Edición Médica

Iván Sisa, investigador de la USFQ.

Cristina Coello. Quito
Para abordar las prioridades de salud de la población en general y formular políticas púbicas específicas se requiere de información científica actualizada. No obstante, en lo que se refiere a la salud de la población adulta mayor existen preocupantes brechas.
 
Así lo determina un estudio bibliométrico realizado por Iván Sisa y Ricardo Vega de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), quienes estiman como preocupante la falta de evidencia científica para la elaboración de políticas públicas de salud y envejecimiento. (Aquí el enlace del estudio)
 
En entrevista con EDICIÓN MÉDICA, Sisa ha considerado que es “alarmante el poco interés para investigar en esta área” a pesar de que los adultos mayores son un grupo poblacional importante y en crecimiento en el Ecuador, como en todo el mundo.
 
Por ello los investigadores han buscado la producción científica de publicaciones relacionadas con adultos mayores y han señalado que es escasa durante la última década. En general, señala el estudio, los diseños más comunes fueron los transversales y de casos y control.
 
El tema principal de investigación ha sido en el área clínico-quirúrgica y las líneas de investigación más prevalentes fueron en la epidemiología y las causas de las enfermedades relacionadas con las personas mayores.
 
El investigador ha mencionado que, a lo largo del período analizado, no han podido encontrar estudios relacionados con la política de envejecimiento, y solo encontraron una investigación dedicada al diagnóstico, tratamiento y prestación de servicios geriátricos.
 
De allí que Sisa ha recalcado que mejorar la investigación sobre la población mayor “proporcionaría aportes valiosos para el desarrollo de políticas basadas en evidencia que, en última instancia, mejorarán la calidad de vida y los resultados de salud a largo plazo”.
 
La información necesaria
 
A decir de Sisa, ya es oportuno que el Estado actualice cifras, pues no se ha vuelto a realizar una Encuesta de salud, bienestar del adulto mayor (SABE) y cuyos datos más actuales son del 2009, cuando fue la última vez que se la realizó.
 
Pero, además, otra fuente de información clave es “abrir las bases de datos de los hospitales, que es donde se atiende esa población” adulta mayor y será importante conocer cómo es la atención hospitalaria, ha añadido.
 
Es todo caso, para los investigadores es una “tarea en conjunto, de la academia, el Estado, las instituciones que cuidan de la salud de adultos mayores” el incentivar este tipo de estudios. Sisa ha reconocido que la falta investigación en estas áreas “también viene desde de la academia, que tiene el rol de inculcar desde pregrado la importancia de la salud del adulto mayor y la investigación en estas áreas”.
 
No obstante, también ha solicitado “promover espacios de discusión” para que la academia pueda tomar esas necesidades e investigar, “visibilizar esta necesidad” y sobre todo “crear los fondos” para aplicar a ese tipo de estudios, ha concluido Sisa.

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