Edición Médica

Natalia Álvaro, gerente del Hospital Pediátrico Baca Ortiz.

Cristina Coello. Quito
Natalia Álvaro, gerente del Hospital Pediátrico Baca Ortiz (HPBO), tras una denuncia ciudadana de presunta negligencia médica ha aclaro que el caso se trata de un evento adverso involuntario y que se han tomado las medidas pertinentes para “el manejo y tratamiento integral y adecuado de la paciente”.
 
En entrevista con EDICIÓN MÉDICA, Álvaro ha reconocido y lamentado un “evento adverso” suscitado con una niña de 4 años que ingresó para una cirugía en las amígdalas, pero en el transcurso del procedimiento sufrió quemaduras de segundo y tercer grado en su pierna con el instrumental de cauterización.
 
El caso fue denunciado como presunta negligencia médica en un medio televisivo local. Sin embargo, la directiva ha recalcado que apenas ocurrió el evento tomaron “las medidas pertinentes para el manejo y tratamiento integral y adecuado de la paciente”.
 
Al ser una lesión importante se activaron los protocolos “sobre todo para contar con el equipo de especialistas de cirugía plástica que han estado realizando el manejo y tratamiento de la lesión”, ha añadido.
 
Al ser consultada por las razones que consideran a la lesión como evento adverso y no negligencia, ha explicado que durante la práctica cotidiana en las unidades de salud pueden ocurrir ciertos sucesos que ocasionen daño involuntario al paciente y eso no está relacionado a una mala práctica.

Por otro lado, dice que la tutora legal de la niña “siempre estuvo en conocimiento desde el primer momento que se suscitaron los hechos. Nosotros tenemos que comunicar inmediatamente al familiar, sobre todo, cómo vamos a actuar” tras el incidente, ha dicho.
 
“Desde el primer momento actuamos para garantizar su recuperación. La niña cuenta con toda la atención del hospital y no va a presentar lesiones que sean incapacitantes. Si bien es cierto se produjeron quemadura hemos actuado como los protocolos quirúrgicos nos indican”, ha detallado.
 
Según ha informado Álvaro, la niña ha sido dada de alta tras 23 días en el hospital y aún tiene los vendajes para proteger los injertos de piel que se le colocaron y que fue considerado por los especialistas como “el mejor tratamiento”. En adelante se realizará controles periódicos.
 
Tras el suceso, la directiva también ha manifestado que el caso es analizado internamente y se han tomamos las acciones correctivas pertinentes. No obstante, ha insistido en que mensualmente el hospital realiza 800 cirugías de alta complejidad y este caso es el único evento adverso presentado.

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