Edición Médica

Gabriela Guevara, coordinadora médica del Hospital de los Valles (HDLV).

Redacción. Quito
Si bien la pandemia de COVID-19 ayudó a entender la importancia de las vacunas para prevenir las enfermedades, aún existen diferentes mitos que son importante desmitificar para que la población se las coloque oportunamente sin miedo.
 
“Las vacunas son sumamente importantes porque son una forma de protegernos contra varias enfermedades ante de entrar en contacto con ellas… causan la inmunidad que necesita el cuerpo para defenderse”, ha manifestado Gabriela Guevara, médico internista y coordinadora médica del Hospital de los Valles (HDLV), en entrevista con EDICIÓN MÉDICA.
 
Por este motivo, las personas no deben tener una contraposición frente a las vacunas, ya que provocan muchos beneficios y no perjuicios ni complicaciones, como dicen por ahí. Lamentablemente, el desconocimiento hace que las personas tengan miedo a estos productos, ha señalado.
 
Ecuador, a través del Ministerio de Salud Pública (MSP), cuenta con un esquema nacional de vacunación, en el cual se establece cómo, cuándo y a quién vacunar, con los diferentes tipos de vacunas: vivas atenuadas (sarampión, viruela, rotavirus, varicela), de virus inactivados (hepatitis A, influenza, poliomielitis, rabia), de vectores recombinantes, combinadas, entre otras.
 
Entonces, las personas de todas las edades pueden acceder a estas vacunas tanto en el área pública como privada, ha precisado Guevara.
 
En este contexto, la especialista ha señalado que el principal mito que se debe derrumbar es el que las vacunas causan autismo. Este tema ya ha sido desmentido científicamente.
 
Actualmente, “las vacunas atraviesan por varios y exhaustivos controles por parte de las autoridades sanitarias, antes de su aprobación. Entonces, todas son sometidas a rigurosa farmacoterapia; todas son seguras y confiables para el uso en humanos”, ha asegurado.
 
Asimismo, otro mito que debe desmitificar la comunidad médica cuando está en consulta con los pacientes es que la inmunidad de la enfermedad es mejor que la inmunidad de la vacuna. “Esto también es falso”, ya que la infección de la enfermedad conlleva riesgos y complicaciones severas, las cuales incluso pueden provocar la muerte.
 
“Claro que la infección genera una inmunidad, pero no remplaza la vacunación porque las vacunas crean esa misma respuesta inmune, sin provocar la enfermedad y por ende esos riesgos”, ha enfatizado.  
 
“Las vacunas desencadenan en nosotros una respuesta del sistema inmune, reconocen el microbio, generan anticuerpos, recuerdan la enfermedad (la manera de combatirla)”. Además, todas son sumamente seguras, son aprobadas para su uso en la población y “debemos hacer conciencia de ello para protegernos de cualquier enfermedad”, ha resaltado.
 
“Siempre acudan a un profesional de salud” o un establecimiento de salud para que puedan reforzar su esquema de vacunación, según la edad y patologías. Si bien vacunarse es una decisión personal, “como personal de salud tenemos una obligación, velar por el bien de las personas promoviendo y concientizando el esquema de vacunación”. ha destacado.
 
El dato
 
Las embarazadas deben recibir un esquema completo de vacunación para protegerse y proteger a sus bebés.
 

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