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Salud Pública

NUEVO INFORME
OMS alerta sobre altos niveles de resistencia a las bacterias más frecuente de septicemia en hospitales
Se necesita multiplicar los análisis microbiológicos y generar datos de calidad
Viernes, 09 de diciembre de 2022, a las 12:54
Nuevo informe de la OMS.

Nuevo informe de la OMS.


Redacción. Quito
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha presentado el nuevo ‘Informe del Sistema Mundial de Vigilancia de la Resistencia a los Antimicrobianos y de su Uso (GLASS)’, que alerta sobre elevados niveles de resistencia en bacterias causantes de septicemias potencialmente mortales, además de una creciente resistencia a los tratamientos en varias bacterias que provocan infecciones comunes entre la población.
 
“La resistencia a los antimicrobianos erosiona la medicina moderna y pone millones de vidas en peligro. Para aprehender realmente la magnitud de la amenaza mundial y organizar una respuesta de salud pública eficaz contra las antibiorresistencias debemos multiplicar los análisis microbiológicos y generar datos de calidad garantizada en todos los países, y no solo en los más ricos”, ha manifestado Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.
 
Para este informe se han analizado datos de 87 países (la pandemia de COVID-19 impidió a varios países comunicar sus datos) y, por primera vez, se han examinado las tasas de resistencia a los antimicrobianos (o antibiorresistencia) en relación con la cobertura de pruebas analíticas en cada país, así como las tendencias al respecto desde 2017 y datos sobre el consumo humano de antimicrobianos en 27 países.
 
El informe se presenta también en un innovador formato digital interactivo que facilita la extracción de datos y la elaboración de gráficos.
 
Según el documento, se han descrito y notificado elevados niveles de resistencia (por encima del 50 por ciento) en bacterias que son causa frecuente de septicemia en hospitales, como Klebsiella pneumoniae o Acinetobacter spp. Para tratar estas infecciones potencialmente mortales se precisan antibióticos de último recurso, como los carbapenémicos.
 
Sin embargo, un 8 por ciento de las septicemias causadas por Klebsiella pneumoniae se mostraron resistentes a los carbapenémicos, lo cual aumenta el riesgo de muerte por una infección no tratable.
 
Asimismo, las infecciones bacterianas comunes presentan cada vez mayor resistencia a los tratamientos: más del 60 por ciento de las cepas aisladas de Neisseria gonorrea, causante de una frecuente enfermedad de transmisión sexual, han mostrado resistencia a uno de los antibacterianos más utilizados por vía oral, la ciprofloxacina.
 
Además, más del 20 por ciento de las cepas aisladas de E. coli, que es el patógeno más común en las infecciones de las vías urinarias, resultaron resistentes tanto a los fármacos de primera línea (ampicilina y cotrimoxazol) como a los tratamientos de segunda línea (fluoroquinolonas).
 
El informe también ha encontrado que, si bien en los últimos 4 años la mayoría de las tendencias al respecto se han mantenido estables, las septicemias causadas por cepas resistentes de Escherichia coli y Salmonella spp. y las gonorreas resistentes han aumentado en por lo menos un 15 por ciento en comparación con los niveles de 2017.
 
Por ello, la OMS ha precisado que se requieren más investigaciones para descubrir las razones que subyacen a esta progresión de las antibiorresistencias y saber en qué medida esta situación guarda relación con el mayor número de hospitalizaciones y de tratamientos antibióticos registrado durante la pandemia de COVID-19.
 
Necesidad de pruebas analíticas
 
El informe indica que hay una mayor probabilidad de que los países con menor cobertura de pruebas analíticas, que suelen ser países de renta baja o renta media, comuniquen tasas de resistencia a los antibacterianos significativamente más altas para la mayoría de las combinaciones “germen-fármaco”, lo que (en parte) puede atribuirse a que en muchos países haya solo unos pocos hospitales de referencia que transmiten datos al GLASS. Estos hospitales suelen atender a los pacientes más enfermos, que pueden haber recibido tratamiento antibiótico previo.
 
Por ejemplo, el nivel medio mundial de antibiorresistencias en E. Coli y en Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (los dos microorganismos utilizados como indicador al respecto en los Objetivos de Desarrollo Sostenible) es de 42 por ciento y 35 por ciento, respectivamente.
 
Pero al considerar solamente a los países con elevada cobertura de pruebas analíticas, los niveles obtenidos fueron bastante inferiores: un 11 por ciento y 6.8 por ciento más bajos, respectivamente, según datos de la OMS.
 
En relación al consumo humano de antimicrobianos, el 65 por ciento de los 27 países comunicantes habían cumplido el objetivo de la OMS de lograr que al menos un 60 por ciento de los antimicrobianos consumidos fueran del grupo «Acceso» de antibióticos, es decir, aquellos que, según la clasificación AWaRE de la OMS, son eficaces contra un amplio espectro de infecciones comunes y entrañan un riesgo relativamente bajo de generar resistencia.
Por esta razón, la OMS ha considerado que debido a la insuficiente cobertura de las pruebas analíticas y a la escasa capacidad de laboratorio, especialmente en los países de renta baja y renta media, sigue resultando difícil interpretar las tasas de resistencia a los antimicrobianos.
 
Ante esto, la OMS seguirá una doble línea de trabajo: a corto plazo, obtener datos probatorios por medio de encuestas; a largo plazo, generar capacidad de vigilancia sistemática. Esto se traducirá, por un lado, en la implantación de encuestas representativas a escala nacional sobre la prevalencia de antibiorresistencias, con la finalidad de generar un acervo de datos de referencia y datos de tendencia en la materia que sirvan para formular políticas y seguir de cerca las intervenciones. Por otro lado, en un aumento en todos los niveles del sistema de salud, del número de laboratorios con garantía de calidad que comuniquen datos representativos sobre antibiorresistencias.
 
En este contexto, la OMS ha señalado que para hacer frente al curso creciente de las antibiorresistencias es preciso que los países pongan el mayor empeño, a alto nivel, en potenciar su capacidad de vigilancia y aportar datos de calidad garantizada, sabiendo que también incumbe actuar a todas las personas y comunidades.
 



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