Edición Médica

Ximena Pozo, especialista del MSP y Tatiana Fernández, presidenta de la SECUP.

Cristina Coello. Quito
Aunque muchos profesionales sanitarios se han formado para curar, también existe la necesidad prioritaria de atender el final de la vida. No obstante, el camino para involucrarse, desplegar y consolidar los cuidados paliativos en el país requiere de mayor participación.
 
Esa es una de las conclusiones a las que llegaron Ximena Pozo, especialista del Ministerio de Salud Pública (MSP) y Tatiana Fernández, presidenta de la Sociedad Ecuatoriana de Cuidados Paliativos (SECUP), en el taller desarrollado sobre cabildeo y política internacional de cuidados paliativos, organizado en Bogotá por la International Association for Hospice and Palliative Care (IAHPC), con la colaboración de la Asociación Latinoamericana de Cuidados Paliativos (ALCP).
 
En entrevista con REDACCIÓN MÉDICA, Pozo ha resaltado que son pocos países en el mundo con planes nacionales de cuidados paliativos y el Ecuador es uno de ellos. Además, el que disponemos está avalado por la autoridad sanitaria. Sin embargo, aún falta desarrollar este aspecto de la atención sanitaria, poco difundida.
 
“La sociedad médica y civil necesita saber que los cuidados paliativos existen, que estamos creciendo y que todos necesitamos desarrollarla. Podemos brindar una mejor calidad de vida, aunque sepamos que una persona no se va a curar.”, ha dicho Pozo.
 
Por su parte, Fernández ha resaltado que uno de los lineamientos del plan desarrollado en el país es la educación, pero es precisamente allí donde se han detectado falencias.
 
“Faltan posgrados o especializar a los profesionales en cuidados paliativos. Además, dentro del pre grado en las facultades de medicina, enfermería, trabajo social, psicología hay que incorporar esta materia. Necesitamos el apoyo no solo del ente gubernamental sino de todos”, ha pedido la presidenta de la SECP.
   
Pozo también ha remarcado que son “muy pocos los profesionales con formación en cuidados paliativos. De hecho, en el país solo existen 4 personas con maestría oficial reconocida”.
 
Aun así, en el MSP se ha capacitado alrededor de 250 equipos de primer y segundo nivel en curso básico de cuidados paliativos desde el 2014.
 
“Nos toca trabajar tanto a nivel de profesionales como con la sociedad civil. Incluso con los pacientes y familiares para que soliciten este servicio y no solo requieran de tratamiento. Cuando les explicamos que no se va a curar de la enfermedad, pero que le vamos a cuidar, la gente comprende la situación”, ha considerado la especialista del MSP.
 
Necesidades en el país
 
A decir de Pozo, el 35 por ciento de las defunciones en el país ameritan atención paliativa, de allí la urgencia en fortalecer este servicio, que se integra en todas las áreas.
 
La primera es la Oncología, pero también es necesaria en las enfermedades de insuficiencia de órganos, demencia, secuelas neurológicas avanzadas (estado vegetativo de mínima conciencia), insuficiencia cardíaca, VIH, entre otras y en todas las edades (adultos, adultos mayores y niños).
 
Fernández en cambio ha alertado que “la epidemiología ha cambiado, son muchas enfermedades crónicas, el índice de vida ha aumentado y la pirámide poblacional se va a invertir. De repente nos vamos a encontrar con una situación para la cual no estamos preparados. Lo mismo está pasando con la Geriatría”, ha estimado.
 
En las universidades
 
Las dos especialistas han coincidido en señalar que son los estudiantes de las carreras sanitarias los que deben tener bien claro la diferencia entre Medicina curativa y paliativa.
 
“Los estudios han demostrado que el impacto será mayor cuando entremos a las escuelas de Medicina. Actualmente solo tenemos en 4 escuelas del país y en dos de enfermería” la materia de cuidados paliativos. “Cuando ya son formados, los médicos tienen mayor resistencia a aplicarlos”, se ha lamentado Pozo.
 
Los datos

Hasta el 2014 en el país los servicios de cuidados paliativos eran privados. Actualmente existen varios centros públicos en Quito, Guayaquil y Macas.
 
El Ecuador tiene desde 2015 un plan nacional, una guía de práctica clínica, una norma de atención y una guía del ciudadano sobre cuidados paliativos.
 
El sistema nacional aún no dispone de jarabe y tabletas de morfina, medicamentos indispensables en cuidados paliativos.

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