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Ecuador | Colombia
Salud Pública

ENTREVISTA
Sí se puede mejorar la calidad de vida del paciente con Alzheimer en Ecuador ¿Qué falta?
Las cifras que maneja el país de la enfermedad son estimativas
Martes, 26 de septiembre de 2023, a las 14:51
Susana Tito, presidenta de la Sociedad Ecuatoriana de Geriatra y Gerontologa.

Susana Tito, presidenta de la Sociedad Ecuatoriana de Geriatría y Gerontología.


Cristina Coello. Quito
Hace pocos días el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) confirmó que el país atraviesa una etapa de mayor envejecimiento e hizo públicas las cifras de la caída en la tasa de natalidad. Lo cual conlleva a varias reflexiones en el ámbito sanitario y una de ellas está relacionada a las enfermedades del adulto mayor.
 
Si bien son varias las afecciones que afectan a población de más de 65 años, son las demencias las que significan un gran reto por ser una de las causas principales de discapacidad y dependencia entre las personas de edad en el mundo entero.
 
Cabe recordar también que la Organización Panamericana y Mundial de la Salud (OPS/OMS) también han informado que la prevalencia de la demencia está creciendo rápidamente en los países de América Latina y el Caribe (ALC) y que una de las más frecuentes es el Alzheimer.
 
Y a propósito del Día Mundial de concientización de la enfermedad de Alzheimer (21 de septiembre), EDICIÓN MÉDICA, ha conversado con la presidenta de la Sociedad Ecuatoriana de Geriatría y Gerontología (SEGG), Susana Tito, quien ha dejado claro que el trabajo multidisciplinario, junto a opciones terapéuticas y la decisión política pueden hacer la diferencia en un futuro no muy lejano. Aquí la entrevista.  
 
¿Se diagnostica adecuadamente el Alzheimer en el Ecuador?
 
En el país se sigue haciendo básicamente diagnósticos clínicos, porque los otros métodos que permitirían confirmar son de laboratorio (niveles de proteína amiloide) y no están disponbles en el servicio público de salud, (en algunos casos) se hace a nivel privado, pero su costo es elevado y no se hace en laboratorios nacionales, hay que mandar al extranjero.
 
La otra forma es a través de tomografía por emisión de positrones. También de costo muy elevado. Si bien al a nivel mundial ha aumentado la capacidad de precisión diagnóstica en el país se lo hace privadamente y esto significa un reto, porque es una enfermedad que aumenta globalmente, que se distribuye en todos los grupos sociales y que todavía en el sector público no tenemos la capacidad de mirar esta enfermedad.
 
¿Qué quiere decir con que no tenemos la capacidad de mirar la enfermedad?
 
Es decir que seguimos haciendo el diagnóstico a través de evaluaciones de síntomas cuando ya los diagnósticos son más técnicos, en laboratorio (se dosifica ciertas proteínas en líquido cefalorraquídeo), no hay esta tecnología en el país, ni en el sistema público.
 
Pero, además, dentro del gran espectro de las demencias hay varios tipos, la más frecuente es el tipo Alzheimer que puede también coexistir con otros tipos de enfermedades y con otros tipos de demencias.
 
El diagnóstico clínico tiene una buena aproximación, pero el problema en el país es el acceso. No todos los pacientes que presentan trastornos de memoria pueden acceder a evaluaciones más específicas que permitan determinar el tipo de demencia.
 
Eso, por una parte, por otra, ya en el manejo propiamente de este tipo de enfermedad, tenemos medicamentos que permiten controlar la conducta, que ralenticen o que le hagan más lenta la progresión. ¿Cuál es lío otra vez? que no están dentro del cuadro básico de medicamentos. La gran mayoría de gente que tiene Alzheimer no tiene el beneficio de otros medicamentos que, si bien, no van a curar, van a mejorar la calidad de vida.
 
¿Se puede prevenir la enfermedad?
 
El Alzheimer tiene un gran componente cardiovascular. El momento que se controlan factores de riesgo como: hipertensión, diabetes, dislipidemia, sedentarismo, obesidad, en algo se previene, pero es una enfermedad neurodegenerativa.
 
Hay mucha investigación en prevención, la posible cura, cómo revertir los efectos, pero como humanidad estamos en esa parte.
 
¿Qué retos le impone esta enfermedad a los profesionales sanitarios?
 
Al ser una enfermedad que se vuelve cada vez más frecuente es importante que el diagnóstico temprano y el manejo, tomando los diferentes niveles de complejidad, esté al alcance de la mayoría de médicos y al alcance de la gran mayoría de pacientes.
 
Esto significa que los médicos más próximos, llámese médicos de familia, generales, de otras especialidades estén familiarizados con el deterioro cognitivo tipo Alzheimer, de tal modo que pueda aplicar evaluaciones, hacer aproximaciones diagnósticas y hacer también manejos más integrales de integradores.
 
