Edición Médica

El hospital es zona de paz.

Cristina Coello. Quito
Estruendosas detonaciones, ambiente contaminado por gas lacrimógeno, sorpresivo arribo de manifestantes a las instalaciones hospitalarias, desesperación, nerviosismo entre pacientes y personal sanitario corriendo por los pasillos son algunos de los acontecimientos que se viven en el Hospital de Especialidades Eugenio Espejo (HEEE) durante las protestas sociales.
 
El HEEE por su ubicación geográfica, en el centro norte de Quito, frente a la Asamblea Nacional (AN) y a pocos metros del Parque El Arbolito, donde usualmente se concentran los manifestantes durante protestas sociales es un establecimiento sensible frente a estos hechos.
 
Carmen Guerrero, gerente del HEEE, ha admitido su preocupación por las dificultades que deben sortear todos los trabajadores para mantener operativo el más importante hospital de tercer nivel del Ministerio de Salud Pública (MSP). “No podemos parar” ha dicho, aunque sus alrededores sean campos de batalla entre la fuerza pública y los manifestantes.
 
En entrevista con EDICIÓN MÉDICA, la gerente ha expresado su agradecimiento con los más de 2.000 servidores que tiene el HEEE porque a pesar de “las tremendas dificultades que existe en la movilidad, apenas se registra un 2 por ciento de ausentismo. Hay un nivel de compromiso y vocación de servicio altísimo”, ha dicho.
 
Guerrero ha asegurado que están operativos todos los servicios del hospital, pero también ha visto un importante porcentaje de ausentismo por parte de los pacientes que no han podido llegar por el bloqueo de vías, la falta de transporte en la ciudad y el temor frente a la violencia de los manifestantes.
 
Muchos de los pacientes del HEEE son de provincia y según Guerrero alrededor del 30 por ciento de las citas agendadas estos días en consulta externa, laboratorio, imagen y procedimientos no se han cumplido por el paro.
 
“Sin embargo hemos tomado medidas, primero el re agendamiento de citas, hay que cuadrar todo eso nuevamente” aunque se desconoce una fecha en la que retorne la normal movilidad en el país.
 
Personal atacado
 

Se reporta un 30% de ausentismo.

Guerrero ha asegurado que, si bien, dentro del hospital no han ocurrido enfrentamientos violentos, además de las afectaciones por el gas lacrimógeno, su personal si ha sufrido agresiones al movilizarse desde sus domicilios al hospital o viceversa.  
 
“Asaltos, robos, rotura de parabrisas, lo que ha sufrido la población en general”, también lo han enfrentado los trabajadores de la salud y por ello la gerente ha pedido que se les permita hacer su trabajo y “faciliten el acceso de las ambulancias, de los paramédicos y a los pacientes llegar a sus citas” programadas.
 
La funcionaria ha estimado que a veces “es muy difícil para un paciente volver a agendar las citas con todos los exámenes, o cirugías, o procedimientos. Es realmente complicado y muchos necesitan una atención en especialidad de alta complejidad.
 
“Tenemos pacientes oncológicos, con VIH, cardíacos, de neurocirugía que no pueden perder su cita, que necesitan medicación, es complejo para ellos que después de haber esperado algún tiempo, ahora pierdan su cita”, se ha lamentado.
 
Organización en medio del caos
 
Pero en medio del conflicto, la gerente ha asegurado que todo el personal cumple turnos de 24 horas por las dificultades en la movilización. “Empiezan a las 06:00 de la mañana y terminan a esa hora del siguiente día porque es el momento que hemos identificado que es más fácil llegar y salir del hospital con más seguridad”, ha relatado.
 
Así mismo, el abastecimiento en todas las áreas y de todo tipo de insumos también ha representado un gran reto, pues les ha obligado a actuar en horas totalmente inusuales. “Nos a tocado a todos adaptarnos a estas circunstancias para recibir a los proveedores, eso nos permite continuar”, ha comentado Guerrero.
 
Aún así “hay compras que teníamos planificada la recepción en el hospital y que no ha sido posible recibirla porque los proveedores, que importan esos dispositivos y medicamentos, están atrapados en los diferentes puertos. Pero estamos coordinando con las diferentes unidades para prestarnos los unos a los otros y no quedarnos desabastecidos, especialmente de lo que más se necesita en estos eventos como son suturas, anestésicos, analgésicos”, etc.
 
Según ha insistido la funcionaria, “al momento estamos abastecidos por las coordinaciones internas, pero, definitivamente estamos afectados al no poder recibir todas las compras planificadas. En estos días estaba proyectada la llegada de 20 tipos de dispositivos y otros 20 medicamentos” que no han podido llegar.
 
Y ¿qué pasa cuando hay enfrentamientos en los exteriores y se esparce gas lacrimógeno? La gerente ha explicado que “hay un flujo de presión negativa en Emergencia para que no ingrese el aire de afuera, pero hay personal y otras áreas como el administrativo que si se ven afectados”.
 
En 10 pisos se ubican entre 500 a 600 pacientes que normalmente están en áreas de transición y hospitalización, “sería imposible evacuarlos” por lo que la estrategia de protección fue el sellado de ventanas, ha añadido.  
 
Manifestantes atendidos
 
En dos semanas que llevan las protestas, el HEEE ha atendido a 72 heridos principalmente por traumas, golpes, intoxicaciones, asfixias. De ellos, 55 han recibido el alta, 16 fueron hospitalizados y 1 fallecido, que llegó sin signos vitales.
 
La unidad hospitalaria ha designado 30 de las 48 camas de Emergencia para atender a heridos de las protestas, sin dejar la atención en toda la demás cartera de servicios, ha recalcado la gerente.

El HEEE mantiene opertativos sus servicios.

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