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EN RECUPERACIÓN Y SALUD
Enfermedades mentales producen complicaciones tras cirugía de cadera
Pacientes con estas patologías deben conocer los riesgos a los que se enfrentan
Jueves, 28 de abril de 2016, a las 13:35

Ray Marks del York College en Nueva York.


Redacción. Quito
Investigadores de la Universidad de Duke en Carolina aseguran que las personas afectadas por una enfermedad mental tienen una peor recuperación y malos resultados de salud tras someterse a una intervención quirúrgica de reemplazo de cadera.

Mitchell Klement, autor de esta investigación, ha señalado que se realizó un estudio, en el cual se encontró que la depresión y otros trastornos mentales producen problemas de recuperación y salud después de una implantación de prótesis de cadera.

De acuerdo a  estudios previos se conoce que ciertas enfermedades mentales están asociadas a estas complicaciones cuando los pacientes se someten a una cirugía cardiaca o de columna, ha indicado el investigador.

La artroplastia total de cadera, que se realiza para aliviar el dolor causado por la artritis de cadera avanzada, implica la sustitución de la articulación por una prótesis, que resulta muy efectiva. Sin embargo también produce dolor, infección, trombos, accidentes cerebrovasculares, ictus, alteración del ritmo cardiaco o insuficiencia cardiaca, renal, y respiratoria, entre las complicaciones más frecuentes.

Klement y su equipo analizaron datos del Medicare entre 2005 y 2011 e identificaron 86.976 pacientes sometidos a esta cirugía de cadera, que presentaban depresión, trastorno bipolar y esquizofrenia.

Cuando compararon la evolución de estos pacientes con la de un total de 590.689 personas que se habían sometido a la misma cirugía pero no presentaban ninguna enfermedad mental.

Los investigadores encontraron que los enfermos mentales operados presentaban otros problemas médicos adicionales y además que tres meses después de la cirugía, estos pacientes eran más propensos a desarrollar 13 de las 14 complicaciones médicas más frecuentes.

Así se demostró que los pacientes con enfermedades mentales tenían el doble de riesgo a sufrir una infección, a que la prótesis se rompiera o se saliera de su sitio, en comparación con los pacientes operados que no tenían estas patologías.

También se determinó que eran dos veces más propensos a necesitar una segunda cirugía para revisar el estado de la prótesis, además tenían el doble de probabilidades de sufrir una insuficiencia respiratoria o una neumonía y no hubo diferencias significativas en función de la enfermedad mental, ha dicho Klement.

Ray Marks, profesor del York College en Nueva York, ha señalado que “una peor salud mental reduce la capacidad de autogestión de estos pacientes a la hora de seguir las instrucciones que les da su médico para proteger sus articulaciones después de la intervención".

“Estos pacientes son más propensos a tener debilitado su sistema inmune, presentar un mayor índice de masa corporal y más riesgo de diabetes, lo que puede influir en una peor recuperación tras la cirugía”, ha explicado.

Después de obtener estos resultados Klement ha asegurado que es necesario “informar a los pacientes sobre los riesgos a los que pueden enfrentarse al someterse a la cirugía”.



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