En este momento quienes diagnosticamos Alzheimer y manejamos somos básicamente psiquiatras, neurólogos y geriatras. Pero obviamente sigue siendo insuficiente frente a una enfermedad muy frecuente, y, por tanto, se requiere médicos en el primer nivel de atención mejor formados para que se puedan hacer los diagnósticos, derivaciones y manejos adecuados.
 
¿Cómo enfrentar este reto?
 
No esta preparado todavía el sistema nacional para enfrentar esta enfermedad, no solo desde el campo de la medicina, sino también desde el campo de la psicología, la fisioterapia, la terapia ocupacional y otros campos como, por ejemplo, la construcción de ciudades amigables con personas con deterioro cognitivo, donde puedan vivir, relacionarse con el entorno.
 
Entonces en lo que se refiera a formación médica hace falta fortalecer el pregrado de las diferentes facultades de S alud y debe ser también un tema transversal en los posgrados de diferentes especialidades.
 
Es importantemente tener métodos terapéuticos que permitan abordar la enfermedad, nuestros países vecinos, por ejemplo, Colombia dentro del cuadro básico de medicamentos tienen fármacos como rivastigmina, memantina, donepezilo, que, si bien no curan, si ayudan a mejorar la calidad de vida.
 
Yo creo que es prioritario tener acceso a esos medicamentos porque tenemos un montón de gente que tiene este tipo de enfermedad y nos quedamos en el aire cuando sí se puede mejorar la conducta de estos pacientes, si se puede mejorar la calidad de vida de la persona mayor y del entorno familiar.
 
El costo del cuidado se puede bajar con estas intervenciones ¿Por qué si un país vecino tiene y ofrece este tipo de medicamentos a su población y somos hermanos, muy parecidos en características étnicas, culturales, etc., porque no lo tenemos aquí?
 
¿Hay evidencia científica de su eficacia?
 
La demencia no se cura. Evidencia científica en mejorar la sobrevida como se hace en otros medicamentos, no. Pero sí en mejorar calidad de vida y convivencia.
 
No es lo mismo que usted tenga una persona en un caso avanzado (de demencia) que pueda caminar, interactuar, comer sola, o mejorar su relación, que no pase alucinando, que no esté disconforme, a tener una persona en casa más tranquila, que ayude, vaya al baño sola, que pueda relacionarse más adecuadamente con la familia.
 
Esta enfermedad es una carga importante para la familia, es un estresor fuerte, y el medicamento mejora calidad de vida.
 
Por eso, con este tipo de enfermedades crónicas discapacitante, se solicita a nivel mundial que sea el cuidado prolongado un derecho humano. Aquí no dejamos de ser humanos, personas y sujetos de derechos por tener una enfermedad incapacitante que además es costosa.
 
En definitiva, nos falta procesos de capacitación, facilidades diagnósticas y terapéuticas en una población cada vez más grande. Es responsabilidad también del Estado intervenir en este punto.
 
¿Cómo manejar la enfermedad?
 
Esta enfermedad requiere de personal capacitado, que reconozca, maneje adecuadamente y en equipo multidisciplinario, con: psicólogos, terapistas físicos, terapistas ocupacionales, terapistas del lenguaje, educadores, cuidadores, enfermeras, auxiliares, las mismas familias tienen que poder manejarla, todo eso dentro del campo de salud.
 
También está el abogado que debe conocer cuál es la situación, cómo se respetan los derechos y se protegen los bienes y derechos de estas personas. Los arquitectos tienen que saber cómo se construye un baño amigable para una persona con deterioro cognitivo en el que le ayude a ser independiente. Un economista tiene que saber cuáles son las necesidades de inversión de los adultos mayores. Esto abre además un campo laboral muy importante y económico como fuente de ingresos, eso es lo que está pasando en el mundo y eso es lo que va a pasar en el corto tiempo en el país.
 
Su mensaje en el Día Mundial del Alzheimer
 
Que se debe intervenir o modificar los factores de riesgo que predisponen al Alzheimer a lo largo de toda la vida. Por ejemplo, una mejor educación para todos, un mejor control de la presión arterial, mejor control de las pérdidas auditivas, evitar el tabaquismo, evitar la obesidad, buscar controlar y manejar la depresión, manejar el sedentarismo, el control adecuado de la diabetes, evitar el aislamiento social de las personas mayores, evitar el consumo inadecuado de alcohol , manejar adecuadamente los traumas craneoencefálicos, manejar la contaminación atmosférica, esos son factores de riesgo en los que sí se pueden intervenir y que no necesariamente son factores de riesgo solamente individuales o familiares.
 
Estamos envejeciendo, la prevalencia (de Alzheimer) va a ser mayor. Actualmente uno de cada 5 personas son adultos mayores, de cada cuatro adultos mayores de 85 años al menos uno tiene un deterioro cognitivo, muy frecuentemente demencia. Entonces es un problema frecuente, que causa impacto y en el que se debe intervenir.
 



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