Edición Médica

Sube nivel de emergencia en Pekín.

Redacción. Quito
El gobierno chino ha aumentado el nivel de respuesta a emergencias y han dispuesto que la región de Anxin, a unos 150 kilómetros de Pekín, sea "completamente cerrada y controlada", en un intento por frenar la propagación masiva del nuevo brote de CoVID19.
 
La subsecretaria general del gobierno municipal pequinés, Chen Bei, ha anunciado en rueda de prensa que la ciudad pasa del tercer al segundo nivel de emergencia, con lo que, entre otras medidas, las comunidades de vecinos volverán a comprobar la identidad y el estado de salud de los residentes y a tomarles la temperatura.
 
Con un total de 311 casos las últimas semanas, las autoridades han suspendido todas las clases presenciales en educación primaria, secundaria y superior, y se aconseja a los residentes trabajar desde el domicilio, mientras que las comunidades en áreas de riesgo "alto" ,por ejemplo, con casos confirmados quedarán selladas y no se permitirá que nadie salga de ellas.
 
Se suspenden asimismo los vuelos interprovinciales y los viajes en grupo transprovinciales, ha anunciado Chen, quien explicó que "la situación en Pekín sigue siendo grave".
 
Según el gobierno municipal, el virus fue causado o bien por una transmisión entre humanos o bien por una "contaminación ambiental".
 
Pruebas para la población
 
La funcionaria ha asegurado que las nuevas medidas no implican que se detenga el trabajo o la producción, aunque aconsejó a los residentes que trabajen desde casa e incidió en que deben usar siempre mascarillas en lugares cerrados.
 
La vuelta a la normalidad después de que la ciudad bajase el nivel de emergencia a principios de junio queda en suspenso, y la prioridad de las autoridades ahora es impedir que el virus se extienda o que llegue a otras ciudades.
 
Por otra parte, continúan las pruebas de ácido nucleico para todos aquellos que hayan tenido contacto con casos confirmados o que hayan visitado el mercado de Xinfadi, el principal de la metrópolis, cerrado desde la semana pasada.
 
Además de las pruebas y las medidas de control y prevención, la ciudad ha intensificado la inspección de los mercados de productos frescos, cerdo congelado, ternera, cordero y productos avícolas, y se examinan otros negocios, incluidos supermercados y restaurantes, para garantizar que no circulan productos contaminados con el patógeno.

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