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¿Por qué educar en Medicina de Laboratorio? Un llamado a la acción


Miércoles, 21 de junio de 2023, a las 16:44
Jenny Caicedo, especialista en Patología Clínica/ML
 
Es una realidad hoy en día que el 70 por ciento de las decisiones que toma el médico en relación al diagnóstico y tratamiento de las enfermedades están basados en los resultados de laboratorio. Aproximadamente el 80 por ciento de las guías clínicas basadas en evidencia, que tienen como objetivo establecer un diagnóstico o manejar una enfermedad, requieren pruebas de laboratorio.
 
Una revisión reciente de la literatura, con entrevistas a médicos especialistas y una encuesta de opción múltiple basada en Internet, estimó que un promedio del 74 por ciento de los pacientes de cardiología y oncología en los Estados Unidos tenían pruebas de laboratorio, que influyeron en un promedio del 64 por ciento de las decisiones médicas.
 
Durante la pandemia el laboratorio clínico dio un giro de 360 grados, siendo uno de los pilares fundamentales junto con los programas de vacunación masiva para trabajar en esta crisis mundial.
 
Hoy en día el valor de los laboratorios clínicos se extiende más allá del impacto de sus resultados sobre las decisiones médicas y se puede asociar directamente con un impacto medible en los indicadores claves de rendimiento en todo el proceso de atención. Tanto es así que los sistemas modernos y asequibles de Patología y Medicina de Laboratorio (PALM) son esenciales para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible de 2030 para la salud en los países de bajos y medianos ingresos (LMIC).
 
El actual panorama de salud es claro y se caracteriza por una constante presión para la moderación de los costos, una creciente demanda asistencial y la exigencia de calidad en las instituciones sanitarias.
 
Panorama que nos invita a tomar acciones estratégicas reactivas o proactivas que permitan a los laboratorios atender el proceso asistencial con la máxima eficacia que requieren los pacientes, la máxima efectividad que requieren los clínicos y la máxima eficiencia que requieren los gestores.
 
Podríamos hablar de estrategias reactivas, con la disminución de los presupuestos destinados a la atención médica. Hoy en día la presión sobre los presupuestos de atención médica, incluida la medicina de laboratorio, es implacable y el enfoque en las actividades y los costos sigue siendo el modelo de financiación dominante de la Medicina de Laboratorio en todas partes.
 
Sin embargo, a nivel mundial los profesionales de laboratorio han comenzado a buscar modelos alternativos, proactivos en los que el valor de la Medicina de Laboratorio y su impacto en los resultados de los pacientes, son la fuerza motriz predominante.
 
El reto en el cual se encuentran los laboratorios clínicos hoy en día, está más allá, enfocándose en buscar estrategias proactivas destinadas a lograr la optimización del uso de pruebas que aporten más valor diagnóstico y la sincronización entre el laboratorio y los clínicos.
 
Estrategias que estarían involucrando el área pre y post analítica del Laboratorio Clínico, áreas en las que se encuentran el 80 por ciento de los errores que presenta el Laboratorio, áreas que involucran varios actores externos al laboratorio.
 
Si bien es cierto, los avances en la tecnología analítica y de la información han llevado a mejoras significativas en la productividad de los laboratorios durante varias décadas, contribuyendo indudablemente a mejorar la atención al paciente, también ha dado lugar a un enfoque en las actividades analíticas y los costos dentro del propio laboratorio, en lugar de una consideración más amplia del impacto de las pruebas en la atención al paciente. 
 
La educación en este punto es clave en toda estrategia proactiva, que si bien es cierto nos exigirá a cada uno de los actores principales que conforman los laboratorios clínicos mayor protagonismo y una participación más activa, convirtiendo la evidencia global a la práctica local, un desafío clave que enfrenta la medicina de laboratorio, en el cual debemos tomar en cuenta que:

- El requisito fundamental para los laboratoristas es nutrir y expandir las comunicaciones clínicas del laboratorio médico que incluyen reuniones cara a cara, consultas telefónicas, boletines y comentarios interpretativos de informes; además de contribuir a la selección de pruebas clínicamente apropiadas, requiriendo conocimiento del propósito clínico de las pruebas disponibles, incluidas sus fortalezas y debilidades. 
 
El objetivo es centrarnos en evitar una solicitud inadecuada, el evitar mantener test obsoletos y una adecuada interpretación de las pruebas; es pensar y actuar más allá del silo del laboratorio para lograr una mayor colaboración con aquellos compañeros más directamente implicados en la atención al paciente.

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