Edición Médica

También promueve la vacunación entre sus compañeros.

Redacción. Quito
Gardenia Malta, una ecuatoriana de 47 años, ha sido de las primeras trabajadoras esenciales en vacunarse contra la CoVID19 en el Hospital Englewood de Nueva Jersey (Estados Unidos), donde es limpiadora desde hace 15 años.
 
Nueva Jersey, uno de los estados más afectados por la pandemia, ha iniciado su plan de vacunación con las personas que "trabajan en entornos sanitarios", más allá de médicos y enfermeras, así como pacientes en residencias de ancianos y sus empleados.
 
"El hospital nos consideró esenciales a todos: personal de limpieza, transporte de enfermos, seguridad, cocina", ha señalado Malta, quien destaca el ofrecimiento del centro y reconoce que tuvo que convencer a algunos de sus compañeros para que también lo hagan.
 
Malta tiene previsto recibir la segunda dosis el 11 de enero y ha instado a no tener miedo a la vacunación. "Dolió un poco el brazo después, pero nada que no se compare con la vacuna de la gripe", ha relatado.
 
"Tengo la esperanza de que nos vacunen a todos, a todos en general, no importa que seamos legales, inmigrantes, como sea, pero que les llegue una vacuna para que se ponga freno a esto", ha dicho.
 
La trabajadora del hospital ha asegurado no haber contraído la enfermedad pese al riesgo que conlleva trabajar "en el centro de la epidemia”, como ya se conoce a la zona triestatal de Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut, pero admite haberse sentido "temerosa" durante estos meses por la incertidumbre de no saber "cuándo nos podemos contagiar".
 
"El cambio ha sido bastante grande. Mucha más tensión, nerviosismo entre los médicos, las enfermeras, nosotros los empleados de la limpieza. Ha sido un giro de 90 grados. Yo trabajo en área de hogar desde hace muchos años y no se compara en nada", ha relatado Malta.
 
La también integrante del Sindicato de Trabajadores de Servicio, ha comentado que para evitar la enfermedad toma precauciones como lavarse las manos, quitarse los guantes adecuadamente y se cambia la mascarilla cada 3 horas.
 
Admite sentirse preocupada por la negativa de sus compañeros y ha decidido explicarles la importancia de hacerlo, especialmente si tienen condiciones como el asma. Con su experiencia ha mostrado cómo su cuerpo lo ha asimilado bien.
 
"Soy el fiel ejemplo de que la vacuna es buena, yo me la puse y, no todos los cuerpos son iguales, pero me gustaría que trataras de ponértela, piénsalo, es en beneficio de uno mismo", los anima.
 
Malta piensa retransmitir en directo con su familia y amistades su próxima cita con la aguja, como ya hizo la primera vez, y celebrará con un "jarro de chocolate caliente", para luego continuar su jornada laboral.

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