aberraciones cromosómicas comparables al cigarrillo convencional. La evidencia científica ya existe. Falta acción política, regulación eficaz y campañas de educación pública.
 
Como genetista clínico, mi llamado es claro: la prevención empieza en el genoma. Si no protegemos nuestra información genética, no hay sistema de salud que nos salve de las consecuencias futuras. Porque lo que está en juego es el lenguaje mismo de la vida, nuestro ADN, los genes. Riesgo de cáncer entre 15 al 30 por ciento, riesgo de hijos con malformaciones congénitas 2 a 5 por ciento e infertilidad 2 a 5 por ciento: Tú decides.
 
Tabla comparativa entre Cigarrillos tradicionales vs Cigarrillos electrónicos

Característica / Componente Cigarrillo Convencional Cigarrillo Electrónico
Compuestos identificados Más de 7,000 234 identificados
Compuestos cancerígenos conocidos ≥70 ≥20 (identificados hasta 2024)
Presencia de nitrosaminas Sí (altas concentraciones) Sí (aunque en menor cantidad que el tabaco)
Presencia de hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAPs)
Presencia de metales pesados Sí (cadmio, plomo, arsénico) Sí (níquel, estaño, plomo)
Producción de aductos de ADN Sí (formación extensa de aductos) Sí (efectos en epitelio oral y pulmonar)
Alteración epigenética Sí (metilación, acetilación) Sí (regulación de microARNs y metilación)
Genes frecuentemente afectados TP53, KRAS, EGFR, CDKN2A TP53, KRAS, genes epiteliales, P53 regulators
Mutaciones comunes G>A, inserciones, deleciones G>A, silenciosas y de expresión
Impacto en reparación del ADN Muy afectada Moderadamente afectada
Inhibición de la apoptosis Sí, muy evidente Sí (por inhibición indirecta)
Posibilidad de cáncer asociado Pulmón, laringe, vejiga, páncreas, etc. (30%) Pulmón, oral, esófago, posiblemente más (15 a 30%)
Percepción de seguridad en el público Baja (más conciencia de su daño) Alta (percibido como menos dañino)
Marketing hacia jóvenes Disminuido por campañas educativas Alta (sabores, influencers, diseño atractivo)



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