Edición Médica

Diego Mancheno, coordinador de la Maestría en Economía de la Salud de la PUCE.

Redacción. Quito
Economía de la Salud es una especialidad nueva en el Ecuador, a pesar de ser una necesidad muy importante para enriquecer la toma de decisiones y optimizar los recursos en el sector sanitario. Afortunadamente, la academia ha dados los primeros pasos en esta área, con la finalidad de brindar una nueva opción de formación a los médicos y economista.
 
Hace un año la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) abrió la primera Maestría en Economía de la Salud, un posgrado “pionero y único” en el país, que ofrece un estudio y formación sólida en la comprensión de la problemática de la salud en un contexto económico, social e institucional, así como en la investigación de sus interrelaciones y determinantes, y en la evaluación de tecnologías sanitarias. Por esta razón, conjuga la Disciplina de la Economía con la Ciencia de la Medicina.
   
“La necesidad de esta maestría se evidenció con la COVID-19… La pandemia nos da una muestra palpable, esencial, de lo que ha sido esta conjugación entre la Economía y la Salud. Una solución rápida a la pandemia permite que la actividad económica se recupere rápido”, ha enfatizado Diego Mancheno, coordinador de este programa, en diálogo con EDICIÓN MÉDICA.
 
Viendo esta necesidad, se ha creado esta maestría con los mejores docentes de las facultades de Economía y Medicina. 7 médicos y 7 economistas (14 estudiantes en total) conforman la primera cohorte, que está próxima a culminar. “Ellos están realizando sus trabajos de investigación y esperamos que pronto terminen sus estudios”, ha comentado.
 
Por el éxito y acogida, en este 2022 se ha abierto una nueva cohorte. Las inscripciones para la maestría están habilitadas hasta la primera semana de marzo y las clases están previstas iniciar a finales de ese mismo mes. “Seguimos recibiendo a los nuevos estudiantes”, ha agregado Mancheno.
 
Importancia de la Economía de la Salud en el país
 
Mancheno ha considerado que “toda institución del Sistema de Salud ecuatoriano, público y privado, debe tener economistas de la salud” porque disponen de herramientas metodológicas y analíticas para trabajar en la sostenibilidad del sistema a través del uso eficiente, eficaz y oportuno de los recursos.
 
“Combinar el uso de los recursos con su utilización eficaz y eficiente, es el deber de esta maestría”, ha asegurado.
 
Esta maestría está dirigida a economista en todas sus derivaciones y a médicos de todas las especialidades. A diferencia de los programas de Administración Pública o Administración de la Gestión Hospitalaria, la Economía de la Salud analiza factores macro y micro económicos basados en la contundencia de la ciencia económica, y genera evidencia científica entorno a las diferentes patologías y su relación con el contexto socioeconómico.
 
Otro factor a considerar es que en el país existen pocos economistas de la salud y casi todos han obtenido sus maestrías en el exterior. Por ello, este programa de cuarto nivel es una oportunidad para poder formarse dentro del país, con lo cual podrán desempeñarse profesionalmente tanto en los diferentes niveles del sistema de salud, tanto a nivel público como privado.
 
Mediante esta maestría, los profesionales podrán realizar evaluaciones integrales de las diferentes y complejas relaciones que establece la salud con la economía para una mejor toma de decisiones. Además, lograrán aportar elementos para proyectos de Alianzas Público Privadas que potencialicen las inversiones en el sector salud.
 
El dato 
 
Actualmente docentes de la Maestría de Economía de la Salud de la PUCE están contribuyendo en el desarrollo de diferentes proyectos de investigación locales, los cuales tienen como objetivo la generación de evidencia científica con impacto clínico y económico dentro del abordaje integral de las enfermedades cardiovasculares y crónico-metabólicas.
 
Estos proyectos permitirán evidenciar la necesidad de migrar a las compras por valor, en donde el resultado es lo que se prioriza enfocado en el paciente y en la optimización de recursos en un abordaje integral de la enfermedad.

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