Edición Médica

Alberto Narváez, docente de la UCE.

Jonathan Veletanga. Quito
Ante la inminente llegada de la vacuna contra la CoVID19 a Ecuador, académicos, salubristas, investigadores, entre otros profesionales de la mesa técnica de Salud del Municipio de Quito han empezado a trabajar en una propuesta de estrategia de vacunación masiva en el país.
 
“La decisión de a quién vacunar depende de los objetivos que se plateen, del enfoque y la disponibilidad de vacuna. La estrategia debe ajustarse a los principios constitucionales de universalidad, equidad, solidaridad y con el más alto costo beneficio”, ha sostenido Alberto Narváez, docente de la UCE y miembro de la mesa técnica.
 
En diálogo con EDICIÓN MÉDICA, Narváez  quien es especialista en control de enfermedades, ha sostenido que el Ministerio de Salud Pública (MSP) debe definir con claridad la política de vacunación y proponerse vacunar por lo menos al 50 por ciento de la población nacional hasta junio de 2021, es decir, a casi 9 millones de ecuatorianos. Para esto debe plantearse varias metas y seguir una secuencia de vacunación.
 
Si se logra vacunar al 50 por ciento se lograría una inmunidad de rebaño, eso tomando en cuenta que sean ciertas las cifras proporcionadas por el Ministerio de Salud Pública (MSP), de que más del 30 por ciento de la población ya se infectó, ha aclarado el especialista.
 
Con base a esto y a una hipótesis (según nueva evidencia científica) de que existe la posibilidad de que aproximadamente el 30 por ciento de la población ya tienen una inmunidad genérica a coronavirus por las inmunizaciones recibidas en su vida, en el primer borrador de la propuesta plantea seis objetivos en orden de importancia.
 
Se debería vacunar en la siguiente “secuencia”: proteger a los trabajadores de primera línea y de sectores estratégicos (servidores de la salud, de servicios básicos y sectores estratégicos), reducir el riesgo de muerte y de casos graves (adultos mayores de 65 años, personas de 50 a 64 años con comorbilidades, infantes con patologías crónicas), reducir la velocidad de transmisión (vacunación en barrios, localidades o lugares de trabajo de alta transmisión en las últimas 4 semanas), reducir el impacto de la epidemia en población con vulnerabilidad social (comunidades de predominio de población indígena y afro), reactivar las actividades productivas a la normalidad pre-pandemia (población económicamente activa de 20 a 64 años), y regresar a clases (vacunación a niños de 5 a 19 años).  
 
En este sentido, Narváez ha puntualizado en que no se debe descartar la vacunación en las personas que ya se infectaron por dos factores, no se sabe si todos desarrollaron inmunidad y se han hecho pocas pruebas PCR confirmatorias en el país. Por este motivo, “lo importante es vacunar a la población de alto riesgo, se haya infectado o no”.
 
Para la campaña de vacunación además ha considerado que el MSP tiene que empezar a fortalecer y adecuar la cadena de frío a nivel nacional para aquellas vacunas que necesitan temperaturas muy bajas. También ha recomendado instaurar un Sistema de Farmacovigilancia adecuado para monitorear los efectos adversos a mediano y largo plazo.
 
Narváez ha resaltado la importancia de fortalecer estos aspectos porque en el país la cadena de frío ha sido un problema inclusive para aquellas vacunas que necesitan entre 2 – 8 grados de refrigeración.
 
Asimismo, ha hecho un llamado a la autoridad sanitaria para que maneje la campaña de vacunación de manera transparente. “No ser transparentes puede afectar al éxito de la vacunación y eso es grave… El MSP y el ministro deben ser mucho más transparentes y dejar de mentir a la población”, ha enfatizado.
 
¿Cuál es la mejor vacuna para el país?
 
El galeno ha manifestado que el país debe acceder a varias vacunas con el fin de inmunizar a la población bajo diferentes condiciones.
 
Por el momento la vacuna de Pfizer es la mejor opción para aplicar en los centros urbanos, sin embargo, para las zonas rurales del país se debe considerar otras opciones que no necesitan mayor requerimientos de refrigeración, como la vacuna rusa o las vacunas chinas. “Si la OMS aprueba estas vacunas (rusa y china), tendremos inmunización para cada medio, condición geográfica y condición climática”, ha estimado.   
 
Narváez ha hecho un llamado a la población a no creer en los mitos y las especulaciones que existen alrededor de las vacunas, como por ejemplo que nos cambian genéticamente, que son una herramienta para control masivo, etc. “Las vacunas han sido uno de los descubrimientos más importantes de la Medicina… Por ello desde ya se debe empezar con una campaña de educación para que la gente conozca de primera mano y desde un punto de vista científico sobre las vacunas”.
 

---