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Salud Pública

FENÓMENO EL NIÑO
La vacuna contra el dengue está dirigida solo a personas previamente infectadas
Se advierte sobre el subregistro de casos, ya que la mayoría de las infecciones son asintomáticas
Miércoles, 04 de octubre de 2023, a las 15:13
William Cevallos, docente e investigador de la UCE.

William Cevallos, docente e investigador de la UCE.


Ana Cristina Coello. Quito
Con la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de usar una vacuna contra el dengue, cabe señalar algunas especificaciones de su uso, y más, cuando va en aumento la transmisión de la enfermedad en el país y en la región.
 
William Cevallos, docente de la carrera de Medicina e investigador del Instituto de Biomedicina de la Universidad Central del Ecuador (UCE), ha enfatizado en entrevista con EDICIÓN MÉDICA que la enfermedad tiene diversos determinantes, incluyendo factores climáticos, medioambientales y sociales.
 
El investigador ha dejado claro que la mayoría de las infecciones por dengue son asintomáticas y que en el país circulan varios serotipos. No obstante, la presencia del serotipo 2 (DENV-2), en una segunda infección, puede aumentar el riesgo de una forma grave de la enfermedad.
 
En ese sentido ha advertido que la falta de diagnóstico preciso agrava la situación, junto con la falta de medidas preventivas efectivas, lo que puede llevar a un aumento en los casos, como se ha visto en ciertas áreas de Santo Domingo, Manabí y Esmeraldas.
 
“Si una persona vuelve a tener dengue, tiene mayores probabilidades de desarrollar la enfermedad grave, especialmente si en la segunda infección es del tipo DENV-2”, el cual ya circula en el país.
 
Cevallos ha insistido en s que “si alguien ha tenido una infección previa por el serotipo DENV-1, DENV-3 o DENV-4 y en la segunda infección aparece el tipo 2, existe mayor probabilidad de desarrollar la enfermedad grave. La explicación radica en los anticuerpos que generamos después de un primer episodio de dengue. Cuando aparece un nuevo serotipo en la segunda infección, especialmente el DENV-2, el riesgo de tener dengue grave aumenta. Por ello es crucial tener en cuenta las poblaciones vulnerables, como niños y adultos mayores con comorbilidades y riesgos sociales”.
 
Tras el respaldo de la vacuna
 
Cevallos ha destacado que la vacuna ya estaba en uso. Sin embargo, ha dejado claro que este insumo “no se administra a todas las personas”, solo a las que pasaron la infección. “Esa estrategia ha mostrado una reducción significativa en los casos graves de la enfermedad”, se ha congratulado.
 
Pero para determinar quiénes deben recibir la vacuna, deberán también someterse a una prueba de verificación y allí Cevallos ha considerado que esas pruebas “tienen limitaciones, ya que su sensibilidad no es muy alta. Esto significa que es posible obtener un resultado negativo en la prueba, incluso si se ha tenido dengue antes. Por lo tanto, para administrar la vacuna de manera efectiva, se necesitarían pruebas masivas para identificar a las personas que han tenido dengue y aplicar la vacuna solo a esos individuos”.
 
Es importante destacar que si se administra la vacuna a personas que no han tenido dengue previamente, existe el riesgo de que desarrollen un caso grave de la enfermedad. Por lo tanto, es fundamental realizar pruebas adecuadas para determinar quiénes son los candidatos adecuados y evitar posibles complicaciones graves.
 
El Dengue y el fenómeno de El Niño
 
Cevallos ha mencionado que, según la Organización Meteorológica Mundial, se ha observado un aumento en los casos de dengue en julio, agosto y septiembre, pero no debido a lluvias intensas, sino a sequías. “Durante las sequías, las poblaciones necesitan abastecerse de agua, lo que crea condiciones ideales para la reproducción de mosquitos”.
 
De allí que ha destacado la importancia de medidas estructurales para abordar este problema, como la falta de agua potable y eliminación de desechos, además de una vigilancia sanitaria activa y educación para la población.
 
“El Fenómeno de El Niño es un evento climático global que no solo se trata de lluvias intensas, como comúnmente se cree. Durante este fenómeno, no solo hay lluvias, sino también sequías, lo que lleva a eventos extremos en diferentes regiones. Las inundaciones extremas y las precipitaciones abundantes pueden reducir la población de mosquitos, mientras que las sequías aumentan el riesgo de propagación del dengue. Durante las inundaciones o lluvias intensas, la población de mosquitos disminuye, pero surgen otros problemas como enfermedades gastrointestinales y mordeduras de serpientes” ha anticipado.
 
Los estudios en Esmeraldas y los peligros de la enfermedad
 
Cevallos y su equipo de investigadores se han enfocado en la provincia de Esmeraldas desde el 2018 y han llevado a cabo un estudio de cohorte que sigue a aproximadamente 2.000 personas.
 
 A través de este estudio y un sistema de vigilancia activa con brigadistas que detectan síntomas de dengue, “se ha observado que las personas pueden tener formas asintomáticas de la enfermedad o con pocos síntomas. Esto lleva a que las personas no acudan a los servicios sanitarios, incluso cuando son portadoras del virus”.
 
“Muchas otras descubren que han tenido dengue solo cuando se les entrega el resultado del estudio y se les informa sobre su estado inmunológico. Las infecciones asintomáticas son comunes, y las personas deben ser educadas sobre la posibilidad de desarrollar un dengue grave en una segunda infección, especialmente si está circulando el DENV-2”, ha recalcado.
 
De allí que ha insistido en detectar los signos de alarma del dengue grave, ya que no existe un tratamiento específico para la enfermedad. El tratamiento se basa en la rehidratación, el reposo y el uso de acetaminofén para aliviar los síntomas. En casos graves, la rehidratación intravenosa puede ser necesaria, y la detección temprana de estos signos pueden salvar vidas. “Nadie debería morir por dengue”, ha recalcado el investigador.
 
Por otra parte, ha considerado que los sistemas de salud también deben prepararse, pero no solo para atender a los enfermos, sino también para educar a la población y brindarles información sobre los signos de alarma y cuándo deben buscar atención médica.
 
“Hemos detectado signos de alarma como sangrado de encías, deshidratación, vómito persistente y dolor abdominal intenso” y la acción a seguir es acudir a las unidades de salud. Allí son hospitalizadas y rehidratadas.
 
Preparar los centros de salud
 
Ahora frente a la inminente llegada de fuertes lluvias e inundaciones, el investigador ha considerado esencial abastecer las unidades, principalmente rurales, de suministros médicos como antimaláricos, antibióticos y suero antiofídico para el tratamiento de mordeduras de serpientes.
 
Pero también ha insistido en “enseñar a las personas a tratar el agua, por ejemplo, mediante la cloración”.
 
Sin embargo, uno de los desafíos más grandes durante estos eventos es la necesidad de gestionar los desplazamientos de personas. En casos de evacuación, es fundamental proporcionar albergues seguros con acceso a agua. Estas medidas son esenciales para mitigar los riesgos de enfermedades relacionadas con el agua y los vectores durante el Fenómeno El Niño, ha finalizado.




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