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ACTUALIZACIÓN MÉDICA
Nuevas directrices en el tratamiento de la obesidad infantil
Ya no recomiendan la lactancia materna para prevenir la enfermedad
Miércoles, 15 de febrero de 2017, a las 16:20
Dennis Styne, de la Universidad de California.

Dennis Styne, de la Universidad de California.


Redacción. California
Una comisión designada por la Sociedad de Endocrinología de Estados Unidos ha emitido nuevas directrices de práctica clínica para la evaluación, tratamiento y prevención de la obesidad en la infancia y la adolescencia, con las cuales se actualiza las recomendaciones previas publicadas hace varios años.
 
"La obesidad pediátrica continúa siendo un problema de salud internacional persistente y serio que afecta a 17 por ciento de los pacientes en edad pediátrica (niños y adolescentes) en Estados Unidos, poniendo en riesgo la salud y la longevidad durante la edad adulta", ha señalado en las directrices, Dennis Styne, de la Universidad de California.
 
Las nuevas directrices han sido publicadas en versión electrónica en el Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism, las cuales fueron formuladas de manera conjunta por la European Society of Endocrinology y la Pediatric Endocrine Society.
 
"Desde la publicación de las directrices originales, hace ocho años, se han añadido 1.778 citas bibliográficas a PubMed en relación con la obesidad pediátrica, y hemos incorporado los datos más relevantes de éstas para actualizar y mejorar el texto original", ha manifestado Styne.
 
Según la comisión las tasas al parecer se han estabilizado en los últimos años, pero han añadido nuevas definiciones de "obesidad extrema", un grupo cuya prevalencia sigue aumentando.
 
Los preescolares de 2 años de edad se consideran extremadamente obesos si tienen un índice de masa corporal (IMC) de ≥120 por ciento del percentil 95 o ≥35 kg/m2, de acuerdo a su grupo étnico.
 
Un niño o adolescente que por su IMC se encuentra en el percentil ≥85 pero debajo del percentil 95 para edad y género, se considera con sobrepeso, en tanto que aquél con un IMC ubicado en el percentil ≥95 para edad y género se considera obeso.
 
Los lactantes menores de 2 años se consideran obesos si su peso específico de acuerdo al género para la longitud en decúbito está en el percentil ≥97,7 de las gráficas de la Organización Mundial de la Salud, señalan los miembros de la comisión.
 
Los miembros de la comisión recomiendan que los médicos valoren sistemáticamente a los niños y adolescentes una vez que alcancen un IMC igual o mayor al percentil 85, para los trastornos concomitantes comunes relacionados con la obesidad, tales como prediabetes o diabetes manifiesta, dislipidemia, e hipertensión.
 
Por otra parte, aconsejan no utilizar análisis de laboratorio sistemáticos para tratar de identificar las pocas causas endocrinas infrecuentes que originan obesidad en la edad pediátrica, a menos que las manifestaciones clínicas lo justifiquen.
 
Asimismo, en el caso de los factores genéticos que favorecen la obesidad, tanto infantil como adolescente, recomiendan que las pruebas genéticas se limiten a los niños con obesidad de inicio temprano; un antecedente familiar de obesidad extrema; o hiperfagia, un apetito anormalmente intensificado.
 
Al igual que para las directrices previas, los miembros de la comisión resaltan la importancia de la prevención de la obesidad, argumentando que: "Es difícil lograr resultados perdurables efectivos con la modificación del estilo de vida, una vez que se presenta la obesidad".
 
Los médicos deben prescribir y fomentar hábitos de alimentación saludables, fortalecer los niveles de actividad (necesitan un mínimo de 20 minutos al día y en condiciones ideales, 60), advertir sobre los patrones de sueño saludables.
 
La cirugía bariátrica
 
En contraste con las directrices previas, los miembros de la comisión ya no recomiendan la lactancia materna para prevenir la obesidad, debido a que la evidencia que respaldaba las recomendaciones previas para hacerlo se consideró débil.
 
Los miembros de la comisión también advierten que "los compuestos farmacológicos dirigidos al control de la obesidad, con excepción de uno, no están aprobados para el uso en esta población hasta los 16 años de edad".
 
Sin embargo, si un médico determina que las intervenciones en el estilo de vida simplemente no están funcionando, puede recurrir al tratamiento farmacológico siempre y cuando tenga experiencia en el uso de estos compuestos.
 
Por último, la evidencia ha definido cada vez más tanto los beneficios como los riesgos que conlleva la cirugía bariátrica en los adolescentes, y los miembros de la comisión detallan diversas opciones quirúrgicas en las nuevas directrices.
 
No obstante, si se considera un procedimiento bariátrico, se debe llevar a cabo solamente en pacientes adolescentes maduros, con trastornos concomitantes graves relacionados con la obesidad.



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