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RECOMENDACIONES OMS
¿Cómo reducir el impacto de los contaminantes climáticos en la salud?
Estas pautas impedirían un promedio de 2,4 millones de muertes prematuras al año para 2030
Miércoles, 04 de noviembre de 2015, a las 17:59

Flavia Bustreo, subdirectora general de la OMS.


Redacción. Quito
Un nuevo informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca la urgente necesidad de reducir las emisiones del carbono negro, el ozono y el metano, así como el dióxido de carbono, los cuales contribuyen al cambio climático.

Frecuentemente descritos como contaminantes de vida corta (SLCP por su sigla en inglés), éstos no sólo producen un fuerte efecto de calentamiento global, sino que contribuyen de manera significativa a los más de 7 millones de muertes prematuras al año relacionadas con la contaminación del aire.

El informe, 'Reduciendo el riesgo a la salud a nivel mundial mediante la mitigación de contaminantes del clima de vida corta', producido en colaboración con la Coalición de Clima y Aire Limpio para Reducir Contaminantes Climáticos de Vida Corta, revela que las intervenciones para reducir los SLCPs pueden reducir la carga de enfermedad y muerte, y contribuir a la seguridad alimentaria, a mejorar la dieta y a aumentar la actividad física.

"Cada día, estos contaminantes amenazan la salud de los hombres, mujeres y niños", dijo Flavia Bustreo, Subdirectora General de la OMS. "Por primera vez, este informe recomienda acciones que los países, los ministerios de salud y medio ambiente, y las ciudades pueden tomar para reducir las emisiones, proteger la salud y evitar las enfermedades y muertes prematuras, que a menudo afectan en mayor medida a los más vulnerables", indicó.

El informe se basa en una evaluación de 2011 del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente y la Organización Meteorológica Mundial, que calculó que un despliegue global de 16 medidas para reducir las emisiones de carbono negro, ozono, metano y dióxido de carbono, impedirían un promedio de 2,4 millones de muertes prematuras al año para 2030. Nuevas estimaciones podrían elevar este número a 3,5 millones de vidas salvadas anualmente para 2030, y entre 3 y 5 millones de vidas al año para 2050. Estas proyecciones toman en cuenta los últimos datos de la OMS sobre muertes relacionadas con contaminación del aire, así como algunas nuevas medidas de SLCP.

"Se requiere actuar rápidamente para reducir el carbono negro, el metano, y otros precursores de ozono", dijo Helena Molin Valdés, jefa de la Coalición de Clima y Aire Limpio del Programa de Naciones Unidas de Medio Ambiente (PNUMA). "Sabemos que cuanto antes empecemos a reducir estos contaminantes, más pronto se aliviarán las presiones sobre el clima y la salud humana", indicó.
 
La OMS calificó a más de 20 medidas disponibles y accesibles para mitigar los contaminantes climáticos de vida corta, entre las que figuran las normas de emisiones para vehículos, la captura de gas de relleno sanitario, el cambio de combustibles fósiles por energías renovables, la reducción de los residuos de alimentos y el cambio en los combustibles de biomasa para cocinar por otros combustibles más modernos, con el objetivo de evaluar cuál tiene el mayor potencial para mejorar la salud, reducir las emisiones de SLCP y prevenir el cambio climático.

Cuatro intervenciones obtuvieron una calificación alta o media en las tres categorías propuestas:
1.      Reducir las emisiones de los vehículos a través de la implementación de estándares sobre emisiones altas y eficiencia, pueden reducir el carbono negro y otros co-contaminantes de combustibles fósiles, así como también mejorar la calidad del aire y reducir la carga de morbilidad atribuible a la contaminación del aire exterior.

2.      Políticas e inversiones para priorizar el tránsito rápido de transporte colectivo como autobuses y trenes, así como la promoción de la seguridad de los peatones y la creación de ciclovías pueden promover múltiples beneficios, entre ellos: la seguridad en el transporte activo y la reducción en los riesgos a la salud derivados de la contaminación atmosférica y acústica, la inactividad física, y los accidentes de tránsito.

3.      Proporcionar estufas y combustibles alternativos más limpios y eficientes a los cerca de 2,8 mil millones de personas de bajos ingresos en todo el mundo que dependen de leña, el estiércol y otros combustibles sólidos para cocinar y calentarse. Esta medida podría reducir las enfermedades relacionadas con la contaminación del aire y reducir los riesgos para la salud y el tiempo invertido en la recolección de biomasa.

4.      Alentar a las poblaciones de alto y medianos ingresos a aumentar su consumo de alimentos de origen vegetal nutritivos, podría reducir las enfermedades del corazón y algunos tipos de cáncer, y reducir las emisiones de metano asociadas con algunos alimentos de origen animal.
"Los beneficios para la salud que se pueden obtener a partir de estas estrategias son mucho más grandes que lo previamente estimado, y se pueden disfrutar de inmediato y localmente", dijo Maria Neira, directora del Departamento de Salud Pública, Medio Ambiente y Determinantes Sociales de la Salud de la OMS. "Los sectores de medio ambiente y salud ahora pueden priorizar las intervenciones para cumplir sus dos objetivos: la prevención del cambio climático y garantizar una buena salud", explicó.

El camino a seguir

La publicación del informe de hoy es un paso significativo para el actual trabajo de la OMS en la prevención de enfermedades y muertes relacionadas con la contaminación del aire - y hacia la consecución del nuevo objetivo de salud mundial. El objetivo 3.9 busca: "Para el año 2030, reducir sustancialmente el número de muertes y enfermedades por productos químicos peligrosos y por la contaminación del aire, el agua y el suelo".

En mayo de 2015, la Asamblea Mundial de la Salud adoptó una resolución para hacer frente a los impactos en la salud por contaminación del aire, que hace hincapié en la necesidad de una estrecha cooperación entre los diferentes sectores y la integración de los problemas de salud en las políticas nacionales, regionales y locales relacionadas con la contaminación del aire.

La OMS está poniendo a prueba varios de estos enfoques en la iniciativa de salud urbana que está liderando junto con la Coalición de Clima y Aire Limpio, Noruega y otros socios. La iniciativa se pondrá en marcha en cuatro ciudades en 2016. Como parte de esta iniciativa, se hará un análisis costo-beneficio de las intervenciones claves recomendadas aquí para su evaluación.

La evidencia de estudios anteriores de la OMS en materia de transporte saludable, sugieren que los cambios en el transporte colectivo y la habilitación de redes de senderismo y ciclismo seguras, son relativamente baratas en comparación con la pérdida de vidas y los costos de tratar a las personas por enfermedades relacionadas con la contaminación del aire, los accidentes de tránsito y la inactividad física.




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