Edición Médica

Juan Carlos Galarza.

Cristina Coello. Quito
El pasado 29 abril el expresidente Lenín Moreno anunciaba la firma del decreto 1307 donde se creaba la nueva ‘Arcsamed’, una fusión entre la Agencia de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (ARCSA) y la de Aseguramiento de la Calidad de los Servicios de Salud (ACESS).

Firmé el Decreto 1307 que crea la ARCSAMED “Doctor Leopoldo Izquieta Pérez”, un organismo que reforzará el control y la vigilancia en los servicios de salud pública, privada y comunitaria para beneficio de los ecuatorianos.
Guayaquil será la sede de esta entidad. #SembramosFuturo pic.twitter.com/yyXc3OpJgy

— Lenín Moreno (@Lenin) April 30, 2021

 
Esta nueva dependencia según el anterior gobierno tiene el objetivo de “reforzar el control y la vigilancia en los servicios de salud pública, privada y comunitaria”. Sin embargo, esa decisión “será un shock en etapa de crisis”, ha considerado Juan Carlos Galarza, ex director de la ARCSA y hoy consultor independiente.
 
En entrevista con EDICIÓN MÉDICA, Galarza ha recordado que ARCSA y ACESS tienen competencias y relacionamiento con la Ley Orgánica de Salud “completamente diferentes”, además de que la primera tiene estatutos por procesos aprobados e implementados, mientras la segunda no.
 
Por otro lado, la dinámica de la integración de sus directorios, distribución nacional y sostenibilidad son marcadamente diferentes, ha añadido.
 
Así pues, Galarza ha estimado que la fusión crea una nueva institución y todo el trabajo desarrollado principalmente por ARCSA debe empezar nuevamente, “echando a la basura” los avances de los últimos años relacionados a la regulación, certificación, vigilancia, control y sanción.
 
Sin contar las implicaciones legales que obligan a liquidar al personal de las dos instituciones (generando más gasto para el Estado) y la contratación de otro para la nueva agencia. Todo esto “es un riesgo este momento”, ha asegurado el especialista.
 
Por ello, Galarza estima que fusionar dos entidades en medio de una crisis (sanitaria y económica) solo generará deficiencias, principalmente en los servicios a todos los sectores regulados (productos de uso y consumo humano). “Es muy delicado el sistema y es mejor fortalecer ARCSA, evitar cambios que no agreguen valor”, ha opinado.
 
Así mismo ha advertido que el tema de control de medicamentos e insumos médicos, así como la fármacovigilancia se verán afectadas.
 
El proceso para una agencia nivel IV
 
El consultor ha recordado que la ARCSA llevaba “bien adelantado” un proceso con indicadores de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) para certificarse como agencia reguladora de referencia, con lo cual el país se garantizaba un modelo de gestión internacional.
 
“Poco a poco se fue avanzando y faltaron pocas cosas” para implementar las normas completas exigidas por la OPS y alcanzar la calificación para ser una agencia regulatoria regional. No obstante, desde 2019 se han turnado 6 directores ejecutivos y se ha generado inestabilidad en la institución dando “algunos pasos para atrás (en la certificación internacional)”, se ha lamentado Galarza.
 
No obstante, él estima que “en un par de años” se podría llevar un proceso y solicitar una nueva inspección para certificarse y estar a nivel de otros países como Colombia o Chile, que tienen agencias sanitarias de referencia.
 
El dato
 
El Decreto Ejecutivo Nro. 1307 está vigente desde su suscripción, el 29 de abril de 2021 y fue publicado en el Registro Oficial Nro. 444 del 04 de mayo de 2021.
 
En el año 2013, el Instituto de Higiene Leopoldo Izquieta Pérez dejó de funcionar luego de un decreto ejecutivo. Este organismo se dividió en dos entidades: ARCSA y el Instituto Nacional de Investigación en Salud Pública (INSPI).

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