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ESPECIAL TRES AÑOS DE COVID-19
La colaboración público-privada funciona, la pandemia lo ha demostrado
Es posible el trabajo coordinado entre empresa privada y Estado
Miércoles, 22 de marzo de 2023, a las 17:05
Cristina Murgueitio, directora ejecutiva de ASEDIM, lvaro Maldonado, presidente ejecutivo de IFI.

Cristina Murgueitio, directora ejecutiva de ASEDIM, Álvaro Maldonado, presidente ejecutivo de IFI.


Cristina Coello. Jonathan Veletanga
La vacunación contra la COVID-19 fue un éxito gracias a la colaboración público-privada y esa fue la principal lección que ha dejado la pandemia, a decir de los representantes de la industria farmacéutica y los proveedores de insumos médicos.
 
Para esta cuarta entrega, cabe recordar que organismos internacionales como la Organización Panamericana de la Salud y el Banco Mundial destacaron en su momento ese esfuerzo conjunto de una campaña estructurada con jornadas de vacunación segmentadas (grupos prioritarios), que incluyeron días especiales para vacunar a grupos de difícil acceso, como las poblaciones indígenas, rurales y migrantes.
 
“Hubo un momento en que la humanidad estuvo en jaque y se necesitó que haya acuerdos y alianzas entre gobiernos, entidades regulatorias, industria, y dentro de la industria entre las empresas”, que se hicieron de manera muy rápida para enfrentar el reto gigantesco que supuso la pandemia de COVID-19, ha considerado Álvaro Maldonado, presidente ejecutivo de la Industria Farmacéutica de Investigación e Innovación (IFI) y Fundación Promesa, en entrevista con EDICIÓN MÉDICA.
 
En esos momentos críticos de la salud pública del país, la empresa privada (incluidas universidades) brindó asesoría y recursos logísticos en ese titánico esfuerzo del gobierno para planificar la singular campaña de vacunación; pero también realizó múltiples donaciones de insumos y estuvo muy activa en la campaña de comunicación (con mensajes muy claros) para evitar desinformación sobre la vacunación y su desarrollo.
 
“Existe la posibilidad de trabajar en conjunto y esa fue la prueba fehaciente”, ha sostenido Cristina Murgueitio, directora ejecutiva de la Asociación Ecuatoriana de Distribuidores e Importadores de Productos Médicos (ASEDIM). No obstante, esa corta relación no prosperó en el sentido de trazar nuevos objetivos que requiere el sistema de salud público.
 
“La empresa privada realizó muchas donaciones, pero eso no puede continuar indefinidamente. Para tener un buen servicio de salud no podemos seguir donando, es necesaria una compra planificada”, ha sido enfática en señalar la ejecutiva de ASEDIM.
 
Previo a la vacunación, tanto la empresa privada como los representantes del Estado “nos sentamos a conversar y planificamos”. Cumplida la vacunación reapareció “esa imagen negra de que solamente queremos lucrar, lo cual es falso. Somos socios estratégicos, somo los que entendemos cómo funciona el mercado, los funcionarios públicos no tienen claro cuánto toma abastecer (el sistema de salud público), o traer un producto al país. Por tanto, hay que sentarte con la industria para plantear las metas a corto, mediano y largo plazo”, ha reclamado Murgueitio.
   
Según ha mencionado, su gremio ha insistido con las autoridades gubernamental en la necesidad de generar espacios en los cuales “se escuche a los proveedores, nos permitan aportar, somos conocedores de innovación que necesita ser incorporada en el sistema público y que no lo están haciendo porque no hay un mecanismo definido de negociación, no existe evaluación de tecnologías y no se está dando cumplimiento a la Ley”, ha advertido.
 
Pero, Murgueitio ha recalcado que durante la vacunación existió ese trabajo en conjunto que incluyó “planificación adecuada y efectiva, ejecución de propuestas en conjunto, medición de resultados”, etc. Y en ese sentido, la directiva ha recalcado que eso se requiere nuevamente, más “no solo reuniones sin resultados”.
 
Lecciones aprendidas: antes y después
 
Para el presidente IFI, la pandemia y la vacunación de COVID-19 dejaron una serie de lecciones en el país y a nivel global. Entre las principales, el reconocimiento y la ventaja que proporciona la Ciencia y la Innovación para enfrentar desafíos de salud.
 
Por ejemplo, antes de la vacuna, los sistemas de salud colapsaron, los hospitales estaban abarrotados de pacientes con COVID-19, la gente buscaba opciones de tratamiento y lamentablemente muchas familias tuvieron que enterrar a sus familiares. Sin embargo, después con el desarrollo en tiempo récord de este biológico hubo “un pare” muy significativo en estos aspectos. Con esto obviamente “la gente pudo valorizar el esfuerzo, el trabajo y lo que significa la Ciencia y la Innovación”.
 
Otra lección importante fue la necesidad de mirar a la Salud como una inversión y no como un gasto. “Invertir en los sistemas de salud nos permite responder las crisis sanitarias de una manera mucho más efectiva”, por ello que es “urgente” que en Ecuador y en los países de región “la salud sea atendida como una inversión y como un impulsor del crecimiento económico: vimos que los países que más vacunaron y que salieron primero, se reactivaron más rápido también”.  
 
“Los recursos y las asignaciones presupuestarias para el sector Salud son prioritarias, son una inversión, no es un gasto. Ninguno de los países de Latinoamérica que nosotros hemos podido analizar (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Perú y México) cumple con la meta del 6 por ciento del presupuesto general del estado para Salud, en consecuencia, Latinoamérica fue una de las regiones más golpeadas”, ha subrayado Maldonado.  
   
La pandemia también dejó la necesidad urgente de fortalecer las capacidades de colaboración entre todos los actores de la sociedad. Se pudo observar con éxito cómo se debe “responder conjuntamente con la comunidad de la salud y los gobiernos a nivel global”.
 
Por lo tanto, es fundamental mantener un sistema y un marco sólido que incentiven un ecosistema de innovación que sea sostenible a escala nacional. “Es muy importante que se defiendan los regímenes propiedad intelectual y todo lo referente a patentes porque eso es genera la investigación”, ha enfatizado Maldonado.
 
Asimismo, se requiere desarrollar un “esquema de prevención” que permita anticiparse a las crisis de salud y que genere poblaciones debidamente informadas y saludables, así como recuperar los aspectos perdidos como la vacunación infantil, atención oportuna a otras patologías, etc.
 
Después de todo lo que se ha vivido con la pandemia de COVID-19 es “importante tener un compromiso conjunto y compartido”, entre la industria, las organizaciones de la sociedad civil, las organizaciones científicas, el Estado y todos los actores del sector salud y sector privado. “La pandemia nos permitió confiar una vez más en este gran esfuerzo, en la capacidad humana para innovar y de esta manera responder a estos retos”, ha destacado Maldonado.
 


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